lunes, 27 de junio de 2011
Melissa
Taylor
“Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de
nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.” Isaías 53:5 (NVI)
Lectura:
Al
pensar en aquello, me parece estar observando la historia de otra persona. Casi
no reconozco la pequeña en la que me convertí en aquel obscuro momento.
Iba
de camino a casa después de haberme bajado del transporte escolar. La caminata
generalmente llevaba diez minutos, a menos que me detuviera a conversar con
alguna amiga, lo que solía hacer. El Sr. Parks, un jubilado, estaba sentado en
la entrada de su casa saludando con un gesto a los niños que pasaban por allí.
Él era tan simpático. En aquél día en particular, me invitó a su garaje. Me
dijo que tenía unos dulces para darme.
Entré
a aquél garaje siendo una confiada e inocente niña. Me fui atemorizada.
El
Sr. Parks me había violado. Yo no entendía lo que estaba pasando. No sabía que
hacer. Él se había convertido en otra persona; no reconocía al hombre en el que
se había convertido una vez que se cerró la puerta de aquél garaje. Me hizo
cosas y me obligó a hacerle cosas que nunca había imaginado que existieran.
Estaba completamente aterrada. Al terminar, me dijo, "Vuelve mañana".
Y por alguna razón, volví.
La
experiencia de haber sido violada me dejó devastada. Me sentía manchada y
arruinada.
En
mi mente, lo que yo había hecho era tan malo que no le podía contar a nadie. Y
debido a que sucedió más de una vez, sentía que en realidad era mi culpa; mi
elección. Eso fue lo que él me dijo. Me sentía sucia y completamente
avergonzada.
La
vergüenza es ladrona de la alegría. Mi alegría se había desvanecido.
Con
los años perfeccioné el arte de hacer de cuenta que todo estaba bien. Vivía
enmascarada.
Por
fuera todo se veía bien. Sin embargo, por dentro me sentía sin valor alguno y
no merecedora de nada bueno. Cuando tenía éxito en algo, me auto saboteaba o lo
abandonaba. Me disculpaba por ser buena para algunas cosas y minimizaba las
fortalezas que Dios había puesto en mí.
Sin
duda, a Dios le debe romper el corazón cuando permitimos que la vergüenza nos
robe el sentido de valor.
Jesús
entregó su vida para comprobar nuestro valor. Nuestro versículo clave nos dice,
"gracias a sus heridas fuimos sanados". Jesús se manchó y arruinó por
nosotros. Y gracias a su promesa, no tenemos que vivir con miedo ni
sintiéndonos condenadas por cosas que hayan sucedido en nuestras vidas, ya sea
que hayan sido por nuestra culpa o no.
Cuando
acepté a Cristo como mi Salvador, acepté también ser libre de los fantasmas de
mi pasado. Sin embargo, me debo recordar esto todos los días. Mis pensamientos
deben centrarse en Jesús, de lo contrario es fácil regresar a la oscuridad de
aquél garaje. Sí, aún 38 años más tarde, todavía tengo recuerdos recurrentes de
lo que me pasó.
En
esos momentos levanto los ojos al cielo y digo, "gracias a sus heridas
fuimos sanados. Gracias, Jesús. Ya no estoy manchada ni arruinada. Estoy
limpia, pura, y preciosa. El Sr. Parks ya no me tiene atada."
Mi
último desafío en todo esto fue el más difícil: perdonar.
A
diario afirmo el perdón de mis pecados a través de Jesús. Al hacerlo, me
enfrento a la realidad de que tengo un llamado al perdón hacia los demás.
"Sr. Parks, lo perdono. Entiendo que seguramente usted estaba enfermo y su
corazón estaba manchado con el pecado. Espero y ruego que haya aceptado a Jesús
antes de morirse. Lo que usted me hizo fue lo peor que alguien puede hacerle a
una niñita. Quiero odiarlo. Sin embrago, odio a lo que me hizo, pero lo perdono
a usted".
Solo
puedo hacer esto con Jesús a mi lado. De otro modo, no puedo hacerlo.
