martes, 30 de marzo de 2010
de Beth Ingersoll
graduada de She Speaks (Ella Habla – Conferencia de Presentadoras de Proverbios 31)

Versículo clave:


Salmos 23:5, “Tú preparas una mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.” (LBLA)

Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo


martes, el 30 de marzo

Lectura:

—Vamos a lavarte el pelo esta noche, hijito—. Supe que, como a muchos niños de tres años, a él no le gusta cuando le lavamos el pelo y no quise una pelea. Le hablé con voz baja y quieta. Ojalá esta vez íbamos a tener una experiencia diferente.

—Bien, mami —sonrió jugando con sus carros alrededor de la tina.

Aarón no me dio ningún problema. No había lágrimas, patadas, ni gritos, una buena cosa, puesto que los niñitos preescolares no se pueden controlar cuando están resbalosos y cubiertos con espuma. ¿Su recompensa? Permití que él jugara más en la tina con sus carros favoritos y con botellas viejas, una vez llenas be burbujas para el baño.

Mientras yo lavaba su pelo, Aarón llenaba la botella vacía con agua. En unos momentos agua, jabón, y espumas rebosaban por los lados de la botella. Mirando el agua que pasaba por sus manitas, me di cuenta de que Dios nos lava de la misma manera. Él es nuestro Padre que nos adora, cuidan de sus niños cada día. Él espera que vivamos la vida que él prepara para nosotras y no la vida que deseamos, muchas veces alejada de él. Las esperanzas de Dios son que vivamos en obediencia a la Palabra de Jesucristo. Él desea ver la Verdad en nuestra vida y que no nos portemos necios con patadas, gritos y lágrimas. Él solo quiere que le escuchemos y tengamos fe en él. Él desea ungir nuestras cabezas y llenar nuestras copas hasta que rebosen con el agua viva de Jesús.

Cuando obedecemos y hacemos lo que él desea, Dios nos recompensa. Y, aunque más tiempo jugando en la tina parece una buena recompensa, él nos bendice de muchas otras maneras que son demasiado numerosas como para contar. La bendición que tuve hoy fue tener la verdad de Dios revelada por medio del juego inocente de mi hijo.

Cualquier persona que me mirara durante ese tiempo podría haber pensado que estaba loca por la sonrisa que tenía en mi cara mientras miraba el juego de Aarón. Pero, ¿sabes algo? ¡Pienso que Dios tenía la misma sonrisa en su cara mientras me miraba a mí!

Mi oración para hoy:

Padre amado, ayúdame hoy a tener fe en ti. Enséñame a confiar en ti aunque tenga miedo. Ayúdame a recordar que tú siempre tienes los mejores propósitos para mí y que mi copa rebosa con bendiciones cuando te obedezco. Oro en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, Amén.


miércoles, el 31 de marzo

Recursos relacionados:

¿Qué hago ahora?
Màs recursos http://www.proverbs31.org/spanish/recursos.php

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jueves, el 1 de abril

Pasos para la aplicación:

Escribe en un papelito algunas cosas en tu vida que te hayan molestado cada día. Explica cómo puedes caminar en fe aunque temes a lo que no ves. Dáselo a Dios y verás lo que él puede hacer con tu preocupación. Comprométete hoy a dejar que Dios arregle tu situación y déjalo a los pies de la cruz.

jueves, el 1 de abril

Puntos para reflexionar:

¿Crees en tu corazón que Dios conoce lo mejor para ti?

¿Puedes decir honestamente que tienes fe en Dios para cualquier cosa?

¿Alguna vez le has entregado algo a Dios? ¿Cuál fue el resultado?


viernes, el 2 de abril

Versículos que te darán fuerza:

Salmos 31:14, “Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: ‘Tú eres mi Dios.’ ” (NVI)

Salmos 37:3-4, “Tú debes confiar en Dios. Dedícate a hacer el bien, establécete en la tierra y mantente fiel a Dios. Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas.” (BLS)

Proverbios 3:5,”Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento.” (LBLA)

© 2010 de Beth Ingersoll. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández
Ana Stine

Natasha Curtis
lunes, 22 de marzo de 2010
Judith Hernández
Voluntaria con el ministerio hispano de
Proverbios 31 Ministerios para la mujer

“Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor.” Proverbios 31:26, (NVI)

martes, el 23 de marzo
Lectura:

Por muchos años he tenido esta conversación con Dios:

“¡Quiero enseñar a otras mujeres a depender de ti! Pero no sé como hacerlo; no sé que hacer; no sé como empezar. Dios mío, quiero servirte y ser útil para expandir tu reino. ¿Podrías enseñarme hacia donde caminar? Guíame Señor.”
Mi corazón ardía por decirles a otras mujeres como Dios había cambiado mi vida, me había perdonado, me había limpiado, me había transformado, y como Él estaba haciendo cosas tan maravillosas todos los días en mi corazón y en mi interior.

Asistía a un grupo de damas en la iglesia y veía como la pastora y otras mujeres exponían la palabra de Dios. Hablaban de las maravillas de Dios en sus vidas. Durante todo este tiempo el solo pensar que yo lo hiciera me aterraba. ¿Podía hablar yo en público? Pues, sabía que podía hablar delante de las personas sobre los impuestos, las noticias de televisión y la radio. También podía instruirlos en cosas de mi trabajo. Pero cuando se trataba de las cosas de Dios, mi mente se quedaba en blanco y mi boca se congelaba.

Con muchas oras de oración y mucho tiempo de doblegarme delante de Dios la mano de una amiga que Dios puso en mi camino fue lo que me ayudo a ventilar ese fuego de enseñar y de hablar. Dios la uso para que esa pasión no se extinguiera en mi corazón.

Esa mujer de Dios me enseño, me corrigió, me guió, me instruyó y me aconsejó. Me invitó a participar en una conferencia donde participé en un grupo con otras 10 mujeres donde cada una pasó al frente y dio su primera presentación para ser evaluada, discutida, y corregida. Aunque mis nervios nunca me dejaron, la presencia de Dios tampoco faltó. Él usó la sabiduría de las mujeres en mi grupo. Con mucho amor me dijeron mis errores, mis debilidades, mis puntos fuertes, y tuve una completa evaluación.

Ahora sé que sí lo puedo. Sí puedo pararme enfrente de personas para compartir el amor de Dios. Y tú también lo puedes, especialmente si Dios te está llamando. Sabes que Dios ha preparado mujeres con un gran corazón que quieren ayudar en darte dirección. She Speaks, está a tú disposición, y yo te invito a que así como yo aprendí, tú te registres este año y descubras las maravillas que Dios tiene para ti.

Mi oración para hoy:

Padre amado te doy gracias por usarnos en la tierra. Gracias por usar She Speaks para guiar, equipar, evaluar, y animar a otras mujeres las cuales tú has llamado a expandir tu reino. Amado Dios hoy te pido por cada una de las mujeres que tiene fuego en su interior, para que tú coloques los recursos que ellas necesitan para poder venir a prender y darte a conocer. En el nombre de Jesús, Amen.

miércoles, el 24 de marzo

Recursos relacionados:

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Pasos para la aplicación: Considere si una conferencia para animarte y enseñarte será el plan de Dios para tu vida.

jueves el, 25 de marzo

Puntos para reflexionar:

¿Conozco el plan que Dios tiene para mi vida?

¿Estoy dispuesta a seguirle a Dios a dónde Él me llama?

¿Tal vez puedo reunirme con unas mujeres dentro de mi iglesia para empezar un grupo de damas e invitar a una conferencista para que nos anime?

viernes, el 26 de marzo

Versículos que te darán fuerza: Romanos 10:14, “Pero, ¿cómo van a llamarlo, si no confían en él? ¿Y cómo van a confiar en él, si nada saben de él? ¿Y cómo van a saberlo, si nadie les habla acerca del Señor Jesucristo?” (BLS)

Efesios 5: 7-12, “A cada uno de nosotros Cristo nos dio las capacidades que quiso darnos… Él fue quien les dio a unos la capacidad de ser apóstoles; a otros, la de ser evangelistas; y a otros, la de ser pastores y maestros. Hizo esto para que todos los que formamos la iglesia, que es su cuerpo, estemos capacitados para servir y dar instrucción a los creyentes.” (BLS)

