lunes, 15 de abril de 2013
Lynn Cowell
“Pero ahora, así dice el Señor, el
que te creó, Jacob, el que te formó, Israel:
‘No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu
nombre; tú eres mía. A cambio de ti entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida
entregaré pueblos! Porque te amo y eres ante mis ojos preciosa y digna de honra.”
Isaías 43:1,4 (NVI)
Lectura:
Mi corazón late
desenfrenadamente. “¡Apúrate, apúrate! ¡Te la vas a perder!”
Pensarías que nunca he visto
esta película antes. Pero la he visto una y otra vez. Sé que el héroe vendrá al
rescate justo en el último segundo y demandará “¡ella sale libre!” al capitán y
la tripulación. Sé que él arriesgará su vida para salvar la de ella.
No importa que ya sepa lo que
pasará. La emoción de la persecución y un heroico rescate siempre hacen latir
mi corazón.
Sé que no soy la única.
Innumerables mujeres se acomodan en sus sofás para ver las mismas películas
para chicas una y otra vez, especialmente aquellas en que el héroe da todo por
salvar a la chica. Como aquella que ha sido rescatada en las películas,
nosotras queremos ser buscadas. Y lo somos.
Nuestro Rey y Creador nos está
buscando, pero es aún mucho mejor que en las películas. Él dio su vida y pagó un gran precio para
venir y rescatarnos.
Ha habido ocasiones en las que
he visto a Jesús como mi salvador, mi pastor y mi amigo. Pero no fue sino hasta
que leí estos versículos y que me di cuenta de la magnitud de su amor por mí,
que vi qué tan valiosa soy para él.
“No temas, que yo
te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mía. Cuando cruces las
aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas;
cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo soy
el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador; yo he entregado a Egipto
como precio por tu rescate, a Cus y a Seba en tu lugar. A cambio de ti
entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos!”
¿Él renunciaría a
todo eso sólo por mí? ¡Qué loco! Pero ese es el amor radical que revolucionó
mi vida.
Cuando aprendí estos versículos, empecé a ver un lado de
Jesús que nunca había visto antes. Él me busca. Él me ama más que nadie. Y él quiere ser mi todo.
Esta verdad satisfizo una profunda añoranza que ni
siquiera sabía que tenía. Era lo que quería entonces, y lo que aún necesito
saber. Este es el amor que llena los vacíos de mi corazón deseoso que pregunta “¿soy lo suficientemente valiosa para que
alguien me busque?”
Sí. Lo soy. Y tú también lo eres, mi amiga. Tú también lo
eres.
Amado Dios, esta
parte de mí que quiere ser buscada y rescatada tú la creaste. Tú la creaste
para que la llene tu amor incondicional. Gracias porque nunca te cansarás de mí
ni dejarás de buscarme. Tú me quieres. En el nombre de Jesús, amén.
Cuando compras algún
recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella en la
eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno
ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios
que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no
podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las
compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Segunda lectura: Ustedes, las que leen nuestras lecturas, han
estado pidiendo más de una lectura a la semana. Gracias a Dios por nuestras
voluntarias que las traducen, ahora podemos ofrecerles dos lecturas semanales.
Esta lectura estará disponible los sábados en nuestra página. Es una bendición
darles estas lecturas, pero esto implica un costo financiero. Así que tenemos
una petición especial para este nuevo año; y aunque Dios siempre provee de
maneras extraordinarias, en muchas ocasiones él usa a sus hijas para que otros
tengan. ¿Quisieras ser parte de esta bendición, para que nuestro ministerio
pueda alcanzar a muchas más mujeres, y contribuir con un regalo financiero? Tu donación, grande o pequeña, será de gran ayuda. Gracias.
Piensa en una
ocasión en la que no te sentiste querida o buscada. Reescribe esa historia en
tu corazón, sabiendo que esta vez Jesús está ahí para llenar ese rechazo y
vulnerabilidad. Cuando ese recuerdo regrese, ¡reemplázalo con la verdad de que
Dios cambiaría todo el mundo por ti!
Escribe el Salmo 45:11 en una tarjeta e incluye tu nombre: “El rey está
cautivado por ______________.” En las siguientes semanas, cuando te sientas
rechazada, abatida o vulnerable recuerda esta verdad: ¡tu Rey está cautivado
por ti!
Versículos poderosos:
Juan 3:16, “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su
Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga
vida eterna.” (NVI)
Sofonías 3:17, “Porque el Señor tu Dios está en medio de
ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su
amor, se alegrará por ti con cantos.” (NVI)
© 2013 de Lynn Cowell.
Todos los derechos están reservados.
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