lunes, 30 de abril de 2012

Wendy Bello

 “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.” (Filipenses 4:6, NTV).
         
Lectura:

Mientras me preparaba para participar en She Speaks [Ella habla], un evento extraordinario para mujeres del que ya te he hablado, mi mente batallaba con algo que me molestaba. Este evento es para mujeres de habla inglesa. El inglés es mi segunda lengua, aprendida después de los doce años y por lo tanto, según dicen los que saben, siempre que aprendamos un idioma después de esa edad, lo hablaremos con acento. Así que,  aunque domino el idioma, no podía dejar de pensar que mi acento se revelaría en el momento en que abriera la boca.

Lo interesante es que eso nunca antes me había molestado ni preocupado. Por primera vez el asunto de “hablar con acento” estaba levantándose como una enorme montaña delante de mí. Y Dios lo sabía. Incluso decidí no participar de ciertas cosas en el evento porque implicaban hablar en público, y yo prefería observar a dar un paso fuera de mi zona de comodidad en el español. 

Tal vez deba contarte que mi profesión es precisamente traductora, y además intérprete. Sin embargo, la inseguridad y la preocupación me estaban ganando la pelea. Siempre digo que Dios tiene un tremendo sentido del humor, y en este caso tampoco fue diferente. En cuanto puse mis pies en el lugar del evento y comencé a hablar con otras asistentes, el primer comentario que me hacían era:

“¡Qué acento tan bonito tienes!, ¿de dónde eres?”

Otra persona me dijo:

"¿Sabías que ahora está de moda tener un acento extranjero?"

Cuando cosas como estas se repitieron varias veces no me quedó más remedio que decirle al Señor:

“Anjá, ya entendí. Me preocupé por gusto. Lo que para mí era una montaña, para otros no existe ¡y en otros casos hasta es atractivo!”.

Muchas veces nos pasa así en la vida. Dejamos que alguna cosa pequeña se convierta en una enorme montaña que no nos deja ver. En este caso fue mi preocupación al pensar que mi acento pudiera ser una barrera, o hacerme lucir inferior. Dios se encargó de mostrarme que de nada vale preocuparse. Él lo tiene todo bajo control. La preocupación solo viene para quitarnos el gozo de disfrutar la bendición presente o futura.

Quizá ahora mismo estás preocupada por algo. La preocupación es como una mecedora, se mueve pero no llega a ninguna parte. Mira lo que dice Dios a través de Pablo en el versículo de hoy: “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho” (Filipenses 4:6, NTV). Por alguna razón nos resulta más fácil obedecer otros mandatos de Dios que este de no preocuparnos. No nos damos cuenta de las verdaderas implicaciones que tiene el acto de preocuparse, o estresarse, como le decimos ahora.

Hace poco leí esto en el libro One Thousand Gifts [Mil regalos] de Ann Voskamp: "Cualquier cosa que no sea gratitud y confianza es ateísmo práctico". Las palabras me dejaron sin habla, son duras de leer, pero reales. Cuando vivimos en un estado constante de preocupación lo único que estamos demostrando es que no creemos en el Dios que decimos creer, ni en la bondad que lo caracteriza.

Sé muy bien por experiencia propia que esto es una lucha para muchas, sino todas las personas. Implica un esfuerzo de nuestra parte el decidir confiar y no preocuparnos, pero quiero escoger ese estilo de vida. Cualquier cosa puede convertirse en una montaña si se lo permitimos. ¿Por qué mejor no dejar de preocuparnos, contárselo a Dios, y darle gracias, como dice el versículo de Efesios? Él se encargará de llevar la carga, como lo hizo conmigo, y al final la montaña desaparecerá.

Padre, gracias porque tú tienes el control de todas las cosas en mi vida. Perdóname cuando dejo que la preocupación me venza y mi vida en lugar de confianza muestre incredulidad. Gracias porque me amas. En el nombre de Jesús, amén.

Pasos para la aplicación:
Haz memoria de ocasiones en tu vida en que el Señor haya levantado tu carga. Dale gracias.