© 2010 de Judith Hernandez. Todos los derechos están reservados.
lunes, 8 de marzo de 2010
por Glynnis Whitwer


Miembro del Equipo de conferencistas

de Proverbios 31 Ministerios para la mujer

Versículo clave:

1 Corintios 1:25, “Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres.” (LBLA)

Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo

martes, el 9 de marzo

Devoción:

Mi hijo que está en primer año pertenece al equipo de lucha libre de la escuela. Después de una temporada maravillosa, Dylan enfrentó una decepcionante derrota, y no estaba muy contento. De hecho, estaba convencido de que el árbitro había cometido algunos errores cruciales.

Si bien me perdí el enfrentamiento, a la mañana siguiente durante el desayuno escuché el resumen del relato. Dylan describió sus maniobras y elaboró aquellas que, según él, le deberían haber garantizado la victoria.
"¡Tenía al cuerpo de este chico atrapado e inmovilizado en tijeras con la espalda sobre el piso, pero el árbitro no me dio puntos por haber puesto a ese chico sobre las espaldas! Me explicó Dylan.
Su hermano mayor, que también había practicado lucha libre, le sugirió: "Es que probablemente no lo tenías controlado".

"Pero lo tenía acostado sobre la espalda," discutió Dylan.

"Pero el árbitro se dio cuenta de que realmente no lo tenías bajo control. Por eso no te dio puntos por esa maniobra," insistió Josh. Dylan aceptó esa posibilidad y la conversación cambió de tema.

A medida que pasó el día, la imagen de ese enfrentamiento me visitó varias veces. Y comencé a desarrollar un paralelo con mi propia vida. Me imaginé luchando contra una de mis dificultades, pensando que la tengo bajo control, y de repente descubrir que en realidad no es así. Me imaginé a Dios observando mi lucha, viéndome cantar la victoria, pero sabiendo bien que solo se trata de una ilusión de control. También me imaginé a Dios ahí parado viéndome con paciencia, esperando que reconozca mi lucha y le pida ayuda.

Hay muchos aspectos de mi vida en los que yo creo que triunfaría si tan solo lo intentara con más intensidad. O si tan solo pudiera descubrir el sistema perfecto para la administración del tiempo, podría lograr todo lo que me propongo. O si tan solo me mordiera la lengua, podría ser más paciente.

Lo cierto es que la única forma en la que triunfaré sobre mis dificultades es aceptando día a día que no tengo el control completo sobre las mismas, y pidiéndole a Dios que me ayude.

Hubiera deseado que mi hijo triunfara en esa pelea, pero Dios la utilizó para enseñarme a mi una lección. Se puede lograr el triunfo sobre las dificultades... pero voy a requerir ayuda divina.

Mi oración para hoy:

Amado Dios, gracias por tenerme paciencia cuando ves que tengo dificultades con lo mismo una y otra vez. Ayúdame a ver la realidad de mi necesidad de Ti cada momento de mi vida. Te pido que me ayudes a triunfar en mis persistentes luchas. En el nombre de Jesús, Amén.

miércoles, el 10 de marzo

Recursos relacionados:

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Pasos para la aplicación:

Escribe en una tarjeta una de tus dificultades contra la que luchas Comprométete a orar todos los días por esta lucha durante 7 días. Admite que no tienes el control completo sobre la situación y pídele a Dios que te ayude.

jueves, el 11 de marzo

Puntos para reflexionar:

Lee 1 Juan 5:1-5 ¿Qué significa vencer al mundo?

¿Cuál es la fuente de fortaleza a la que hacen referencia estos versículos?

