lunes, 31 de diciembre de 2012
Van Walton
Y yo le pediré
al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor, quien estará con ustedes para
siempre…. No los abandonaré como a huérfanos; vendré a ustedes.
Juan 14:16
y18 (NTV)
Lectura:
Recientemente hice un viaje largo y sabiendo que
estaría fuera un mes, mi perro se unió al viaje. Él nunca había viajado en
carro, excepto para ir a la veterinaria o a la perrera. De pronto, lo estaría
dirigiendo a lo que sería la experiencia más confusa de su vida. Sentado en la
parte trasera de mi camioneta, viajó durante dos días, aproximadamente 1,600
km. Finalmente llegamos a nuestro destino, una casa cerca de un lago rodeada de
árboles, nada parecido al ambiente que conocía de la ciudad. Aquí mi pequeño
perrito conoció otro ambiente. Después de dos días, lo dejé con mi mamá; ella
se convirtió en su nueva “cuidadora”. No dudé ni un momento en dejar a mi fiel
compañero con ella; después de todo ella me enseñó todo lo que sé acerca de los
perros. En definitiva ella era experta en el “mejor amigo del hombre”.
Continué viajando, planeando regresar pronto por mi
perro, pero ¿lo sabía él? Mi mamá me contó que regresaba constantemente a la
puerta donde lo dejé. Miraba para ver si yo regresaría. Mientras tanto ella se
encargó de alimentarlo, de llevarlo a pasear y de brindarle su atención. Él
estuvo en buenas manos. Cuando por fin regresé, mi perro me recibió tan
contento que me es difícil expresarlo con palabras. Él ladraba, hacía a mi alrededor,
nunca dejó de mover su cola, no quería separarse ni un momento de mí.
Yo he vivido una vida similar a la de mi perrito. Dios
me creó para vivir en esta Tierra, para adorarlo en todo lo que hago. Él me ha
colocado en medio de circunstancias confusas y en ocasiones perturbadoras. Él
envió a su Hijo a enseñarme cómo enfrentar los problemas y a ofrecerme la
salvación; luego, un día, su hijo se fue, pero no sin dejarme a un cuidador, a
un amigo, a un consejero, a alguien que me alentara en tiempos difíciles y
tiempos de soledad.
Jesús ha prometido regresar por mí y por ti si tú le
has pedido a Él ser el Señor de tu vida. Yo no sé tú, pero yo estoy
constantemente mirando al cielo, preguntándome cuándo regresará. Yo quiero
estar preparada. Quiero vivir una vida de obediencia e integridad definida por la
santidad y la rectitud porque no quiero huir con temor cuando él regrese. Yo
quiero cantarle alabanzas. Quiero correr y saltar y bailar de alegría ante él.
Quiero sentarme a sus pies y nunca apartarme de su vista.
En cualquier momento las nubes se abrirán para que
Jesús dé unos pasos en nuestra atmósfera llamando a todos los creyentes a
unírsele. ¿Estás preparada?
Jesús, la promesa de tu regreso me llena de esperanza
y de incontenible emoción. Quiero pasar el resto de mis días viviendo para ti,
para que cuando tú regreses yo tenga plena confianza y no huya de ti con
vergüenza. Dame sabiduría para vivir para ti. En tu nombre, amén.
Recursos Relacionados:
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podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las
compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Segunda
lectura: Ustedes, las que leen nuestras lecturas, han estado
pidiendo más de una lectura a la semana. Gracias a Dios por nuestras
voluntarias que las traducen, ahora podemos ofrecerles dos lecturas semanales.
Esta lectura estará disponible los sábados en nuestra página. Es una bendición
darles estas lecturas, pero esto implica un costo financiero. Así que tenemos
una petición especial para este nuevo año; y aunque Dios siempre provee de
maneras extraordinarias, en muchas ocasiones él usa a sus hijos para que otros
tengan. ¿Quisieras ser parte de esta bendición, para que nuestro ministerio
pueda alcanzar a muchas más mujeres, y contribuir con un regalo financiero? Tu
donación, grande o pequeña, será de gran ayuda. Gracias.
From the Pound to the
Palace, libro o DVD, (De la perrera al palacio) cuento escrito para
niños por Van sobre la vida de su perrito.
Avancemos
con valentía: El blog de Van
Reflexionar y responder:
Lee Marcos 13:32-37.
Date un momento para escuchar la canción “Sólo me
Imagino” interpretada por “Vino Nuevo”.
Versículos poderosos:
Juan 14: 2-3, “En el hogar de mi Padre hay muchas
viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles
un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así
ustedes estarán donde yo esté.” (NVI)
1 Juan 2:28, “Y ahora, queridos hijos, permanezcamos en él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida.” (NVI)
© 2013 de Van Walton. Todos los
derechos están reservados.
