miércoles, 3 de julio de 2013
Suzie Eller
“Hermanos míos,
considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,
pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia.” Santiago 1:2-3 (NVI)
Lectura:
Las había sembrado a la misma vez. De la misma manera.
Con el mismo amor y cuidado. Cada vez que regaba una, también regaba la otra.
Todo era igual… o casi.
Una begonia roja estaba plantada entre un mirto y un
arbusto de Hortensia, bajo la protección del techo inclinado. La otra flor estaba
plantada junto a la acera de hormigón y no tenía ningún refugio de los golpes
de la lluvia o el sol abrasador.
Al final del verano, me sorprendió lo que vi.
La pequeña flor bajo los árboles y arbustos, con apenas
la cantidad correcta de luz solar filtrada y agua, no había crecido.
Ni una pulgada.
Seguía siendo hermosa, pero nada había cambiado desde el
día que la sembré en la tierra.
Sin embargo, la begonia expuesta a la intemperie estaba por
lo menos seis veces más grande. Tenía hojas verde oscuro ahuecadas, como para
recibir las nutritivas gotas de agua. Tenía ramilletes de flores rojas por
todas partes y la planta se veía hermosa contra la acera.
Mientras miraba esas dos begonias de un rojo rubí, fue
como si nos viera a nosotros mismos.
En los últimos tres meses la vida nos ha traído muchos
problemas. Un miembro de la familia con una crisis de salud. Padres que
envejecen con retos nuevos y desconocidos. Cada necesidad se apila encima de la
otra y provoca un peso fuerte en nuestros corazones porque no podemos
solucionarlas ni hacerlas desaparecer. No vimos estas cosas venir, y a veces no
estamos seguros de qué hacer.
Durante esta temporada difícil hemos aprendido a confiar
en Dios en las inundaciones de lluvia. Y hemos descubierto que las tormentas no
alarman a nuestro Señor. En esos tiempos cuando no sabemos cuándo las cosas serán
más fáciles, él ha sido nuestra ancla firme hasta que aclaren los cielos.
Tal vez sería bueno vivir una vida protegida con apenas
la cantidad correcta de lluvia y apenas la cantidad correcta de sol, protegidas
por un techo de pendiente suave. Suena bien, ¿verdad?
Pero Santiago 1:2-3 nos anima a considerar como alegría
cuando nos enfrentamos a los problemas. Porque crecemos.
Mientras nos acercamos a lo que esperamos sea el final de
nuestra dura temporada, hemos descubierto lo que significa confiar en Dios y ver
que él es fiel.
Hemos aprendido lo que significa mantener nuestras manos abiertas
para recibir alimento de lo alto.
Los problemas vendrán. Pero cuando pasen, si nos hemos
mantenido muy cerca de Dios, veremos que hemos crecido, que estamos profundamente
arraigadas en la fe, más fuertes que antes.
Y cuando las cosas se pongan realmente difíciles, vamos a
recordarnos unas a otras que del otro lado de este problema hay hermosos retoños
de resistencia que florecieron bajo su cuidado fiel.
Amado Señor, esta dificultad es dura pero hoy la veo como
otra oportunidad para crecer en ti. Gracias porque nunca cambias. Eres fiel, incluso
cuando la vida es incierta. En el nombre de Jesús, amén.
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios
Proverbios 31 dejas una huella en la eternidad porque tu compra apoya las
diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar
esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes
almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo
tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con
nosotros. ¡Gracias!
Es importante alimentarte
espiritualmente cuando estás pasando por pruebas. Lamentablemente este es un
momento en que a menudo nos aislamos o retiramos, incluso de Dios. Esto te deja
vulnerable al desaliento.
Busca un lugar
tranquilo y acogedor. Aleja las distracciones (yo pongo mi música de adoración).
Medita en las Escrituras. Habla honestamente con Dios acerca de tu prueba.
Versículos poderosos:
2 Corintios 4:17-18, “Pues los sufrimientos ligeros y
efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más
que todo sufrimiento. Así que no nos
fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero,
mientras que lo que no se ve es eterno. “(NVI)
1 Pedro 1:7, “El oro, aunque perecedero, se acrisola al
fuego. Así también la fe de ustedes, que
vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrara que es
digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. “(NVI)
© 2013 de Suzie Eller. Todos los derechos están
reservados.
Van
Walton. Directora del ministerio para latinas
Judith Hernández, la voz latina
Natasha Curtis
Waleska Nickerson
Veronica Young
Karina Córdova
Cony Villareal
Diana Torres
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