¿Qué relación hay entre la fe, la obediencia a Dios, y la experiencia del triunfo sobre tus luchas?

viernes, el 12 de marzo

Versículos que te darán fuerza:

1 Juan 5:5 "¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?" (LBLA)
Salmo 46:1, “Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” (LBLA)
Salmo 121:1-2, "Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra." ((LBLA)
© 2010 de Glynnis Whitwer. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández

Ana Stine

Natasha Curtis
lunes, 1 de marzo de 2010
por Amy Carroll                                                                                            Miembro del Equipo de                                                                                Conferencistas de Proverbios 31                                                                      Ministerios para la mujer


Versículo clave:

I Tesalonicenses 5:16-17 “Estad siempre gozosos; orad sin cesar...” (LBLA)

Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo


martes, el 2 de marzo

Devoción:

Hay una mujer que trabaja en el supermercado de mi zona que siempre me alegra el día. SIEMPRE demuestra una actitud positiva y alegre. Estoy segura de que no debe ser fácil trabajar con el público y pasar largas horas de pie, por eso hoy le pregunté cuál era su secreto. -¿Mi secreto para embolsar los productos?-me preguntó sorprendida.

-No,-exclamé. -Quiero saber cuál es tu secreto para mantener tu actitud tan positiva. Ella simplemente me mostró su gran sonrisa y me dijo que Dios era su secreto. Y siguió explicándome cómo hoy había tenido que estar en el trabajo a las 6:00 de la mañana, y que se había tenido que levantar a las 3:30 para pasar tiempo con Él.

Las lágrimas comenzaron a rodar por mi rostro al pensar en esta preciosa hermana en Dios pasando tiempo con el Señor en medio de la oscuridad preparándose para atender a toda la gente que pasaría hoy por su caja. Ella comparte su entusiasmo, energía y sonrisas por igual con cada cliente. Es una hermosa mujer, pero no tiene la ventaja de la juventud que tiene la mayoría de sus compañeras de trabajo. Esta mujer se había levantado en medio de la madrugada, había pasado tiempo con Jesús, y trabajado un turno de 8 horas. Ella confesó que no siempre era fácil. -Para la cuadragésima hora de trabajo de mi semana laboral, ya estoy bien cansada-me dijo. -Pero Él es mi secreto.

R.A. Torrey una vez dijo: "La razón por la que muchos pierden en la batalla es porque esperan hasta la mera hora de la batalla. La razón por la que otros triunfan es porque ya obtuvieron la victoria en sus rodillas mucho antes de presentarse al campo de batalla... Anticipa tus batallas; lúchalas sobre las rodillas antes de que llegue la tentación, y siempre tendrás la victoria."

Lucia, la cajera del supermercado es el ejemplo viviente de esta cita bibliográfica. Ella se prepara para la batalla diaria mediante la oración. Es una mujer común como yo, pero ha elevado lo común a un nivel de belleza que trasciende.

Yo soy una persona de acción, y la oración no es algo que me nazca fácilmente. Apenas abro los ojos por la mañana quiero empezar a atacar las tareas que tengo en mi lista de quehaceres. Sin embargo, Lucia me recuerda esta verdad. La oración no es una preparación para el trabajo. ES el trabajo. Lo que me ha ayudado tremendamente es un diario de oraciones. El escribir mis oraciones me ayuda a concentrarme sin distraerme tan fácilmente. También consiste en un excelente registro que me permite retroceder y recordar lo que el Señor ha hecho y en qué formas Él ha respondido a mis oraciones.

Como tú, tengo parias batallas por luchar. Hoy necesité a Lucia para recordarme que el tiempo que paso con Dios no tiene valor.

Mi oración para hoy:

Querido Señor, quiero estar lista para los desafíos que se presentarán hoy. Ayúdame a recordar que no hay nada que me dé mejor preparación que el pasar tiempo contigo. En el nombre de Jesús, Amén.

miércoles, el 2 de marzo

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¿Conoces a Jesús?

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Pasos para la aplicación:

Guarda un tiempito para orar cada mañana. Conviértelo en una "cita permanente" con Jesús antes de que empiece el día.

Ora sin cesar. Alaba a Dios todo el día. Alábalo, ruégale que te ayude o dile que lo amas. ¡Él está allí!


jueves, el 4 de marzo

Puntos para reflexionar:

¿De qué modo soy diferente en los días que oro?

¿Cómo usa Dios mi oración para prepararme para la batalla?

viernes, el 5 de enero

Versículos que te darán fuerza:

1 Pedro 3:12, "Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra los que hacen de mal.” (LBLA)

Lucas 18:1, “Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer.” (LBLA)

© 2010 de Amy Carroll. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora                                                                                         Judith Hernández
Ana Stine
Natasha Curtis

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