sábado, 6 de julio de 2013
Wendy Pope
“ Y el sol se detuvo, y la luna se paró, hasta que la
gente se vengó de sus enemigos..."
Josué 10:13a (NVI)
Lectura:
En el versículo clave de hoy nos encontramos a Josué que
necesitaba un poco más de tiempo en su día. Josué y el ejército de los
israelitas estaban peleando con otros cinco ejércitos de los amorreos para
conquistar la tierra asignada para ellos luego de cruzar el río Jordán. Josué y
sus hombres estaban cansados. La batalla por el territorio había sido intensa.
Como líder, Josué había decidido viajar toda la noche para atacar a los
enemigos por sorpresa. Y nos encontramos a Josué pidiéndole a Dios que detuviera
al sol y a la luna para que pudieran pelear.
Hace como una década que el Señor me llamó de manera
radical a confiarle mi tiempo y levantarme cada mañana, antes de que el sol
saliera, a pasar un tiempo en oración y leyendo su palabra. Recuerdo que le pregunté
a Dios: “¿Cómo puedo hacer esto?”. Yo argumentaba: “Soy una madre y esposa
ocupada”. El bebé solo tiene unos pocos meses. Necesito dormir”.
Yo obedecí pero no con toda la disposición en mi corazón. Nunca se me ocurrió pedirle a Dios que me ayudara al ajustar mi horario para que yo pudiera caminar en obediencia a Él y al mismo tiempo pudiera encargarme de todas mis otras responsabilidades.
Mi problema no era que yo no quisiera conocer a Dios a
través de la oración y de su Palabra. El problema era que yo pensaba que podía
manejar mi tiempo mejor que él. Yo me creí la mentira que me decía que yo tenía
el control, ajustaba mi día y lograba mucho. La mentira me decía que yo no
necesitaba a Dios para las cosas pequeñas de mi vida diaria. La mentira me
decía que yo no necesitaba diezmar a Dios los primeros frutos de mi día. La
mentira, mintió.
De la misma forma en que los reyes del sur fueron
derrotados, también lo fue mi mentira.
Durante esta última década he aprendido a llamar a Dios, como lo hizo Josué,
y pedirle que “el sol y la luna se detengan” para que yo pueda completar lo que
Él me ha ordenado que haga. Es mi deseo estar en paz con su tiempo y no
completar mi lista. ¿Que si creo que Dios ha tomado el tiempo en sus manos por
mí? Sí lo creo. ¿Y cómo puede ser eso
posible? Él es Dios, el gran Yo Soy, y el creador del tiempo. Yo solo soy una
“yo no soy” disfrutando de la historia de Dios un día a la vez. ¿Estás
dispuesta a confiar tu tiempo en sus manos marcadas por los clavos?
Amado Dios, ayúdame a saber que tú eres bueno. En el nombre de Jesús, amén.
Reflexionar y responder:
Escoge un lugar para el tiempo que vas a pasar con el
Señor. Pon tu reloj despertador diez
minutos más temprano para pasar tiempo con él. Pídele que te ayude a planear tu
horario para el día y lograr lo que él necesita que logres. Escribe en un
diario lo que Dios te enseñe acerca de tu tiempo.
¿Qué o quién determina tu horario?
¿Qué puedes hacer para aminorar la marcha?
¿Confías en Dios para que se encargue de tu rutina
diaria? Si no, ¿por qué?
Si contestas que “sí”, alábale por su obra en tu vida.
Recursos relacionados:
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31
dejas una huella en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas
que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos
competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea,
pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo
todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Versículos poderosos:
Génesis 1:3-5, " Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir. Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz la llamó «día», y a las tinieblas, «noche». Y vino la noche, y llegó la mañana:
ése fue el primer día.'" (NVI)
Eclesiastés 3:1, " Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: " (NVI)
Eclesiastés 3:11a, "Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el *hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin." (NVI).
Génesis 1:3-5, " Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir. Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz la llamó «día», y a las tinieblas, «noche». Y vino la noche, y llegó la mañana:
ése fue el primer día.'" (NVI)
Eclesiastés 3:1, " Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: " (NVI)
Eclesiastés 3:11a, "Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el *hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin." (NVI).
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