domingo, 24 de octubre de 2010
por Marybeth Whalen
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

II Reyes 18:4, "Quitó los altares paganos, destrozó las piedras sagradas y quebró las imágenes de la diosa Aserá. Además, destruyó la serpiente de bronce que Moisés había hecho, pues los israelitas todavía le quemaban incienso, y la llamaban Nejustán." (NVI)

Lectura:
La frase me había dejado perpleja: “Aunque nuestros hijos son un regalo, es fácil permitir que se conviertan en ídolos”. ¿Mis hijos, ídolos? ¡Qué absurdo!

Pero entre más medité en esta frase, más cuenta me di que lo que decía era correcto. Cualquier cosa o persona que en nuestro corazón se vuelva más importante que Dios puede convertirse en un ídolo.

En Números 21 leemos que, durante su travesía en el desierto, una plaga de serpientes venenosas afligió al pueblo de Israel. Dios le dijo a Moisés que formara una serpiente de bronce y que la pusiera sobre un asta, y que todos los que fueran mordidos, al mirar la serpiente, vivirán.

Pero 700 años después, esta serpiente se había convertido en un ídolo que los israelitas adoraban. En II Reyes 18:4 vemos que el Rey Ezequías destruyó la serpiente como un esfuerzo por volcar los corazones de su pueblo hacia Dios.
El nombre “Nejustán” significa “tan sólo un pedazo de bronce”. Esta serpiente no era la respuesta para los problemas del pueblo y se había convertido en algo demasiado importante para ellos.
¡Tantas cosas pueden convertirse en ídolos! Seres queridos, la ciencia médica, nuestro trabajo o pasatiempos, los deportes, la televisión, la música, incluso la comida… Y así como la serpiente fue algo bueno que Dios diseñó para ayudar a los israelitas, algo bueno en nuestras vidas – incluso las bendiciones de Dios – pueden convertirse en un ídolo.

El Señor me mostró que había varios ídolos en mi vida que yo debía destruir. Tuve que pasar mucho tiempo pensando y orando al respecto, buscando la manera de reenfocar mis prioridades y mi perspectiva. ¿En quién o en qué tenía yo puesta mi confianza? ¿A qué le dedicaba más tiempo? ¿Qué lugar ocupaba Dios en mi vida – en mi corazón, en mi horario y en mis pensamientos?

Con el tiempo, descubrí que éste es un proceso continuo y intencional que sólo puede lograse con la ayuda divina. Aunque Dios me ha bendecido con una bella familia, lindas amistades, un buen trabajo, deliciosa comida y pasatiempos que me llenan de alegría, debo recordar siempre que la bendición más grande consiste en el amor de Dios. Él será fiel en ayudarme a mantener una perspectiva adecuada en la cual Jesús sea lo más importante para mí.

Amada amiga, Él también puede ayudarte a ti.

Amado Señor: Por favor recuérdame qué es lo más importante en la vida. Ayúdame a mantener una perspectiva sana, en la cual cada cosa y cada persona ocupe el lugar que le corresponde, y en donde Tú seas el primero y el único en quien yo ponga mi confianza. Ayúdame a destruir los ídolos que han usurpado tu lugar. Tú, Señor, eres el único y verdadero Dios. En el Nombre de Jesús. Amén.

Pasos para la aplicación:
Lee Números 21:8-9. Reflexiona en la diferencia entre la razón por la cual la serpiente fue creada y las razones por las cuales los israelitas la adoraban 700 años después.

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Puntos para reflexionar:
¿Hay algo que Dios te esté señalando como algo bueno que has permitido que tome demasiada importancia en tu vida?