Toma unos minutos y pídele a Dios que te muestre aquellas cosas que puedan estar convirtiéndose en montañas en tu vida. Anótalas en un papel y luego busca un versículo bíblico con el que puedas “derribarla”. Si no se te ocurre ninguno, pídele a Dios que lo traiga a tu mente. Termina este tiempo dándole gracias a Dios por lo que hará para derribar tu montaña, aunque todavía no lo veas.


Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!

Visita el blog de Wendy donde podrás encontrar más palabras de aliento para tener “Un corazón confiado”, como parte del estudio basado en el libro del mismo título de Renee Swope.



Versículos que te darán fuerza:
Jeremías 32:27: “Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?”  (NVI)

1 Pedro 5:7: “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”. (NVI)

© 2012  de Wendy Bello. Todos los derechos están reservados.  



Proverbios 31 Ministerios para la mujer 616-G,
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www.proverbs31.org







lunes, 23 de abril de 2012

¿Quieres vencer al gigante de la inseguridad?

Con Renee Swope, autora del mismo libro Wendy Bello, editora y traductora principal de


¿Alguna vez has querido estar dentro de una de estas categorías…o en todas?

    Mujeres que descubren cuán valiosas son.

    Mujeres que quieren vivir con el poder del Espíritu Santo.

    Mujeres que están dispuestas a hacer algo muy valiente: creerle a Dios.

    Mujeres que quieren buscar y ver que es posible tener confianza en Cristo.

Si tu respuesta es sí, entonces el estudio de “Un corazón confiado” es para ti. Su autora, Renee Swope, escribió este libro como resultado de una larga jornada en su vida donde Dios le mostró que su mayor problema estaba en dónde ponía su confianza. Solo así podría vencer las dudas que ahogaban su vida y le hacían vacilar a cada momento y vivir en un círculo vicioso de derrota.

¿Cómo será el estudio? Muy sencillo, comenzando el miércoles 2 de mayo recibirás por correo el plan para cada semana. Vamos a compartir material correspondiente a distintos capítulos del libro, así como preguntas y pasajes bíblicos relacionados. El viernes tendremos un video-blog que tratará sobre el tema de esa semana. 

¿Qué hacer para inscribirte? Visita por favor el sitio web de Wendy, www.wendybelloblog.com y busca la casilla que dice “Suscríbete a De mujer a mujer”.  Allí pondrás tu correo electrónico. Luego recibirás un mensaje para confirmar tu suscripción y, ¡listo!

Además en nuestra página de Proverbios 31 en Facebook vamos a comentar sobre lo que hemos estado estudiando, videos musicales, y otras sorpresas. 

Sobre todo, cuenta con las oraciones de nuestro equipo de trabajo. Estamos muy emocionadas de emprender juntas esta jornada y sabemos que Dios hará grandes cosas. 

¡Nos vemos el miércoles 2 de mayo!

 
CHICAS as Crueles
Lynn Cowell

Colosenses 3:8  “Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno.” (NVI)
Lectura:

Estar en la fila para entrar al concierto le dio a mi familia suficiente tiempo como para mirar a la gente. Mientras que jóvenes y jovencitas pasaban hacia atrás de la fila, yo señalaba la vestimenta indecente. “¿Por qué debe usar eso en público?” “Oh no, no puedo creer que ella se sienta cómoda usando eso”, comentaba yo mientras nos pasaban una por una por el lado.
Debí haber  dicho varias de esas frases porque mi hija adolescente, la mayor, dijo: “Mami, estás siendo cruel”
Me sentí tan pequeña. Yo no había pensado que estaba siendo cruel. Simplemente les estaba mostrando a mis hijas cómo no vestirse. Pero mi hija tenía razón.
La verdad es que mis hijas ya saben cómo no vestirse; yo les he estado enseñando desde que tenían cinco años. Y ahora les estaba enseñando cómo juzgar a otra mujer. Les estaba enseñando a ser crueles.
Desde esa noche en el concierto he llegado a la conclusión de que las jóvenes crueles vienen de madres crueles. Cuando mostramos las debilidades de otros estamos siendo un modelo para nuestros hijos de cómo tener un corazón que juzga. En lugar de eso, lo que nosotras como madres debemos mostrar es compasión.
El versículo de hoy nos dice que nosotros debemos dejar toda calumnia, que significa observaciones escandalosas. Es más, ni en el versículo anterior ni en el siguiente se menciona que está bien calumniar a los demás.
Una forma en la que estamos superando el espíritu de crueldad en nuestra familia es dando cuentas. Cuando mis hijas están chismeando o hablando mal de otra muchacha, yo gentilmente se los muestro y ellas hacen lo mismo conmigo.
Al principio, el que mi hija me llamara a rendir cuentas fue un poco difícil.  Pero al hacer de esto una situación familiar, en lugar de ser solo yo corrigiendo a las chicas, nos está llevando a un mayor nivel de amabilidad.
Como yo, puedes sorprenderte al descubrir cuán seguido dices cosas poco amables. Si cuidan de las palabras entre ustedes, tanto tu como tus hijos se volverán más compasivos, juzgarán menos, ¡y serán mucho más cuidadosos con el tipo de palabras que dicen! Está funcionando conmigo, ¡sé que también funcionará contigo!
Amado Dios, quiero quitar toda difamación de mí y al mismo tiempo enseñar a mis hijos a hacer lo mismo. Por favor, limpia mi corazón que juzga y ayúdame a colocar una guarda en mi boca. En el nombre de Jesús, amén.

Pasos para la aplicación:
Sé espía de ti misma en las próximas 24 horas. ¿Tus palabras están construyendo o derribando?
Cuando tienes un pensamiento crítico de alguien, intencionalmente busca un comentario positivo que puedas hacer de esa persona.

Recursos relacionados:
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Mis palabras no están edificando y sí derribando, nada de eso es bueno.
Versículos que nos enseñan:
Romanos 12:10 “Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente” (NVI)

© 2012  de Lynn Cowell.  Todos los derechos están reservados.  
Proverbios 31 Ministerios para la mujer
616-G, Matthews-Mint Hill Road www.proverbs31.org

Natasha Curtis
Veronica Young


lunes, 16 de abril de 2012
Glynnis Whitwer


1 Tesalonicenses 5:11, “Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen.” (NTV)


Lectura: 

Un encuentro cercano con un camión en la autopista dejó manchas negras de goma en el coche de mi hijo mayor. Por desgracia, el hermano menor de Josh lo había tomado prestado y él causó el accidente. En el corazón de Josh se mezclaron emociones de alivio y molestia.



A pesar de las disculpas y de ofrecerle la garantía de pagarle, Josh sabía que su hermano no tenía el dinero para reparar el daño. Y puesto que el costo de la reparación era probablemente menor que el deducible del seguro, Josh decidió hacer canjear los servicios de cuidado de niños por los servicios de chapistería de un amigo. Fue una solución inteligente y bondadosa.


Su amigo trabajó durante ocho horas con esmero para eliminar las rayas negras, y todos pensamos que el coche se veía bien. Josh estaba orgulloso de su decisión de no cobrarle a su hermano y encontrar una forma creativa de reparar el coche.


Por lo menos, hasta que mostró su coche a unos amigos. En lugar de ver lo bueno, lo único que alguien dijo fue: "¡Todavía se puede ver la abolladura!"


Más tarde ese día, Josh se quejó en privado, "¡Todo ese trabajo, y ella sólo vio la abolladura!"


Le reafirmé sus decisiones generosas y traté de recuperar su alegría por la reparación. Pero el daño ya estaba hecho. Mi hijo me dejó de pie en la cocina pensando en la observación descuidada. Y me pregunté cuántas veces he visto solamente las abolladuras.


Hubo un tiempo en que yo misma pudiera haber hecho ese comentario. Muy a menudo me olvidaba de los esfuerzos realizados por mis hijos y solo veía lo negativo. Con demasiada frecuencia yo no lograba reconocer el progreso en los demás y sólo veía lo que quedaba por hacer. Incluso en mi propia vida tiendo centrarme en lo que no es, en lugar de celebrar lo que es.