Ya
no creo estar manchada ni arruinada. Estoy limpia. Tengo valor. Jesús me
liberó. "Gracias a sus heridas fuimos sanados". Lo creo. ¡Espero que
tú también lo creas!
Amado Señor, te necesito cada día de mi vida.
Recuérdame que tengo valor y borra las mentiras que como fantasmas me
persiguen. Ayúdame a vivir en Tu plenitud. En el nombre de Jesús, Amén.
¿Esta lectura te ha
impactado o tocado de una manera especial? ¿Existe una mancha en tu vida o un
dolor en tu pasado de los que quisieras liberarte? Para encontrar libertad y
comenzar a vivir una vida fuera de tu prisión personal, acompaña a Wally Nickerson
en su estudio en línea “Descubre el gozo en medio de la oscuridad: El poder
transformador de la historia divina”, Aventuras de fe.
Wally es miembro de
Sabiduría con Salsa, una división de Proverbios 31.
Invierte al menos unos minutos cada día en leer la Palabra de Dios, Su Carta de Amor hacia ti. Comienza cada día diciendo, "Señor, gracias a ti estoy curada y tengo valor."
Recursos relacionados:
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31
dejas una marca en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que
sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos
competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea,
pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo
todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Puntos para reflexionar:
¿Hay algo en mi pasado que me impide vivir la vida según la intención de Dios?
¿Creo que Jesús me haya lavado y me haya dejado limpia?
Últimamente, ¿le he contado a alguien lo que Cristo ha hecho por mi?
Versículos que te darán fuerza:
Deuteronomio 14:2, “Tú fuiste separado como pueblo santo para el SEÑOR
tu Dios, y él te eligió entre todas las naciones del mundo, para que seas su
tesoro especial.” (NTV)
Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía.” (NTV)
Isaías 45:3, “Pues yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Yo di a Egipto como rescate por tu libertad; en tu lugar di a Etiopía y a Seba.” (NTV)
© 2010 de Melissa Taylor. Todos los derechos están
reservados.
Gracias por su
ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Natasha
Curtis
domingo, 19 de junio de 2011
Miembro
del Equipo de conferencistas de Proverbios
31, Ministerios para la mujer
“Tengan todos en
alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal…” Hebreos 13:4 (NVI)
Lectura:
¿Alguna vez te sentiste abrumada con las
expectativas que percibes que otras personas tienen de ti?
Al principio cuando me casé, estaba empeñada en
descubrir cómo hacer bien esto de "ser esposa". Quería realmente
tener al matrimonio en alta estima como se nos anima en Hebreos 13:4. Por lo
tanto, tomé nota de lo que yo percibía que hacen las "buenas esposas".
Una buena esposa:
• Cocina pan de carne.
• Pasa la aspiradora todos los días, de modo que se vean las líneas en la alfombra que indiquen la limpieza.
• Pone notas de amor en el maletín de su esposo.
• Compra y usa lencería.
• Le gusta usar lencería y la usa tres veces a la semana.
• Le da espacio a su esposo cuando él llega a casa.
• Corta el teléfono cuando él entra a la casa.
• Aprende sobre el fútbol y mira partidos con él.
• Reza por su esposo todos los días.
• Pasa la aspiradora todos los días, de modo que se vean las líneas en la alfombra que indiquen la limpieza.
• Pone notas de amor en el maletín de su esposo.
• Compra y usa lencería.
• Le gusta usar lencería y la usa tres veces a la semana.
• Le da espacio a su esposo cuando él llega a casa.
• Corta el teléfono cuando él entra a la casa.
• Aprende sobre el fútbol y mira partidos con él.
• Reza por su esposo todos los días.
Y la lista creció y creció.
A la larga, la lista que tenía en mi mente de lo que
supuestamente debería hacer una buena esposa me abrumó tanto que me largué a
llorar. Me sentía inadecuada. Me empecé a cerrar.
Supuse que la lista que yo tenía en mi mente también
la tenía mi esposo.
Me empecé a amargar. Y en un momento de agotamiento,
grité, "¡Tus expectativas son ridículas!"
A lo cual él respondió, "¿Qué
expectativas?"
