martes, 27 de abril de 2010
Glynnis Whitwer
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

Versículo clave:

Génesis 22:14, “A ese sitio Abraham le puso por nombre: ‘El SEÑOR provee.’ Por eso hasta el día de hoy se dice: ‘En un monte provee el SEÑOR.’” (NVI)

Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo

martes, el 27 de abril

Lectura:

¿Alguna vez has enfrentado una situación tan difícil que parece no haber esperanza alguna?

Quizás te has preguntado cómo vas a pagar la cuenta de electricidad este mes. O quizás te preguntas si tu relación con tus hijos o con tu esposo mejorará algún día. Quizás alguien te ha lastimado de tal manera que dudas jamás volver a ser la misma.

Tristemente, vivimos en un mundo colmado de situaciones muy difíciles. Pero ¡todavía hay esperanza! Este mensaje de fe y esperanza se encuentra en la Biblia, en la historia de un hombre llamado Abraham.

Después de anhelar ser padre por muchísimos años, Dios finalmente bendijo a Abraham con un hijo, a quien puso como nombre Isaac. Pero él jamás se imaginó que un día el Señor probaría su fe pidiéndole que sacrificara a su hijo.

El día en que Abraham subió la montaña, con su amado hijo Isaac tras de él cargando la leña para el sacrificio, debió ser el día más terrible de su vida. Pero a pesar de su dolor y desesperación, Abraham continuo subiendo la montaña, paso a paso, confiando en la fidelidad de su Dios.

Y sin saberlo Abraham, alguien más subía la montaña.

En pleno silencio, sin que nadie se percatara, un corderito subía también hacia la cima. Por cada doloroso paso de fe y obediencia que Abraham daba, el cordero daba un paso hacia la misma dirección.

Al llegar al lugar indicado, y sin entender la razón por la cual el Señor deseaba que Abraham le entregara a su hijo, el hombre de Dios empezó a preparar el altar para el sacrificio. Y en el momento justo en que él levantó el cuchillo para cumplir con el mandato divino, una voz le gritó desde el cielo: “Abraham!”

Génesis 22:12-14, “No pongas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas ningún daño. Ahora sé que temes a Dios, porque ni siquiera te has negado a darme a tu único hijo.

“Abraham alzó la vista y, en un matorral, vio un carnero enredado por los cuernos. Fue entonces, tomó el carnero y lo ofreció como holocausto, en lugar de su hijo. A ese sitio Abraham le puso por nombre: El SEÑOR provee.”

Esta historia está escrita para que generaciones y generaciones de creyentes podamos hallar ánimo en momentos de desesperación y angustia. Cuando nuestra situación luce gris y sin remedio, Dios desea recordarnos que Él ya ha proveído la respuesta. Aunque no la veamos, aunque no la escuchemos, podemos confiar en la fidelidad de nuestro Señor.

Cuando mis circunstancias parezcan imposibles, confiaré en mi Señor. Jehová-Jire. El Señor proveerá.

Mi oración para hoy:

Amado Señor: Tú conoces mi situación y mi desesperación. Aunque deseo confiar en Ti, mi fe flaquea. Te ruego que intervengas en mi situación y que aumentes mi fe mientras espero tu ayuda y provisión. En el Nombre de Jesús. Amén.

miércoles, el 28 de abril


Recursos relacionados:

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Pasos para la aplicación:
Lee el Salmo 91. Has una lista de las promesas que Dios hace a los que en Él confían.

jueves, el 29 de abril

Puntos para reflexionar:

El tiempo de Señor no es el nuestro. ¿Cuáles podrían ser algunas de las razones por las cuales Dios espera un tiempo antes de responder a nuestras oraciones?

Lee la historia de Abraham e Isaac en Génesis 22. ¿Qué cosas hizo Abraham que tú puedes aplicar a tu situación?


viernes, el 30 de abril

Versículos que te darán fuerza:

Salmo 91:14, "Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre." (NVI)

Salmo 22:5, "A ti clamaron, y tú los salvaste; se apoyaron en ti, y no los defraudaste." (NVI)

© 2010 de Glynnis Whitwer. Todos los derechos están reservados.


Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández

Ana Stine 

Natasha Curtis
lunes, 19 de abril de 2010
de Amy Carroll
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

Versículo clave:

"Bendice, alma mía, al SEÑOR, y bendiga todo mi ser su santo nombre... el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión..."
Salmo 103:1, 4 (LBLA)
Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo


martes, el 20 de abril

Lectura:

Un día mi empleadora, la mejor jefa del mundo, organizó nuestra reunión trimestral en un salón de belleza del barrio. A medida que me raspaban las callosidades de los pies, también se me ablandaba el corazón, y las noticias de nuestra empresa tomaron un segundo plano ante las noticias de la vida de una mujer. Estaba sentada al lado de Brenda, una compañera de trabajo que siempre atrae mi interés. Conversamos y nos reímos a medida que poníamos nuestras gastadas manos y ásperos pies en remojo. El ambiente era relajado y nuestra conversación se tornó hacia la madre de Brenda, Lilian.

Brenda contó una tras otra sorprendentes historias acerca de los últimos días de Lilian dado que ella estaba postrada en una cama de un hogar de ancianos muriéndose de cáncer. Su madre era un bastión de aliento y deleitaba a todos con encantadoras historias de su pasado y de la bondad de Dios a pesar de su decadente energía y del aletargamiento causado por los medicamentos para el dolor. Mientras escuchaba a Brenda describir a esta valiente santa, me conmoví y decidí que ¡quería ser como Lilian cuando fuera grande!

Aún atraía el interés de la gente a medida que ella luchaba con el deterioro de su salud, el abandono de su hogar y la pérdida de su libertad. Con orgullo Brenda contaba acerca de la actitud positiva de su madre y cómo ella se negaba a quejarse aún en medio de su dolor y dificultad. "Ella me enseñó todo acerca de cómo vivir,--dijo Brenda emocionada--y ahora me está enseñando a morir."

Al final de nuestra conversación, le pregunté a Brenda si su madre estaría dispuesta a hablar conmigo. Quería saber el secreto de la vida de esta increíble dama. Brenda le preguntó a su madre si yo podía visitarla y Lilian aceptó. Una tarde llegué y la encontré reclinada con tubos de oxígeno conectados a la nariz. Se veía pequeña en la inmensa cama hospitalaria y su voz era tenue, pero en los ojos de Lilian brillaba una chispa de emoción ante la oportunidad de contar algunas de las historias de su vida.

Como en el caso de la mayoría de las mujeres su edad, la vida de Lilian había conocido tanto la alegría como la tristeza. Había crecido con escasos recursos económicos y había sufrido económicamente durante unos cuantos años al principio de su matrimonio. Se había casado a los 17 años y había tenido tres hijos en tres años. El cuarto hijo llegó 14 años más tarde. Si bien describió estos años como muy difíciles, no dejaba de hablar de su amor por su esposo, su feliz matrimonio y su regocijo muto por los hijos.

Sus mayores sufrimientos aparecieron más tarde en su vida cuando su amada madre fue violada a los 80 años de edad en su propio jardín. Más tarde, en un hogar de ancianos, la madre de Lilian fue maltratada físicamente por un miembro del personal a pesar de que sus hijos la visitaban con frecuencia. Pasaron muchos años y nuevamente la golpeó la tragedia. Una noche helada, Lilian perdió a su nieta y biznieto en un terrible accidente automovilístico.

Durante estos difíciles momentos, Lilian se aferró a Jesús y sirvió a los que la rodeaban. Nuestra conversación acabó con estas palabras suyas: "Durante todo lo que pasamos, sabíamos que nuestra fuerza provenía del Señor. Cada vez que caíamos en el charco de barro, salíamos de un salto para caer en Sus brazos." En una conversación enriquecida con recuerdos y sabiduría, Lilian describió una intimidad y cercanía con Dios que la sostenía y la obligaba a madurar a través de una vida colmada de pruebas y triunfos. Saltar de un charco de barro para caer en Sus brazos es el tipo de confianza y exuberancia infantil que puede llevar a una mujer al final de sus días teniendo una relación con el Mismísimo Jesús aún vibrante y creciente.

