domingo, 27 de enero de 2013
Samantha Reed
“El Señor es mi
pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me
infunde nuevas fuerzas.” Salmo 23:1-3a (NVI)
Lectura:
La silla crujía mientras ella se movía de un lado
a otro. Los brazos de la silla, demasiado cerrados para ser cómodos, parecían
estrujar intencionalmente el dolor de los clientes que venían a verme en el
centro de terapia de apoyo. Y lo mismo parecía estarle pasando a mi amiga que
me estaba visitando ese día.
Yo vi sus lágrimas caer, esperando que de alguna
manera eso aligerara la pesada carga de su corazón.
Ella había llevado la dicha de lo que creyó que era
una nueva vida en camino. Pero aquella fue una esperanza que quedaría
postergada. No era el momento, todavía no. Y no lo sería por un tiempo.
Y entonces un día ella nos acompañó a cenar en mi
casa. Nos dimos un festín de buenas noticias paradas en la cocina, abrazándonos
fuertemente con júbilo. Lloramos otra vez. Esta vez era el momento.
Recuerdo el día en que este bebé tan anticipado
nació; un día cuando la vida estaba estrujando el dolor para que saliera de mí.
Una década esperanzada con la ilusión de casarme
me había desgastado. Temí haber quedado excluida de las bondades de Dios.
Compartí mi dolor con una amiga en camino hacia el hospital. “Debes creer que él
es fiel. Él es bueno. No dejes que los días pasen en medio de dudas
aterradoras, no importa lo mucho que esta esperanza se posponga”, me dijo.
Ese día me aferré a las palabras de mi amiga
mientras sostenía a aquel dulce bebé, Sophie Brooke.
Su nombre significa sabiduría y aguas tranquilas.
¿Y acaso esas no son cosas adorables para cuando la carga es dolorosa y la
esperanza ha sido puesta en espera?
La sabiduría susurra a nuestros cansados
corazones: El Señor es mi Pastor. Él me
guía por el bien mientras yo transito por este dolor. En él yo no seré excluida
ni tendré necesidad de nada más. Esto nos recuerda que nuestro Pastor es
bueno y que él no nos ha abandonado.
¿Y esas aguas tranquilas? Es ahí donde el Señor
nos lleva a renovar nuestra alma, a restaurar la esperanza que hemos perdido en
la espera en el valle de nuestro dolor. Cuando el cansancio se extiende, él nos
invita a descansar junto a aguas refrescantes en su presencia, y a encontrar un
lugar calmado donde escapar.
Han pasado cuatro años desde que Sophie Brooke
nació. En ese tiempo he descubierto que los días pasan más fácilmente y la
esperanza parece ser posible cuando escucho a mi Pastor en vez de escuchar a
mis dudas aterradoras.
En cada estación y etapa de la vida, me he dado
cuenta de que Dios está ahí ofreciendo sabiduría y paz y llevándome de regreso
a la esperanza.
Y en esos días en que la esperanza se siente
lejana, cuando parece que no hay ningún lugar donde encontrarla, recuerdo las
palabras que me dijo mi amiga: “Debes creer que él es fiel. Él es bueno. No
dejes que los días pasen en medio de dudas aterradoras, no importa lo mucho que
esta esperanza se posponga.”
Amado Dios, parece que la vida ha estrujado el dolor para que salga de mí
y no hay lugar donde pueda encontrar esperanza. Estoy perdida sin saber qué
hacer. Por favor, guíame a orar, buscarte y esperarte durante esta etapa. En el
nombre de Jesús, amén.
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios
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diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar
esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes
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tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con
nosotros. ¡Gracias!
Segunda lectura: Ustedes, las que leen
nuestras lecturas, han estado pidiendo más de una lectura a la semana. Gracias
a Dios por nuestras voluntarias que las traducen, ahora podemos ofrecerles dos
lecturas semanales. Esta lectura estará disponible los sábados en nuestra página.
Es una bendición darles estas lecturas, pero esto implica un costo financiero.
Así que tenemos una petición especial para este nuevo año; y aunque Dios
siempre provee de maneras extraordinarias, en muchas ocasiones él usa a sus
hijos para que otros tengan. ¿Quisieras ser parte de esta bendición, para que
nuestro ministerio pueda alcanzar a muchas más mujeres, y contribuir con un
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Aclara tu
mente de cualquier pensamiento apresurado y convéncete de que estas palabras se
han orado por ti: “Que el Dios de la esperanza
los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de
esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Romanos 15-13, NVI)
¿Has esperado un largo tiempo para alcanzar un sueño? ¿La esperanza te
parece lejana? Toma un momento para escuchar a tu Pastor en lugar de escuchar a
tus temores.
Versículos poderosos: Isaías 40:27-31, “¿Por qué murmuras, Jacob? ¿Por qué refunfuñas, Israel: «Mi camino está escondido del Señor; mi Dios ignora mi derecho»? ¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.” (NVI)
© 2013 de Samantha Reed. Todos los derechos están reservados.
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