"La lista... la lista de cientos de cosas que
necesito hacer para ser una buena esposa," sollocé.
Su mirada perpleja me dejó estupefacta. Él no tenía
esa lista.
Yo había extendido tanto la esfera de cosas que
debía hacer,
que había reducido mi visión de simplemente amarlo.
¿Te sientes identificada? Sabía que tenía que hacer
menos para poder ser más. Pero, ¿cómo distinguimos entre lo que hay que dejar y
lo que hay que abandonar? Nos preguntamos.
"Mi amor," le dije sintiendo que los
enredos de las expectativas empezaban a aflojarse, "No puedo hacer todo lo
que las buenas esposas parecen hacer. Pero puedo hacer tres cosas. Por lo
tanto, dime cuáles son las tres más importantes para ti y haré esas tres
bien."
Después de todo, podría pasarme toda una vida
matrimonial tratando de hacer a medias cientos de cosas y tener una actitud de
amargura y un espíritu abrumado.
O bien, podría dedicarme a tres cosas con toda el
alma y hacerlo con una sonrisa en mi rostro y amor en mi corazón.
Sus tres cosas eran simples... Invierte emocional y
espiritualmente en los niños, cuida tu cuerpo y alma, y mantén la casa
ordenada. (Nótese que dice ordenada, no perfectamente limpia). Eso es todo.
A él no le importaban muchas de las cosas por las
que yo me estaba matando por hacer. Y él con agrado podía asumir la
responsabilidad de algunas de esas cosas que yo odiaba hacer como hacer el
balance de la cuenta bancaria y llevar los vehículos a inspección. ¡Uf! ¡Qué
alivio!
Por supuesto, la mayoría de los días hago más de
tres cosas.
Pero, si no tengo tiempo de cocinar o pasar la aspiradora, no me
siento como que lo decepcioné. No es una de sus cosas más importantes.
Ahora bien, él no dijo nada acerca de la lencería.
Pero él podría argumentar que eso simplemente es parte de cuidarme a mi misma y
a mi cuerpo. Sin embargo, ese es otro tema para tratar en otra oportunidad.
Por el momento, he reducido me esfera a tres cosas principales
que tengo que hacer muy bien, lo cual me ha agrandado la visión para un gran
matrimonio.
Soy una esposa de tres cosas que realmente desea
honrar al matrimonio. Es así de simple. Y la simpleza es buena.
Amado Señor, quiero
tener un gran matrimonio. Ayúdame a ver tu visión para mi matrimonio para que
pueda honrarte a Ti y amar a mi esposo bien todos los días. En el nombre de
Jesús, Amén.
Pasos para la
aplicación:
Pasa más tiempo con tu esposo para averiguar cuáles
son las tres cosas principales para él.
¡Puede sorprenderte!
Recursos relacionados:
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31
dejas una marca en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que
sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos
competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea,
pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo
todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Puntos
Puntos para reflexionar:
¿Cómo me desafió esta devoción? ¿Me animó? ¿Me
equipó?
¿Cuáles son las tres cosas que predices serán las
más importantes para tu esposo?
¿Cómo planeo honrarlo al saber cuáles son estas
cosas?
Versículos que
te darán fuerza:
Romanos 12:9, “El
amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándose a lo bueno.…”
(NBLH)
1 Peter 4:8, “Lo
más importante de todo es que sigan demostrando profundo amor unos a otros,
porque el amor cubre gran cantidad de pecados.” (LBV)
Salmos 26:3, “…tu
misericordia está delante de mis ojos y ando en tu verdad.” (RV 1995)
© 2010 de Lysa TerKeurst. Todos los
derechos están reservados.
Gracias por su
ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
domingo, 12 de junio de 2011
Rachel Olsen
Miembro
del Equipo de conferencistas
“Si
permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y
se les concederá. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y
muestran así que son mis discípulos.” Juan
15:7-8 (NVI)
Lectura:
¿Cómo
puedo encontrar tiempo para tener un “tiempo a solas ” con Dios? Aun si
encuentro el tiempo, ¿cómo saber qué hacer durante este tiempo?