En una época floreció en mí el espíritu que siempre critica al hacer comentarios descuidados. Sin embargo, yo sabía que la actitud de desaprobación no era compatible con la seguidora de Jesús que yo quería ser. Era contrario a las escrituras que había leído en mi Biblia, al igual que al versículo de hoy en 1 Tesalonicenses, que nos anima a fomentar y edificarnos unos a otros.


Así que años atrás le pedí a Dios que eliminara cualquier vestigio de orgullo malsano en mi corazón. Le pedí perdón por pensamientos críticos, y palabras críticas, y le pedí que espíritu de amor y misericordia llenara todos mis lugares desagradables. Quería dejar de mirar a las abolladuras y en cambio ver la belleza del esfuerzo.


Se requirió un montón de honestidad y confesión para enfrentar mi costumbre tan arraigada de siempre ver el problema. Incluso después de haber tomado las riendas de mis palabras, mi corazón todavía necesitaba atención. Sin embargo, cada vez que me enfrentaba a la cruda verdad acerca de lo que estaba pasando en el interior, la crítica se fue aflojando y me permitió celebrar el progreso imperfecto, en los demás y en mí misma.


¿Es posible que esos pensamientos críticos todavía asalten a mi mente? Sí lo hacen. Voy a ser honesta. Yo también vi la abolladura que quedó en el coche de mi hijo. Pero inmediatamente redirigí mis pensamientos hacia la generosidad de un hermano que perdonó, que optó por centrarse en la solución creativa y la bondad de su amigo. Y le di gracias a Dios porque mi respuesta en ese momento fue ver lo positivo para celebrar con mi hijo.


Las reparaciones están sucediendo por todos lados. Dios está obrando en las vidas de aquellos a quienes amo, Él está trabajando en mi vida también. Mi oración es llegar al lugar en el que ni siquiera vea las abolladuras. En cambio, quiero ojos y un corazón que se regocijan con la más pequeña mejoría, que alaban el potencial y reconocen el esfuerzo. A medida que trato de vivir la petición de Jesús de amar a los demás, el espíritu crítico dentro de mí tiene que morir, y el espíritu de amor necesita para tomar su lugar.


Querido Señor, gracias por ver lo bueno en mí. Tus pensamientos no me critican ni me condenan. En cambio, celebras cada poco de progreso que hago. Tu fe en mí me da ganas de hacerlo mejor. Ayúdame a dar ese regalo a los demás y a mí misma. En el nombre de Jesús, amén.


Recursos sugeridos:

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Refleja y responde: 

Un espíritu crítico suele tener sus raíces en las emociones subyacentes. ¿Cuáles son algunas de las razones por las que mujeres critican a los demás? Para empezar a cambiar el espíritu crítico, nos comprometemos a identificar y afirmar verbalmente o por escrito, los avances positivos en tres personas que conozcamos.



Versículos que nos enseñan:


Hebreos 13:3, “Acuérdense de aquellos que están en prisión, como si ustedes mismos estuvieran allí. Acuérdense también de los que son maltratados, como si ustedes mismos sintieran en carne propia el dolor de ellos.” (NTV)


Colosenses 3:16, “Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.” (NTV)


© 2012 de Glynnis Whitwer. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda editando este devocional:



Wendy Bello, editora
Judith Hernandez
Ana Stine
Natash Curtis
Waleska Nickerson
Veronica Young

lunes, 9 de abril de 2012


2 Corintios 5:17 "Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!" (NVI)

Era una escena típica de las fiestas. Mi mamá tarareaba con tono desafinado en la cocina. Mi papá reposaba en su sillón azul descolorido, mientras mi esposo y mis hermanos hablaban del juego de fútbol americano que pasaba por la tele. Los niños más pequeños jugaban a las cartas, mientras que los mayores conversaban acerca del hecho de que hace poco habían aceptado a mi hija en la universidad.


Mientras observaba la escena, me quedé tiesa. ¡Espera un momento! ¿Desde cuándo somos “una familia típica”?


Mi pasado nunca se parecerá a una tarjeta postal. Mi madre tuvo su primer bebé a los 15 años. Al tratar de ser una joven madre y esposa se desequilibró. Su joven esposo la maltrataba física y verbalmente, y a los 20 años de edad ella se fue con la intención de volver a empezar. Sola y embarazada, de mí, mi mamá conoció a un buen hombre con quien se casó más tarde.


