domingo, 14 de octubre de 2012
Judith Hernandez
“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y
agobiados, y yo les daré descanso.”
Mateo 11:28 (NVI)
Lectura:
No sé por qué muchas veces todas las situaciones difíciles, “pruebas”,
me llegan al mismo tiempo.
Hace poco tuve varias situaciones sucediendo en mi vida al mismo tiempo.
Tuvimos que apresurarnos a mudarnos de una casa a otra, por situaciones fuera
de nuestro control. Unos días después mi esposo fue admitido por urgencias en
el hospital. En esa misma semana comenzó una ola de grandes cambios en mi
trabajo, horarios largos de trabajo (12 horas diarias) procedimientos nuevos y un sistema de
computadores completamente diferente. Mi hija se iba a la universidad por
primera vez y desde la distancia yo trataba de hacer mis labores de madre y
guía ayudándola en su proceso. Sin saber que todo esto vendría, y para añadirle
más a la lista, comencé la escuela nuevamente después de 10 años de no
estudiar, tomando algunas clases en la noche.
Conversaba con una compañera del trabajo y le contaba de mis situaciones.
Cuando me pregunto: “¿Y cómo lo haces?
¿Cómo haces para estar tan tranquila aquí en el trabajo, con todas esas
cosas?” Mi respuesta fue rápida cuando
le dije me concentro en lo que hago en el momento.
Luego de un rato reflexioné en esta respuesta. Era verdad me concentraba
en lo que hacía en el momento, pero la única razón por la que podía hacer eso y
estar tranquila era porque alguien más cuidaba de las otras situaciones
mientras yo cuidaba de una a la vez.
En el versículo de hoy Jesús nos dice que llevemos todas nuestras cargas
a él. Antes pensaba que eso significaba llevarle un problema y olvidarme del
problema por completo, sabiendo que podría descansar en que él lo solucionaría
todo.
Sin embargo, en ese tiempo de muchas dificultades el versículo tomó un nuevo significado para
mí.
En las mañanas venia a Jesús con
mi gran lista de preocupaciones del día, las finanzas, las cosas nuevas del
trabajo, mi esposo en el hospital, la universidad de mi hija y mi nueva escuela.
Le pedía que me ayudara a ser sabia en cada situación y que me pudiera
concentrar en lo que hacía para no cometer errores, especialmente en el trabajo.
Mientras estaba en el trabajo, sabía que Jesús se encargaría de mi
esposo mientras estaba en el hospital. Sabía que Él se encargaría de guiar a
los doctores y de usar las manos de las enfermeras para curarlo. De esta manera
mientras Jesús llevaba esa carga por mí, yo podía enfocarme en mi trabajo, en
aprender el nuevo sistema y no cometer errores.
Mientras estaba en el hospital, me concentraba en estar con mi esposo,
en darle ánimo, leerle la Biblia, y darle palabras positivas. Me enfocaba en su
situación. Sabiendo que Jesús llevaba las otras cargas por mí. Cuando hablaba
con mi hija, me concentraba en ella, en tratar de encontrar soluciones
correctas a su situación y guiarla por el camino correcto.
Darle mis cargas a Jesús no significaba que me olvidara de mis
situaciones por completo. Al siguiente día, o algunos momentos más tarde, yo
debía retomar mis cargas y nuevamente concentrarme en ellas una a la vez, pero
el saber que mientras yo atendía una situación, Jesús tenía el control sobre
las otras, me daba paz y gozo.
Claro que, de vez en cuando, olvidaba que tenía ayuda y sentía que todas
las cargas se venían una tras otra sobre mí.
Esas cargas parecían tan pesadas, especialmente cuando cometía un error
en el trabajo y me llamaban la atención, u olvidaba llevar al hospital algo que
mi esposo me había pedido, o le decía a mi hija que la llamaba en la noche y lo
olvidaba completamente. Parecía que una nube negra y muy pesada se venía sobre
mí. Pero era ahí donde de lo profundo de mi corazón decía: “Jesús, por favor, lleva
mis cargas por mí.” Mentalmente hacia mi
lista otra vez, y continuaba concentrándome en una sola cosa a la vez, sabiendo
que Jesús se encargaría de las demás.
Amado Jesús,
ayúdanos a poder descansar en ti. Ayúdanos a entender que estás tienes control
de todas las cosas y que tú nos ayudas con todos nuestros problemas. En tu
nombre, amén.
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios
Proverbios 31 dejas una huella en la eternidad porque tu compra apoya las
diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar
esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes
almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo
tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con
nosotros. ¡Gracias!
Reflexionar y responder:
Quizá hoy estás pasando por muchas dificultades, haz
una lista de todo lo que estás pasando y comienza a entregarle tus cargas a
Jesús una a una.
Aunque sea difícil, concéntrate en una sola cosa a vez, confía en que
Jesús se encargará de las otras.
Versículos poderosos:
1 Corintios 10:13 : “ No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla”. (RVR1995)
1 Tesalonicenses 3:3 “Así las dificultades y problemas que ustedes afrontan no los harán dudar. Ustedes saben que tenemos que hacer frente a esos problemas”. (TLA)
© 2012 de Judith Hernandez. Todos los
derechos están reservados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(Atom)
Visítanos en Facebook
Archivos del Blog
-
►
2013
(93)
- ► septiembre (9)
-
►
2011
(50)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(48)
- ► septiembre (4)
-
►
2009
(50)
- ► septiembre (4)
-
►
2008
(52)
- ► septiembre (5)
-
►
2007
(49)
- ► septiembre (4)
0 comments:
Publicar un comentario