¿Alguna
vez te has hecho estas preguntas? Yo lo he hecho. Hubo un tiempo cuando estas
preguntas me dejaban sin palabras porque no sabía cómo contestarlas. Conocía gente
que pasaba una hora a solas con Dios todos los días y me preguntaba cuál sería
su secreto. ¿Qué era lo que les permitía hacerlo? ¿Qué era lo que no les dejaba
dormirse allí sentados solos con la Biblia? ¿Cómo sabían qué decir, leer o
pensar durante todos esos minutos? ¿Cómo
evitaban distraerse? ¿Cómo se las
arreglaban incluso para tener una hora libre cada día? Yo seguía esperando que llegara una época en
mi vida en la que apareciera por sí solo un espacio de tiempo de manera regular
y mi espíritu me llevara a Dios. Desperdicié mucho tiempo esperando que eso
pasara y he aprendido que nunca sucederá sin algún esfuerzo.
“Rachel, ¿cómo encuentras tiempo para pasar un tiempo a solar con Dios?”, me preguntaron no hace mucho. “Yo no encuentro el tiempo”, respondí. “Tengo que hacer el tiempo, no puedo esperar a encontrar tiempo. Eso nunca pasará. Siempre habrá algo que necesite mi atención, que reclame mi presencia. Yo tengo que hacer el tiempo, y eso significa que algunas veces tengo que dejar otras cosas a un lado. Tengo que estar de acuerdo con dejar otras cosas a un lado”, confesé.
Me he dado cuenta de que es una cuestión de decisión, una cuestión de disciplina… y una cuestión de inversión activa. E.M. Bounds escribió: “El hombre perezoso no ora, no orará, no puede orar, porque la oración demanda energía”. Qué frase tan sencilla pero profunda. Cuando no oro, o no paso tiempo leyendo la Biblia, es simplemente porque no quiero gastar la energía en eso. Bounds está diciendo que la gente que no ora mucho, seguramente se lo atribuye a estar muy ocupados, o porque se aburren con ello, pero en realidad son muy perezosos para buscar a Dios con intensidad. ¡Qué tremendo!
Yo creo que debemos ser muy fervientes en buscar a Dios con intensidad, y eso dará gloria a Dios, como lo dice el versículo clave. Es como dice una pequeña compañía de calzados deportivos llamada Nike: “solo hazlo”. Saquemos un poco de tiempo en nuestros días para estar a solas con Dios, para leer su Palabra y orar. Podemos cambiar una pequeña porción de nuestro tiempo y energía por una gran porción de su gracia y su poder.
“Rachel, ¿cómo encuentras tiempo para pasar un tiempo a solar con Dios?”, me preguntaron no hace mucho. “Yo no encuentro el tiempo”, respondí. “Tengo que hacer el tiempo, no puedo esperar a encontrar tiempo. Eso nunca pasará. Siempre habrá algo que necesite mi atención, que reclame mi presencia. Yo tengo que hacer el tiempo, y eso significa que algunas veces tengo que dejar otras cosas a un lado. Tengo que estar de acuerdo con dejar otras cosas a un lado”, confesé.
Me he dado cuenta de que es una cuestión de decisión, una cuestión de disciplina… y una cuestión de inversión activa. E.M. Bounds escribió: “El hombre perezoso no ora, no orará, no puede orar, porque la oración demanda energía”. Qué frase tan sencilla pero profunda. Cuando no oro, o no paso tiempo leyendo la Biblia, es simplemente porque no quiero gastar la energía en eso. Bounds está diciendo que la gente que no ora mucho, seguramente se lo atribuye a estar muy ocupados, o porque se aburren con ello, pero en realidad son muy perezosos para buscar a Dios con intensidad. ¡Qué tremendo!
Yo creo que debemos ser muy fervientes en buscar a Dios con intensidad, y eso dará gloria a Dios, como lo dice el versículo clave. Es como dice una pequeña compañía de calzados deportivos llamada Nike: “solo hazlo”. Saquemos un poco de tiempo en nuestros días para estar a solas con Dios, para leer su Palabra y orar. Podemos cambiar una pequeña porción de nuestro tiempo y energía por una gran porción de su gracia y su poder.