Pero el equipaje emocional que traía cobró su saldo en la relación, y más tarde en toda la familia. Con frecuencia ella amenazaba con suicidarse. Se enfurecía. Nos atacaba físicamente. Imploraba que la perdonáramos. Si yo bajaba la guardia para amar, al día siguiente o a la semana siguiente se daba otro escándalo A una edad temprana, se me endureció el corazón.


Avancemos 25 años. Ya no soy una niña. Soy una mujer con mis propios hijos adultos. Dios me ha curado el corazón.


Parada en el comedor aquel día, me di cuenta de que seguía observando a mi familia a través de las lentes del pasado. Había abandonado el resentimiento, la ira. Amaba a mi padre y a mi madre, pero aún los consideraba quebrantados. Nuestras relaciones se basaban en esa percepción en muchos aspectos, demasiados.


Di un paso atrás y observé por un largo tiempo. ¿Quién era mi mamá ahora? ¿Cómo había crecido? ¿Reconocía yo lo que Dios había hecho en su vida?


La respuesta era "no", y yo no era la única que pensaba así. A mis hermanos también les pasaba lo mismo. No importaba lo que mi madre hiciera, no importaba cuánto ella había superado, siempre llevaba la marca del estigma. Llevaba la "Q" de quebrantada.


Mi familia ya había sido "normal" durante más tiempo que el que había sido disfuncional. Me di cuenta de que ya era hora de vivir en el presente y dejar el pasado atrás.

Aquél día hice la transición de niña a adulta. Reflexioné sobre lo que Dios puede hacer a pesar de un pasado quebrantado. Me regocijé en lo que había sucedido en el corazón de mi madre y de nuestra familia. No me cambió solamente a mí sino también cambió a mi madre y a nuestra relación. De algún modo ella sabía que habíamos atravesado un umbral. El peso de la culpa se alivió al mirarme a los ojos y darse cuenta de que ahora yo la veía completamente como la mujer en la que se había transformado.

Ya han pasado varias fiestas desde aquél día. Mi mamá todavía desafina. Yo todavía traigo el postre. Pero cuando veo a mi familia, no veo una simple reunión familiar. Veo la obra maestra de la gracia de Dios.
Amado Jesús, ¿reconozco los milagros que has hecho en mis seres queridos? ¿Me aferro al resentimiento aún cuando esa persona haya cambiado? Dame nuevos ojos para ver. Vuelve a realizar tu obra maestra mientras yo extiendo a otra persona en mi vida la misericordia que tú me has dado tan gratuitamente. En el nombre de Jesús, amén.


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¿Acepta a Jesús?


Màs recursos


Reflexiona y responde:


Vuelve a concentrarte: Dejaré de concentrarme en mi infancia y en su lugar me concentraré en el presente.


Sé realista: Aún las familias normales tienen conflictos. No existe una familia perfecta.


Cede: ¿Repito los malos recuerdos o resucito el pasado para castigar a un ser querido? ¿Estoy dispuesta a iniciar una nueva conversación?


Recibe: Las enmiendas pueden ser incómodas y no como yo pienso que deberían ser. La verdadera gracia es recibir el gesto con la misma intención con la que se ofreció.


"Cuando tratamos a la gente como debería ser, los ayudamos a transformarse en lo que son capaces de transformarse". — Johann Wolfgang Von Goethe


Versículos que nos enseñan: Mateo 9:13ª, “Pero vayan y aprendan lo que significa: "Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios." (NVI)


© 2012 de T. Suzanne Eller . Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción y edición de esta lectura:

Wendy Bello, editora
Judith Hernandez
Ana Stine
Natash Curtis
Waleska Nickerson
Veronica Young

lunes, 2 de abril de 2012

Antes de presentar la lectura de esta semana te queremos hacer una invitación muy especial si vives cerca de o dentro de Caronlina del Norte y la ciudades de Charlotte y Concord.

Querida amiga,

“Sabiduría con salsa, ministerio para la mujer”, junto con Proverbs 31 Ministries y su división She Speaks, desean ofrecerte una tarde llena de enseñanza y ánimo.