Proverbios 31 Ministerios para la mujer
616-G,
Matthews-Mint Hill Road
Matthews,
NC 28105
www.proverbs31.org
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Cony
Villareal
Diana
Torres
lunes, 24 de diciembre de 2012
Glynnis Whitwer
“Pero él me dijo: ‘Te basta con mi gracia, pues mi poder
se perfecciona en la debilidad’. Por lo tanto, gustosamente haré más bien
alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.” 2
Corintios 12:9 (NVI)
Lectura:
Ella me traicionó otra vez. El
dolor y el enojo hervían a fuego lento mientras me alejé contando hasta diez, y
luego hasta veinte. Señor, ¡esta tarea es
difícil! Me siento como un fracaso.
Me llené de sentimientos de
culpa mientras pensaba en cómo reaccioné ante los insultos de mi hija. Me
pregunté a mí misma: ¿No debería estar lista
para esto? ¿No debería ser capaz de lidiar con el rechazo y el engaño sin
enojarme? ¿Por qué no puedo regocijarme en mis esfuerzos tal y como lo hicieron
aquellos primeros seguidores de Jesús?
Ese día, como siempre, Dios me
dejó desahogarme. Mientras le presentaba mis emociones de dolor y enojo, él
brindaba paz a mi corazón. Mis circunstancias no habían cambiado, pero una vez
más mi corazón fue restaurado y yo me sentí alentada.
Dios y yo habíamos pasado por
esto antes. A pesar de mi corazón maltratado, esta tarea de cuidar a mi hija
herida es mía.
Verás, hace siete años Dios
hizo que nuestra familia creciera mediante una adopción internacional. Nosotros
no sabíamos el trauma que nuestras hermosas niñas habían experimentado, pero
Dios sí. Y aunque las historias de adopción de varias personas parecen ser
bastante fáciles, la nuestra ha tenido un alto costo. La mayoría de esos siete
años hemos andado un doloroso camino con nuestras hijas, compartiendo su
sufrimiento.
En estos siete años he
aprendido lo que es vivir con dolor e impotencia más que en todos los otros
años de mi vida juntos. También he tenido que tomar algunas decisiones
difíciles acerca de lo que creo sobre Dios.
Sobre todo me he debatido
profundamente respecto a si creo o no que Dios puede realmente sacar algo bueno
de tanto dolor, o si nuestro sufrimiento y el de mis hijas es sólo un
desperdicio.
En ese proceso finalmente he
concluido que Dios nunca desperdicia nuestro dolor, pero yo sí puedo hacerlo.
- Cuando no soy honesta acerca de la realidad de cuán difícil es la vida, yo desperdicio el ofrecimiento de la paz que viene de Dios.
- Cuando trato de hacer las cosas con mi propia fuerza, desperdicio el ofrecimiento del poder de Dios.
- Cuando mantengo el dolor sólo para mí misma y finjo que todo es perfecto, desperdicio la oportunidad de ayudar a otros que están atravesando una situación similar.
Pero cuando confieso mis
sentimientos de incompetencia, cuando admito que soy incapaz de curar las
heridas de quienes están a mi cuidado, llego a un lugar de dependencia: y es
justamente ahí donde Dios me quiere. Porque en este lugar de impotencia Dios
toma el lugar central. Y cuando dejo que Dios sea quien me guíe, los milagros
empiezan a ocurrir.
Aunque yo quitaría el dolor y
el trauma en un abrir y cerrar de ojos si pudiera, sé que Dios está obrando
incluso en estos momentos difíciles.
Especialmente en estos
momentos difíciles.
Pudiera hablar sobre el poder
de Dios todo el día, pero experimentarlo me cambia. Cambia a todos aquellos a
mi alrededor.
Como dice Pablo en el
versículo clave de hoy, encuentro la manera de ser feliz por esta debilidad en
mí. No me hace feliz el pecado ni lo que causó el quebrantamiento que mis hijas
y yo estamos enfrentando. Pero veo el dolor por lo que es: una condición de
este mundo perdido, y un lugar para que Dios haga su mejor trabajo. Los planes
del maligno no triunfan porque la batalla ya no es mía. El poder de Dios asume
el control cuando yo retrocedo.
Este cambio de perspectiva me
ayuda a enfrentar otro día más. Mis circunstancias no han cambiado, pero la
esperanza se ha filtrado a través de las grietas. Ningún dolor se desperdicia
cuando me rindo a los planes de Dios. Y ahora estamos viendo el poder curativo
de Dios en la vida de nuestras dos preciosas hijas.
Amado Dios, ya hemos estado aquí antes, yo pidiendo tu
alivio. Ayúdame a aceptar mi debilidad en esta situación y a dejar que tu poder
asuma el control. Admito que no entiendo cómo funciona esto, pero elijo confiar
en tu palabra. En el nombre de Jesús, amén.
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Piensa en algún momento doloroso de tu vida. ¿Cómo se reveló el poder de
Dios durante ese tiempo?
Es fácil dejar que las circunstancias dolorosas nos
lleven a un lugar de amargura. Si tú estás en ese lugar hoy, escribe diez cosas
por las que estás agradecida. Mientras revisas esa lista, alaba a Dios por sus
obras en tu vida y por haberte brindado estas cosas.
Versículos poderosos:
1 Corintios 1:25, “Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana.” (NVI)
1 Pedro 2:20, “Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse
mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si
sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios.” (NVI)
© 2012 de Glynnis Whitwer. Todos los derechos están
reservados.
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