Proponte
mantenerte en esto por varias semanas hasta que se acomode en tu horario y tu
alma comience a responder. Yo sé que encontrarás que vale la pena hacer el
esfuerzo.
Amado Dios, yo
quiero hacer tiempo para ti. Yo quiero leer la Biblia y entenderla. Quiero orar
y ver tus respuestas. Ayúdame a buscarte con intensidad. En el nombre de Jesús,
Amén.
Pasos para la
aplicación:
Si no tienes el hábito de pasar tiempo con Dios, orar
y leer la Biblia, comprométete a hacerlo. No tiene que ser por una hora,
comienza por 10 minutos. Toma tu Biblia, un lápiz y un papel y marca el reloj.
Puntos para reflexionar:
¿Qué
es lo que me impide buscar a Dios con intensidad?
¿Realmente
no tengo ningún tiempo en mi día para pasarlo con Dios?
Recursos
relacionados:
Cuando compras algún recurso a
través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una marca en la eternidad porque
tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno ofrece este
ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen
los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos
hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras
que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Versículos que te darán fuerza:
Isaías
28:23, “Escuchen, oigan mi voz; presten atención, oigan mi palabra.” (NVI)
Isaías 32:9, “¡Mujeres despreocupadas, levántense y escúchenme! Hijas que se sienten tan confiadas, ¡presten atención a lo que voy a decirles!” (NVI)
1 Corintios 14:15, “¿Qué debo hacer entonces? Pues orar con el espíritu, pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento.” (NVI)
Isaías 32:9, “¡Mujeres despreocupadas, levántense y escúchenme! Hijas que se sienten tan confiadas, ¡presten atención a lo que voy a decirles!” (NVI)
1 Corintios 14:15, “¿Qué debo hacer entonces? Pues orar con el espíritu, pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento.” (NVI)
Salmos
119:11, “En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.” (NVI)
© 2010 de Rachel
Olsen. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Natasha
Curtis
lunes, 6 de junio de 2011
Micca Monda Campbell
Miembro del Equipo de
conferencistas de Proverbios 31, Ministerios para la mujer
Isaías 41:9, "Porque te tomé de los confines de la
tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí,
y no te deseché." (RVR)
Lectura:
Como crecí en la iglesia
estaba familiarizada con el término “llamado”, aunque su significado me
resultaba poco interesante. Una vez que sentí el llamado de Dios en mi propia vida,
el término adquirió nuevo significado. ¡La emoción que más sentí fue miedo! Como Moisés, pensé en todo lo que me
descalificaba para el ministerio.
Más tarde me di cuenta de
que eran solo excusas. El Dios que nos llama nos capacita. Mi mente entendió
esta verdad, pero el resto de mí luchaba con el miedo. Por mi cabeza
pasaban pensamientos ansiosos como: “¿Escuché
a Dios correctamente o este sentido de servir proviene de mis propios deseos?” Finalmente, encontré paz en las palabras de
Pablo:
"Pablo, apóstol de
Jesús Cristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en
Cristo Jesús." (2 Timoteo 1: 1, RVR).
Me di cuenta de que Pablo
fue llamado “por la voluntad de Dios”. Esto significa que el ministerio no es
algo que tú y yo elijamos. Dios hace la elección. Podemos optar por cualquier
otra profesión en la tierra menos por el ministerio. Para hacer el ministerio tú
y yo debemos ser elegidas por Dios.
Según Billy Graham, las
personas entran a la obra del ministerio por diversas razones. La mayoría están
agradecidas por su salvación. Otras tienen un deseo genuino de ayudar a otros.
Muchos simplemente están siguiendo los pasos de sus padres. Y algunos desean el
respeto que viene con la profesión. Todas esas razones son buenas, pero la clave
que da la paz al estar en el ministerio
es saber que fuimos llamados por Dios.