Poco después de aquella conversación, Lilian falleció pero su legado vive aún hoy día. Fue una mujer con fe y resistencia increíbles. Una mujer que marcó el ejemplo para sus hijos, amigos, el personal del hogar de ancianos y para mí. Ella será siempre mi heroína.

Amado Dios, deseo dejar un legado como el de Lilian. Ayúdame a vivir una vida que dependa completamente de ti. Levanto mis brazos hacia ti y salto sabiendo que Tú me atajarás. Límpiame el barro y abrázame. En el nombre de Jesús, Amén.


miércoles, el 21 de abril

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Pasos para la aplicación:

Busca y escucha las historias de fe de una santa mayor. ¡Será una bendición para ambas!


jueves el, 22 de abril

Puntos para reflexionar:

¿Cuál es mi promesa cuando me "caí en el charco de barro"?

¿A quién puedo animar con las historias de la bondad de Dios y su suficiencia?



viernes, el 23 de abril

Versículos que te darán fuerza:

Salmo 116:7, "Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque el SEÑOR te ha colmado de bienes." (LBLA)

Salmo 116:13, "Alzaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre del SEÑOR." (LBLA)

© 2010 por Amy Carroll. Todos los derechos están reservados
lunes, 12 de abril de 2010
de Lysa TerKeurst
Presidente de Proverbios 31,
Ministerios para la mujer

Versículo clave:

Isaías 6:8, “Entonces oí la voz del Señor que decía: ‘¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?’ Y respondí: ‘Aquí estoy. ¡Envíame a mí! ’ " (NIV)

Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo


martes, el 13 de abril

Lectura:

Tuvimos el privilegio de arropar cinco bendiciones de Dios dentro de sus camas anoche. Cuando Dios nos dio la iniciativa a mi esposo y a mí para adoptar a nuestros dos hijos de Liberia, muchas preguntas de antemano se aglomeraron en nuestras cabezas. Lloramos ante Dios desesperados por su guía y sabiduría. Hablamos con nuestros padres (quienes pensaron que nos estábamos volviendo un poco locos), y amigos. Consideramos cada aspecto y luchamos con cada dirección profunda en nuestro espíritu. Sin embargo, a mí todo este asunto me resultaba más interesante que como lo veía mi esposo. Las preguntas de Art se centraban en el “¿cómo?”. Mis preguntas se relacionaban más con “¿por qué?”.

Art pensaba en cómo podríamos acrecentar nuestras finanzas a la talla de nuestra nueva familia. ¿Cómo podríamos encontrar tiempo para levantar a dos chicos más? ¿Cómo podríamos educar muchachos hombres (ya que en nuestra casa pensábamos en rosado)?, y ¿cómo podríamos adecuar cuartos para ellos?

A través del proceso mis preguntas más profundas fueron siempre: ¿Por qué a nosotros? A duras penas conocía lo que debía hacer como madre de tres hijos, y no estaba tan segura de conocer ¡qué haría una madre con cinco hijos! Yo pensaba: “Dios, ¿no deberías escoger a alguien que se viera como una mujer madura, con sus zapatos bien puestos y que pudiera sostener a estos chicos siempre con una amable sonrisa?

Un día llamé a mi querida amiga Sheila y le hice esta pregunta: “¿Por qué nosotros?”

Dejé a un lado mi corazón y le dí a conocer todas mis dudas y preguntas. Ella
pacientemente me escuchó, luego quieta y como murmurando una oración
contestó: “Porque Dios sabia que ibas a decir ‘sí’, Lysa.”

Quedé aturdida con su respuesta. Aquel fue el cumplido más maravilloso que jamás he recibido. Mi corazón se llenó de gozo y de repente, mi mente comenzó a llenarse de recuerdos, de los años de entrenamiento espiritual en los que Dios
me tomó y me colocó en el lugar preciso de una mujer quien dijo “sí” a Dios.