¿Estás hambrienta de la Palabra de Dios y anhelas enseñarla con autoridad y excelencia? ¿Tu corazón arde por las mujeres heridas? ¿Te está llamando Dios a un ministerio de enseñar o de dar conferencias? ¿Has estado enseñando por años y necesitas un tiempo de refrigerio y renovación?

Ella habla es una conferencia creada para líderes como tú, que desean guiar a las mujeres hacia el amor y la esperanza que nos ofrece nuestro Padre celestial.

Ya sea que te sientas llevada a hablar en grandes coliseos o a dirigir un estudio bíblico en la iglesia, esta conferencia te equipará con las herramientas para:


  • desarrollar un tema y compartir tu mensaje eficazmente
  • preparar, presentar y pulir tu presentación
  • dar a conocer y promocionar tu ministerio


Sábado 21 de julio
Concord, Carolina del Norte
Hotel, Embassy Suites ~ 5400 John Q Hammon Dr, 28027
3:00 PM ~ 9:00 PM
$50.00 ~ clases, materiales y cena

Para inscribirte o para más información
contactar a van@proverbs31.org
¡Te esperamos!



La conferencia se llena cada año antes de mayo. No esperes. ¡Inscríbete hoy!


MÁS ALLÁ DE MIS EMOCIONES
Melissa Taylor

Salmo 119:160ª, “La suma de tus palabras es la verdad.” (NVI)

Lectura:

Me siento más que lastimada.
Me siento más que confundida.
Me siento más que tensa.
Me siento más que cansada, física, emocional y mentalmente.

Cada vez que siento que estoy “más que”, me doy cuenta de que debo dejar de pensar de esta manera y, en lugar de ello, debo aferrarme a las promesas de mi Dios. Debo enfocarme en los “más que” divinos, tales como:

Soy más que bendecida: Juan 1:16, De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia.

Soy más que fuerte: Josué 1:9, Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el SEÑOR tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.

Estoy más que en paz: Juan 14:27, La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.

Estoy más que segura: Salmo 138:7, Aunque pase yo por grandes angustias,
tú me darás vida; contra el furor de mis enemigos extenderás la mano: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo!

Estoy más que esperanzada: Jeremías 29:11, Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.

Soy más que amada: Salmo 13:5, Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación.

Soy más que valorada: Juan 3:16, Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Soy más que perdonada: Lucas 7:48, Entonces le dijo Jesús a ella: —Tus pecados quedan perdonados.

Estoy más que rescatada: Lucas 15:4-6, Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas.

¿No deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido”.

Estoy más que completa: Colosenses 2:10, Y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, ustedes han recibido esa plenitud.

No puedo confiar en que mis emociones o incluso mis circunstancias dicten quién soy. Estos cambian como la senda del viento. Pero la Palabra de Dios nunca cambia. Sus verdades me sostienen como un ancla, y me dan esperanza.

Cuando indago las verdades contenidas en las Escrituras, mi enfoque deja de estar en mis problemas y se fija en el Señor. ¡Él es la fuente eterna de ánimo y verdad!

Amado Padre, ¡gracias por las verdades contenidas en tu palabra! Te doy gracias por la esperanza y la paz que tú me das aún en medio de la tormenta. Gracias por mostrarme quién soy yo en ti. En el nombre de Jesús, amén.


Pasos para la aplicación:

Toma unos minutos para analizar las emociones con que batallas durante tiempos difíciles.

Busca versículos bíblicos en los que puedes meditar cuando te sientes así, para lograr reemplazar las emociones negativas con la verdad.


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Quiénes somos

Fui Hecha Para Desear


Puntos para reflexionar:

¿Tiendo a enfocarme en las emociones que provocan mis circunstancias o en las verdades contenidas en las Escrituras?

Durante esta tormenta, ¿en qué versículo bíblico puedo enfocarme en lugar de enfocarme en lo que siento?


Versículos que nos enseñan:

Salmo 139:17, “¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!” (NVI)

© 2012 de Melissa Taylor. Todos los derechos están reservados.



Gracias por su ayuda editando este devocional.
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