Cada persona debe ser
capaz de identificar el momento en el que se dio cuenta de que Dios la llamó a
una vida de servicio. Este es el primer paso para superar el miedo. Esto puede
ser una experiencia como la de Pablo en el camino a Damasco o un sentimiento
creciente de que Dios te ha separado para
su servicio. Puede ser una mezcla de ambos. Lo importante no es cómo
sino que fuiste llamada. Esta persona no sólo tiene el favor de Dios sino la
promesa de su presencia y provisión. El segundo paso para acabar con el temor
es confiar en que Dios compensará lo que te falte.
Moisés tenía dudas y
temores sobre su capacidad para estar en el ministerio, pero Dios no. Él sabía
en lo que se estaba metiendo cuando llamó a Moisés. Lo que es más, Dios sabía
en lo que se estaba metiendo cuando te llamó a ti también: alguien de tu
tamaño, con tu corazón, tu personalidad, tu acento, tus antecedentes, tus
talentos e incluso tus defectos. Dios te miró bien y dijo: "¡Sí, ella será
una socia excelente!” Alguien que reconoce la realidad de esa declaración
entiende que no está trabajando para
Dios sino con Dios. Hay una enorme
diferencia.
El miedo, la preocupación
y la ansiedad son síntomas de duda. La duda significa a menudo que nuestro
enfoque está en nosotras mismas y no en Dios. Cuando confiamos en que Dios hará
lo que nosotras no podemos, eso quita la carga y la pone sobre Él. Luego, al mirar a Dios, vemos reflejado en sus
ojos un gran potencial que sólo Él puede lograr cuando nos unimos a Él.
Por último, crecemos en
confianza a través de la confirmación. Muchas veces otros se darán cuenta del llamado
en tu vida o de tu capacidad antes que tú. Toma esos comentarios como
confirmación. Otra forma de confirmar tu llamado es a través de un consejero
piadoso, mentor o pastor. Mi pastor desempeñó un gran papel en mi preparación y
confirmación para el ministerio.
Otra manera de
establecer confianza es asistir a un congreso para escritores y oradores.
El ministerio Proverbios 31 realiza este tipo de congreso anualmente, se
llama She Speaks [Ella Habla]. Muchas
han asistido y se han ido con la certeza de decir "sí" al llamado
junto con las herramientas que necesitan para llevarlo a cabo.
Dios quiere que estés
segura de su plan y propósito para tu vida. Ya sea que estés llamada a servir
en tu iglesia o en un ministerio a tiempo completo, no hay por qué temer. Puedes
estar segura de que Dios proporcionará todo lo que necesites.
Amado Señor, no siempre veo lo obvio: tu provisión; pero confío en que está ahí para darme poder
y guiarme más allá de mi imaginación. Hoy dejo a un lado mi miedo y digo
"sí" a lo que sea que tienes para mí. Ve delante con seguridad y
claridad. En el nombre de Jesús, Amén.
Pasos para la aplicación:
Si no conoces tu
propósito, busca a Dios, espera y observa las formas en que Él responde. Si
tienes la sensación de que Dios te ha llamado al ministerio, asegúrate de que fue
Dios quien te escogió. Renuncia a tu miedo y comprométete con su voluntad. Luego
busca consejo y orientación de alguien que ame a Dios. Por último, gana
experiencia y formación al asistir a She
Speaks [Ella Habla].
Recursos
relacionados:
Cuando
compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una marca
en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo
alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los
precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero
sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y
cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Más recursos http://www.proverbs31.org/spanish/recursos.php
Puntos para reflexionar:
¿Que te impide servir a
Dios con confianza? Identifícalo y entrégaselo a Dios.
Versículos que te darán fuerza:
2 Corintios 9: 8,
"Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin
de que teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para
toda buena obra". (RVR)
1 Tesalonicenses 5: 24,
"Fiel es el que os llama, el cual también lo hará". (RVR)
© 2010 de Micca
Campbell. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su
ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Natasha
Curtis Waleska Nickerson
Veronica
Young
Suscribirse a:
Entradas
(Atom)
Visítanos en Facebook
Archivos del Blog
-
►
2013
(93)
- ► septiembre (9)
-
►
2012
(53)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(48)
- ► septiembre (4)
-
►
2009
(50)
- ► septiembre (4)
-
►
2008
(52)
- ► septiembre (5)
-
►
2007
(49)
- ► septiembre (4)