Dios nos dio muchas confirmaciones para adoptar a Mark y a Jackson, pero
ahora cuando miro atrás, me veo sentada en el banco de aquella iglesia, el día
que el coro de los chicos de Liberia cantó, cuando la extraordinaria invitación de
Dios cambió mi ordinaria vida. Podría haber sido más fácil, solo salir de la iglesia e ignorar el llamado de Dios.

Nuestros ojos se llenaron de lágrimas cuando Jackson y Mark dijeron sus oraciones antes de ir la cama la primera noche que pasaron en su casa nueva. Ellos le dijeron gracias a Dios por haber escuchado sus ruegos de muchos años y haberlos ayudado encontrar su camino a casa. Hemos tenido muchas experiencias impresionantes abrazados a Dios y cómo él nos llevó a adoptar a estos dos niños; por el camino que Él nos encaminó a hacerlo, es una de ellas.

Parecíamos una pintura de almas huérfanas. Y sabes, esto lo éramos hasta que hace miles de años el llanto de un recién nacido fue proclamado como nuestro Rey, Salvador, Señor de Señores, nuestro Príncipe de Paz, Jesucristo nació. Entonces él vivió, nos amó y se sometió a la muerte en una cruz.

Él dijo “sí” al más grande desafío de todos los tiempos. Él fue obediente y tres días más tarde Dios cumplió su promesa hecha en las Escrituras y lo resucitó de entre los muertos. Y esto pasó a ser el camino para que nuestros corazones pudieran escuchar esas siete simples palabras que cambian vidas: “Tú eres mi hijo, bienvenido a casa.” Esto es lo que Dios les dice a todos quienes confían en Él y aceptan a Cristo como Señor de sus vidas.

Mi oración para hoy:

Dulce Jesús, así como tu dijiste “sí” a la cruz por mí, para darme un hogar donde viviría contigo, permíteme tener un corazón que diga “sí” a ti y las oportunidades que pongas delante de mi. En el nombre de Jesús, Amén.

miércoles, el 14 de abril

Recursos Relacionados:

¿Conoces a Jesús?

Pasos para la aplicación:
Lee Salmo 37:5. ¿Está Dios llamándote a algo grande, realmente grande? ¿Es algo tan grande que no lo puedes llevar a cabo por tu propio esfuerzo? Escribe qué está conmoviendo tu corazón.

Es tiempo de comprometerte con cualquier cosa que Dios está poniendo en tu corazón para Él. Coloca todas tus cargas, ansiedades, dudas y miedos sobre él, y deja que sea él quien se encargue de los detalles. Él es tu Padre y puede ayudarte en todo. Escribe una oración en la que dejas todas tus cargas en sus manos y pídele ayuda para hacerlo.

Lee Jeremías 6:16 y Marcos 10:21-22.

Cuando Dios nos llama, no todos decimos “sí.” Estos dos pasajes nos darán una idea de quiénes fueron los que decidieron no lanzarse en esta gran aventura con Dios.


jueves, el 15 de abril

Puntos para reflexionar:
Déjame animarte y decirte que tu viaje espiritual no terminará en el minuto cuando te haces cristiana, ¡este es solo el comienzo! Ser un seguidor de Cristo es un proceso continuo de aprender, crecer, estirar y confiar. Cada día podemos mirar y escuchar la invitación de Dios para disfrutarlo a él y su maravilloso trabajo. ¡Debes estar preparada para decir “sí” en cualquier momento!


viernes, el 16 de abril

Versículos que te darán fuerza:                                                                         Lucas 22:42, Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya." (NVI)

2 Corintios 1:20, " Todas las promesas que ha hecho Dios son "sí" en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos ‘amén’ para la gloria de Dios." (NVI)

© 2010 de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados.


Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández

Ana Stine
Natasha Curtis
lunes, 5 de abril de 2010
por Susanne Scheppmann
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

Versículo clave:
1 Tesalonicenses 3:9, “¿Cómo podremos dar suficientes gracias a Dios por la gran alegría que ustedes nos han dado?” (BLS)

Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo


martes, el 6 de abril

Lectura:

Con un rostro malhumorado miré hacia el suelo. Yo no quería estar allí, pero el aroma de los rollitos de canela me tentaba a quedarme en aquella casa.

