lunes, 4 de agosto de 2008
por: Van Walton Coordinadora del ministerio hispano Proverbios 31, Ministerios para la mujer Versículo Clave: Efesios 5:1, “Ustedes son hijos de Dios, y él los ama. Por eso deben tratar de ser como él es.” (BLS) Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo. martes, agosto 5 Devocional para hoy: ¿Ser imitador de Dios? Leo esto y considero, “¿Qué estaba pensando Dios cuando le dijo a Pablo que escribiera estas palabras?” En ninguna manera yo, una mera humana, pecadora caída, mujer egoísta pudiera entender lo que quieren decir estas palabras. Dios es Dios. El es santo, perfecto y poderoso. Yo, soy yo. Soy humilde, dañada, y débil. Lo vuelvo a leer, “Sed, pues, imitadores de Dios…” Mi mente vaga a una sugerencia bíblica no tan difícil como “no mate” o “ame a su vecino”. Pero, el verso continúa cruzando mi mente. “Sed, pues, imitadores de Dios.” ¿Es eso posible? Recientemente aprendí que es posible ser imitador de Dios. Me encontré con un hombre y lo observé a él viviendo su vida como un imitador. Te quiero presentar a mi amigo, el imitador. Mi hijo y el hijo del imitador son compañeros escolares y juegan con el mismo equipo deportivo. Esta amistad me lleva a conocer al imitador. La primera vez que comprendí que él era un imitador fue un sábado por la tarde cuando nuestros niños estaban jugando baloncesto en un área de la ciudad que estaba descuidada. Las casitas en el barrio necesitaban pintura y los jardines quedaban en un estado de negligencia. Y el edificio donde íbamos a jugar el torneo de baloncesto era viejo y estaba sucio. Llegando al gimnasio donde los niños iban a jugar, padres parquearon sus carros. Nuestros atletas se reunieron, y todos nos dirigimos hacia el edificio, muchachos riéndose, empujando y tirando las bolas. Padres caminaron tras sus hijos, hablando sobre las estadísticas de juegos y planificando torneos para el futuro. Fue en ese momento que tuve una experiencia sagrada. Noté que niños estaban corriendo hacia nosotros de un lado y otro. Mientras corrían, repetían un nombre, el nombre de un hombre popular y celebrado que viajaba con nosotros. En días pasados había sido una estrella del NBA (Asociación Nacional de Baloncesto) y un miembro bien respetado en nuestra comunidad. Primero oí su nombre en voces bajas. Entonces escuché anuncios de su llegada. Habían preguntas sobre si acaso en realidad era él. Su nombre lo repetían muchas veces, con mucho gozo, también hablando de su equipo popular, y entonces gritando su nombre. Aquellos que primeramente lo notaron ahora confirmaron su presencia. El andaba con nosotros, espectadores quienes vinieron para animar el torneo de nuestros hijos, pero volteó y les sonrió a ellos; a los más pequeños. Ningún niño, sin importar su aspecto, edad o posición fue rechazado. Niñitos sucios salían de todos lados y lo tocaron; el imitador. Otros agarraron sus piernas pies él es muy alto. Fueron recompensados, no rechazados. Las manos grandes descendieron del hombre, acariciando cabezas y hombros, invitando a todos los niños que se juntaran junto a su lado. Pronto el celebrado atleta fue rodeado de risas y alegría. Muchachitos gritaron su nombre, lo tocaron y bailaron alrededor de él. Esta escena vino a parar frente a mí. Me acuerdo de la pintura que estaba colgada sobre mi pared cuando era una niña pequeña. Debajo estaba escrito, “Dejen que los niños se acerquen junto a mí.” El imitador llegó a las escaleras de la escuela. Agarró un niñito y lo alzó, riendo con su amiguito. Después se sentó allí en el suelo sucio. Muchachos se tiraron hacia él, colgándose sobre sus hombros. Él los agarró y los sentó sobre sus piernas. Jugando con todos, hasta que ya habían gozado en su presencia, se paró con la riza que le hace famoso. Casualmente entró al gimnasio para ver el torneo de su hijo. Los que llegaron a alabar a su héroe entraron con él, mano en mano, o se fueron a las corridas. Con alegría