Versículos que te darán fuerza:

1 Timoteo 6:17, "A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos". (NVI)

Juan 3:14, "Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre”. (NVI)

© 2010 de Marybeth Whalen. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández 
Ana Stine  http://anastinescorner.blogspot.com/

Natasha Curtis
miércoles, 20 de octubre de 2010
por Shari Braendel                                                                                                  Miembro del Equipo                                                                                                  de conferencistas
de Proverbios 31,
Ministerios para la mujer

Versículo clave:

Salmos 147:3, "[El Señor] sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas." (LBLA)

Lectura:

Algunas de mis amigas hace poco me confiaron sus historias de heridas del pasado que aún duelen. Una dulce amiga mía me contó que lleva más de 20 años trabajando para tratar de curar las heridas que le causaron unas duras palabras. "Mi madre siempre pensó que yo era gorda y siempre me llamó su elefante. Constantemente me comparaba con mi hermana que era mucho más delgada que yo. Hasta llegó a acusarme de bulímica, lo que a la temprana edad de 13 años resultó ser como un puñetazo."

Mi otra amiga contó, "La amiga de mi mamá me preguntó cómo se sentía tener una hermana que era tan bella y luego dijo que debería ser difícil tener que crecer a su lado, tan hermosa y delicada, y yo no siendo así." Yo no era gorda; solo es que tenemos estructuras corporales completamente distintas. Recuerdo haberme quedado sorprendida de que alguien realmente me haya dicho eso y me pregunté POR QUÉ me lo había dicho. Ese único comentario me definió durante muchos años y hasta el día de hoy duele cuando pienso en ello."

Heridas de belleza. Cada una de nosotras las tiene. Algunas causan un dolor increíble y otras son como un desagradable pellizco que nos molesta de vez en cuando; de todas formas, todas ellas duelen.

Hay muchas cosas que deben ocurrir para curar lo profundo del alma y asegurarnos de que no caigamos en el hábito de repetir esta conducta hacia nuestros seres queridos e incluso aquellos a quienes no conocemos bien.

Es importante ofrecer la gracia y el perdón a aquellos que nos han herido. Sé que esto es más fácil de decir que hacer, pero con Cristo es posible. Con frecuencia, el que nos causó dolor no tiene la menor idea de la herida que causaron en nuestro corazón. A menudo me pregunto a quién pude haber herido sin darme cuenta, y espero y rezo que me perdonen por mis desconsiderados actos.

La Biblia nos dice que las palabras son muy poderosas, pero también lo son nuestros pensamientos. Con frecuencia le atribuimos demasiado valor al diálogo que ensayamos en nuestra mente de las heridas del pasado. Le ponemos atención a los pensamientos hirientes que una y otra vez pasan por nuestra mente como un disco rayado. Cada vez que se nos cruza uno de esos pensamientos, debemos detenerlo y apoderarnos de él. Tenemos que reemplazar el pensamiento hiriente de inmediato con algo más poderoso y cariñoso.

Una cosa que me ha ayudado a mí es tener versículos bíblicos listos en la mente para aniquilar a esos dañinos juegos mentales. Por ejemplo, cuando se me cruza un pensamiento crítico acerca de mi apariencia o peso, trato de identificarlo e inmediatamente digo, "Entonces el rey deseará tu hermosura; inclínate ante él, porque él es tu señor" (Salmos 45:11 La Biblia de las Américas).

Quiero animarte a no permitir que en tu corazón moren los pensamientos feos. Dios es grande y Él está loco por ti. Para Él eres un tesoro muy preciado. ¡Él no cometió errores al crearte! Amiga mía, le pido a Dios que creas y te afirmes a esta verdad. Ya que hay algo que sé con toda seguridad, y es que Jesús vino a sanar a los quebrantados de corazón y a vendar cada una de nuestras heridas, incluso las heridas de belleza.

Amado Dios, sé que tú ves lo más profundo de mi corazón y sabes las mentiras y palabras que aún me atormentan y me hieren. ¿Puedes por favor quitar el dolor? Sáname y ayúdame a aceptar y entender que Tú no cometiste errores cuando me creaste, sino que me hiciste perfectamente maravillosa. En el nombre de Jesús, Amén.

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Pasos para la aplicación:

1. Imprime Salmos 139:13-14 y pégalos en tu espejo. Que te sirvan de recuerdo diario de que le perteneces a Dios. Léelo todos los días hasta que sea lo que escuchas dentro de tu mente y tu corazón.

2. Ruégale a Dios que te ayude a perdonar a aquellos que te causaron dolor.
3. Elige hoy comenzar el proceso de saneamiento.