“¿Quieres uno?”, me preguntó mi futura madrastra.

Pensamientos contradictorios llenaron mi mente. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Me dolía el corazón. Pensé que debía serle fiel a mi madre y además ni siquiera conocía a esta mujer a quien mi padre amaba.
Ella, sin embargo, parecía ser muy amable y su voz estaba llena de alegría. Su risa hacía cosquillas a mis oídos. Y, por supuesto, esos deliciosos rollitos de canela me atraían.
Le dije que sí.

Este fue el inicio de una relación llena de amor. Mi madrastra pronto se convirtió en una amiga muy querida. No solo me enseñó cómo hacer esos deliciosos rollitos, sino que también me introdujo a mi Salvador, Jesucristo.

“¿Te gustaría aceptar a Jesús como tu Salvador personal?” ella me preguntó.

Yo le dije que sí.

Le debo gratitud a mi madrastra. Esta mujer de Dios, quien él puso en mi camino, logró hacer muchos cambios en mi vida. Unos pequeños, otros eternos. Ella bendijo mi vida días tras día.
La Madre Teresa dijo una vez: “En esta vida no podemos hacer grandes cosas. Sólo podemos hacer cosas pequeñas pero con gran amor”. Mi madrastra logró muchas cosas en mi vida con gran amor y pequeñas acciones. Ella me amó a través de los difíciles años de mi adolescencia. Ella modeló para mí a la mujer de Proverbios 31, con una actitud de devoción a Cristo, a su esposo, a sus hijos y a su comunidad.

Su vida ejemplificó las instrucciones que se encuentran en Tito 2:3-5. “Diles a las ancianas que se comporten como personas que aman a Dios. No deben ser chismosas ni emborracharse sino, más bien, ser un buen ejemplo para las mujeres más jóvenes y enseñarles a amar a sus esposos e hijos. También deben enseñarles a pensar bien lo que van a hacer y a ser dueñas de sí mismas, a atender bien a su familia y sujetarse a su esposo. Así nadie podrá hablar mal del mensaje de Dios”. (BLS)

Quizás exista una persona cuyo ejemplo bendijo tu vida y a quien tú debas expresar agradecimiento. Quizá tu madre, o tu madrastra, una tía, una amiga… Toma un momento para agradecerles esto. ¡Quizás hasta debas llevarles unos rollitos de canela! Será un momento muy dulce que ambas compartirán con alegría.

Mi oración para hoy:

Señor, te doy gracias por las mujeres que has puesto en mi vida para ayudarme a caminar en el sendero de la fe. Usa mi vida para ser de bendición para otras mujeres también.

miércoles, el 7 de abril

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Pasos para la aplicación:

Haz una lista de las mujeres en tu vida que hayan sido una inspiración para ti. Escríbeles una tarjeta de agradecimiento o llámalas por teléfono. Hazles saber la forma en que ellas han influenciado tu vida.


jueves, el 8 de abril

Puntos para reflexionar:

¿En qué persona influye mi vida día a día?

¿Hay alguien que necesite mi amistad y mi aliento?

¿Le muestro mi agradecimiento a quienes lo merecen?


viernes, el 9 de abril

Versículos que te darán fuerza:

Filipenses 1:3, "Siempre doy gracias a mi Dios, al acordarme de ustedes”. (BLS)

1 Tesalonicenses 1:2, "Siempre damos gracias a Dios nuestro Padre, y en nuestras oraciones pedimos que Dios los ayude. Sabemos bien que todo lo que ustedes hacen demuestra su confianza en Dios y su amor por él”. (BLS)

Romanos 12:10, "Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto”. (BLS)

Efesios 6:2, "El primer mandamiento que va acompañado de una promesa es el siguiente: ‘Respeta y obedece a tu padre y a tu madre’". (BLS)

© 2010 de Susanne Scheppmann. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional:

Wendy Bello, editora

Judith Hernández 

Ana Stine 

Natasha Curtis

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