anunciaron que su ídolo había llegado al bario, proclamando que ellos lo tocaron, lo llamaron por su nombre, y él les regaló poco de su afecto. Observé este momento sagrado. Fue una pintura de Jesús, hace miles de años, cuando la gente buscaba y seguía tras el Hijo de Dios y no fueron rechazados. Desde ese sábado de revelación he visto a mi amigo imitar a Dios en muchas maneras. El pasa tiempo con los pobres, los que tienen hambre y los que no tienen donde vivir. Por medio de su fundación para los desafortunados en la comunidad, él ayuda a muchísima gente. Sus centros de enseñanza son lugares seguros donde la educación se anima y la imagen positiva de los estudiantes se promueve. Aquí se ofrece el entrenamiento necesario para sobrevivir. El es un ‘coach’ voluntario, cuando pudiera viajar y levantar su propio nombre. Todo el mundo lo ve ser un aficionado de sus hijos mientras ellos juegan a la bola. Durante estos momentos su niñita descansa en los brazos protectivos de su padre. Si está guiando un grupo de atletas jóvenes, no solo los anima en la cancha, él es el chofer y el que trae la pizza para que coman después de la práctica. ¿Tal vez me preguntas como lo sé que él es un imitador y no solamente un hombre quien hace buenas obras en la comunidad? Por esto lo se: Es un hecho que todos en nuestra ciudad saben. El está enamorado con el Señor. No tiene vergüenza por las Buenas Nuevas, porque invita a los niños en sus equipos que lleguen temprano a la práctica para que él les pueda leer la Biblia y estudiar la Palabra de Dios con cualquier joven que se siente junto a él. ¿Ser imitador de Dios? ¡Es posible! ¡Yo lo he visto con mis propios ojos! Mi oración para hoy: Padre, cuando tú nos invita a imitarte es un honor. Nunca dejes que yo te avergüence. Perdóname cuando no practico ser un imitador tuyo. miércoles, agosto 6 Aplicación: Haga una lista de las muchísimas cosas que haces cada día. ¿Cuáles actividades incluyen “imitar a Dios”? Efesios 4:17 – Efesios 5:12 son versículos que describen el camino del Cristiano. Léalos y pídale a Jesús que le conforme a Su imagen. jueves, agosto 7 Puntos para reflexionar: Amando a los niños no es la única manera en que se puede imitar a Dios. Cuando él anduvo esta tierra, Jesús realizó muchos hechos. Cada uno de nosotros hemos sido llamados para usar los dones únicos que Dios nos regaló. ¿Qué puedes hacer en tu vida diaria para imitarle a Él? ¿Cuándo otros te observan, ven tu vida como la vida de una mujer que es una ‘imitadora’? ¿Conoces imitadores en tú círculo de amistades? ¿Qué has hecho para animarles en su camino? viernes, agosto 8 Versículos para recordar: Mateo20:34, “Jesús tuvo compasión de ellos, y les tocó los ojos. En ese mismo instante, los ciegos pudieron ver de nuevo, y siguieron a Jesús.” (BLS) Mateo 25:34-36, “Entonces yo, el Rey, les diré a los buenos: "¡Mi Padre los ha bendecido! ¡Vengan, participen del reino que mi Padre preparó desde antes de la creación del mundo! Porque cuando tuve hambre, ustedes me dieron de comer; cuando tuve sed, me dieron de beber; cuando tuve que salir de mi país, ustedes me recibieron en su casa; cuando no tuve ropa, ustedes me la dieron; cuando estuve enfermo, me visitaron; cuando estuve en la cárcel, ustedes fueron a verme". (BLS) Lucas 12:15, “Miró entonces a los que estaban allí y les dijo: "¡No vivan siempre deseando tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz". (BLS) Juan 4:34, “Pero Jesús les dijo: ‘Mi comida es obedecer a Dios, y completar el trabajo que él me envió a hacer.’ ” (BLS) Gálatas 6:2, “Cuando tengan dificultades, ayúdense unos a otros. Esa es la manera de obedecer la ley de Cristo.” (BLS) Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional. Laura A. Colón González, editora Judith Hernández: judithhernandez.blogspot.com Janet Eckles: http://www.janetperezeckles.com/ Ángela Vásquez Ana Stine

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