Puntos para reflexionar:

¿Estarías dispuesta a ofrecer el perdón que otra persona pueda necesitar de ti si tú estuvieras en esa misma situación?

¿Hay algún momento en el que recuerdes haber sido perdonada ya sea que lo hayas merecido o no? Hay libertad en el perdón que afecta a todas las partes.

Versículos que te darán fuerza:

Génesis 1:27, "Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (LBLA)

2 Corintios 6:18, " ‘Yo seré un padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas,’ dice el Señor Todopoderoso.” (NIV)

Salmos 139:13-14, "Dios mío, tú fuiste quien me formó en el vientre de mi madre. Tú fuiste quien formó cada parte de mi cuerpo. Soy una creación maravillosa, y por eso te doy gracias. Todo lo que haces es maravilloso, ¡de eso estoy bien seguro!” (TELA)

© 2010 de Shari Braendel. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández
Ana Stine  
Natasha Curtis
lunes, 11 de octubre de 2010
por Melissa Taylor
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer


Mateo 7:7, “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá." (NVI)

Lectura:

Debido a que yo he compartido muchas veces los problemas (¡y triunfos!) que he experimentado en mi matrimonio, muchas mujeres me hacen preguntas como estas:

"¿Cómo sobrevivió tu matrimonio?"

"¿Qué harías si tu esposo no quisiera ir a recibir consejería matrimonial?"
"Yo ya no quiero a mi esposo. ¿Y ahora que hago?"

"¿Qué haces cuando estás cansada y tu esposo quiere tener relaciones contigo?”

“¿Qué haces si tu esposo no es cristiano?”

Desearía saber como responder a todas estas difíciles preguntas. Más no siempre lo sé. Pero sí sé a Quien hacerlas… El Señor tiene la respuesta.

He aprendido a orar y a escuchar lo que Dios desea decirme al respecto. También he aprendido a estar conforme con Sus respuestas. Por años yo oraba pidiéndole a Dios que cambiara a mi esposo, Jeff. Pero un día obtuve un libro titulado The Power of a Praying Wife (El Poder de la Esposa que Ora).

Yo pensaba que si oraba diligentemente por mi esposo, todo en mi matrimonio se arreglaría. Yo abrí mi libro, lista para aprender a como cambiar a mi esposo con mis oraciones. ¡Imagínense mi sorpresa cuando leí que yo debía orar que Dios me cambiara a mí primero!

Conforme empecé a orar por mí, también empecé a orar por Jeff, que el Señor hiciera Su obra en nuestros corazones. El cambio no fue rápido, pero poco a poco empecé a notarlo.

También aprendí que antes de esposa, soy hija de Dios. Aunque mi relación matrimonial no dure para siempre, mi relación con el Señor es eterna, y es la relación en la cual debo poner mi principal enfoque. Cuando mi relación con Él está bien, todo trabaja mejor. Y aunque no todo sea perfecto en mi vida, yo estoy bien.

La próxima vez que te preguntes, “¿Cómo va mi matrimonio?” Pregúntate primero, “¿Cómo está mi relación con Cristo?” Pues de esa relación, todo lo demás se desenvuelve.

Amado Señor: Por favor ayúdame a entregarte los deseos de mi corazón. Trabaja en mi matrimonio, empezando conmigo. En el Nombre de Jesús. Amén.

Pasos para la aplicación:

Comprométete a pasar tiempo con el Señor, solos los dos, cada día durante una semana.

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Puntos para reflexionar:

¿Cómo puedo cambiar mi relación matrimonial?

¿Será posible que sea yo quien necesite cambiar?


Versículos que te darán fuerza:

Gálatas 6:9, "No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos." (NVI)

Marcos 11:24-25, "Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán. Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados." (NVI)

© 2010 de Melissa Taylor. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández  

Ana Stine 
Natasha Curtis
lunes, 4 de octubre de 2010
por Lysa TerKeurst                                                                                              Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

1 Timoteo 6:18, “Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir…” (LBLA)

Lectura:

Parece como si no pudieras ver hacia alguna parte sin tener el recordatorio de la difícil situación económica. En el ultimo par de años el porcentaje de desempleo en nuestra nación ha sido el mas alto en los últimos 60 años. Amigos y familiares están sufriendo debido a la perdida de trabajos, inversiones saliendo mal y recortes que parecen estar en todas partes.

Tengo un amigo que ha sido dueño de un exitoso lote de venta de automóviles por más de 30 años. Este hombre y su familia han sido pilares en su comunidad que los conoce por su generosidad y su amable espíritu cristiano. Sin embargo el año pasado, él se declaró en bancarrota y literalmente perdió todo incluyendo sus carros.
Si eso no es irónico, no sé que lo será.

Entonces, yo tuve que tener una pequeña discusión con Dios acerca de lo triste de esta situación. Yo se que Dios es el gran proveedor, entonces ¿por qué no está proveyendo para mi amigo?

Esta es una pregunta razonable considerando lo terrible e injusta que parece esta situación.

Cuando me encuentro con situaciones que son para mi difíciles de entender, tengo que parquear mi mente en lo que yo sé que es vedad. Mantener mi mente saturada con la verdad, mantiene a Satanás alejado de murmurarme presunciones peligrosas, acusaciones falsas y errores de fe por la perspectiva.

Entonces, ¿cuál es la verdad en esta situación? ¿Cuál es la verdad sin importar la situación que estemos pasando?

Dios es un buen proveedor.

Esta es la verdad. Es allí donde debo mantener mi mente. Esta es la realidad que debe saturar mis pensamientos. Esta verdad sobresale entre nuestras circunstancias difíciles para ver la vida desde una perspectiva fuera de nuestra realidad que grita.

Dios provee ricamente para nosotros con todo lo que necesitamos. Por lo que debo creerle a Dios que Él está proveyendo para mi amigo. Lo que está en frente de mi amigo es la provisión de Dios. Dios no ha parado de proveer solo por que mi amigo está en una situación financiera difícil. Esta situación no agarró a Dios fuera de guardia. A Dios no se le han acabado los recursos para ayudar a mi amigo.

Parte de la perfecta provisión de Dios para mi amigo es el pasar por esto. Puede ser que a mi no me guste. Puede ser que yo no lo entienda. Pero por que mi amigo conoce y ama a Dios, tengo paz en que él saldrá de esto.

La Biblia nos dice en Filipenses 4:8-9 que si pensamos en lo verdadero, la paz de Dios estará con nosotros. Y ultimadamente, ¿no es paz lo que queremos? Eso es lo que realmente quiero para mi amigo. Quiero que este precioso hombre y su familia tengan paz más de lo que quiero que su negocio se salve, sus finanzas se restauren y que toda su vida vuelva a ser la de antes y todo quede en su lugar.

Gloria a Dios. Su paz es complemento del camino verdadero. Entonces, querida hermana, parquea tu mente en su verdad hoy. Y mira la provisión perfecta de la paz de Dios llenar cualquier sequedad o dolor que tú estés experimentando en este momento.

Amado Dios, gracias por ser mi proveedor cada día. Ayúdame a no temer en estos tiempos difíciles. Por el contrario ayúdame a creer en ti y tus caminos más cada día. Mi deseo en enfocarme en lo que es verdadero y creerte que tu harás de los lugares rocosos lugares suaves. En el nombre de Jesús.

Pasos para la aplicación:

Cada vez que pensamientos de desaliento vengan a tu vida hoy, remplázalos:

- con un verso de la palabra de Dios.
-con la verdad de que Dios es un buen proveedor y que su amor inquebrantable por ti no está temblando.
- buscándole a Él y clamando a Él, pues Él siempre está cerca.

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Puntos para reflexionar:

¿Como puede la paz de Dios restaurarte hoy?

¿Puede ser que este devocional de hoy está aquí para recordarte que Dios te ve y se preocupa por tu situación?
Versículos que te darán fuerza:

Salmo 84:1-2, “¡Cuán preciosas son tus moradas, O SEÑOR de los ejércitos! Anhelaba mi alma, y aun deseaba con ansias los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.” (LBLA)

Isaías 26:3, “Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.” (LBLA)

© 2010 de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

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