lunes, 27 de diciembre de 2010
Miembro del Equipo de conferencistas

"...para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas."  
2 Corintios 2:11 (NVI)  
       
Lectura:

Ayer estaba en la agencia de vehículos motorizados con mi hija de 15 años y observé como la agente le hablaba a Ashley acerca de lo importante que es tomar buenas decisiones. Mi hija estaba tramitando su permiso de conductor aprendiz e iniciándose así en el mundo de los conductores adolescentes que con frecuencia da miedo. "Este año, vimos a 320 adolescentes perder la vida en accidentes automovilísticos fatales, por lo tanto queremos hacer todo lo posible para mantenerte segura", le dijo la agente a medida que le resaltaba a Ashley las varias reglas pertinentes para nuevos conductores.  Luego, le sugirió que firmara un contrato con sus padres que incorporara a estas reglas.

Nunca sentí ganas de abrazar a un funcionario de la agencia de vehículos motorizados. Pero, casi no contengo mi impulso de estirarme a través del mostrador y poner mis brazos alrededor de ella. Mi esposo y yo escribimos un contrato de conductor el cual le hicimos firmar a cada uno de nuestros hijos adolescentes. Estoy segura de que mis hijos creían que nuestro contrato se pasaba un poco de la raya. Después de todo, ninguno de sus amigos tuvo que firmar un documento de esa índole con sus padres. Por lo tanto fue bueno escuchar a otro adulto hablare a mi hija con la verdad. Y lo que más me gustó de su pequeño sermón acerca de la conducción vehicular segura fue el énfasis que ella le puso al hecho de tomar buenas decisiones. 

Cómo desearía poder ver el costo de cada una de nuestras decisiones tan claramente como el precio de la etiqueta de un artículo de venta en la tienda.  Si conozco el precio de algo, tomo decisiones más sabias.  Pero tenemos a un enemigo que confabula en nuestra contra de modo que el precio de las malas decisiones quede oculto hasta que ya es muy tarde.

A Satanás le gusta combatir, desanimar y destruir a nuestras familias.  Sus ataques no son simples intentos al azar para tropezarnos o hacernos caer.  El quiere destruirnos. Por eso, 
como padres, tenemos que pelear valientemente por nuestras familias.  Tenemos que hacer el esfuerzo intencional de enseñarles a nuestros hijos a pensar y analizar sus decisiones. Y también tenemos que intencionalmente demostrar con el ejemplo cómo se toman las buenas decisiones. 

¿Sabes por qué en 2 Corintios 2:11 las tácticas de Satanás se denominan artimañas?  Una artimaña es un programa, diseño o plan de acción.  Las artimañas de Satanás son planes bien pensados y analizados que están especialmente diseñados para lograr tres cosas:

1.  Aumentar tu deseo de algo que es ajeno a la voluntad de Dios.

2.  Hacerte pensar que el entregarte a la debilidad no es gran cosa.

3.  Reducir al mínimo tu capacidad de pensar y analizar las consecuencias de entregarte a la tentación.

Satanás es un maestro en lo que respecta a esconder ese costo hasta que ya es muy tarde.
Dulces hermanas, creo que vale la pena pensar en esto.  Y creo que vale la pena hablar de ello con nuestros hijos.  Piensa en ejemplos adecuados a la edad de tus hijos que ilustren lo costoso que es tomar malas decisiones.  Se real, abierta y valiente al hablarles de las distintas circunstancias de las tentaciones que encontrarán.

La señora de la agencia de vehículos motorizados sin duda fue audaz al explicarle lo costosa que puede resultar ser una distracción con el iPod, el teléfono celular o los amigos actuando en forma ridícula cuando una adolescente está manejando. Al oírla explicarle a mi hija el costo de las malas decisiones, sentí que estas "reglas" más que nada eran regalos que salvan.

Piensa en lo distinta que podría llegar a ser la vida si todos nos detuviéramos a hacernos esta pregunta, ¿Cuánto me costará esta decisión en realidad?  Si esta semana no aprendemos ninguna otra cosa ni les enseñamos nada a nuestros hijos, más que el hacerse esta pregunta, habremos invertido sabiamente.  Tan, tan sabiamente.

Amado Señor, reconozco que seguirte valientemente es tanto mejor que entregarse a una experiencia inmediata que no te agrada. Déjame ver con tus ojos para darme cuenta cuando se presenta una tentación en sus varios aspectos o máscaras. En nombre de Jesús, Amén.

Recursos Relacionados:
   

Pasos para la aplicación:
Satanás es un maestro en lo que respecta a esconder ese costo hasta que ya es muy tarde. Se honesta contigo misma y piensa en algunos de los costos que has tenido que afrontar en tu vida. Reconcíliate con estos costos y piensa en la posibilidad de contarles a tus amigos, hijos y a otros acerca de las lecciones que has aprendido.

Puntos para reflexionar:
¿Cómo puedo, ahora desde el lugar en el que estoy, tomar una decisión distinta en mi vida con algo que conlleva un costo? 

¿He tenido tiempo de tener en cuenta el costo?

¿He tenido tiempo de ayudar a una amiga, hijo o esposo analizar el costo de una de sus decisiones?

Versículos que te darán fuerza:

2 Corintios 2:4, "Les escribí con gran tristeza y angustia de corazón, y con muchas lágrimas, no para entristecerlos sino para darles a conocer la profundidad del amor que les tengo. " (NVI)

Proverbios 4:23, "Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida." (NIV)

© 2010  de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Natasha Curtis
Waleska Nickerson





lunes, 20 de diciembre de 2010
por Ana Stine, escritora certificada
Proverbios 31,
Minmisterios para la mujer 

Mateo 2:11, “Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra”. (NVI)

Lectura:

¿Qué piensas ofrecerle al Señor esta Navidad?

Cuando yo era niña, uno de mis programas navideños favoritos era “El Niño del Tambor”. Ésta es la triste, pero tierna historia de un huérfano que se une a los Reyes Magos mientras éstos siguen la Estrella de Belén.

La estrella dirige su camino hasta un humilde pesebre, donde la caravana encuentra a Jesús recién nacido, con sus padres María y José. El joven huérfano pronto se da cuenta de que este bebé es un ser extraordinario y se maravilla al ver los regalos que los Magos han traído consigo: oro, incienso y mirra.

El niño del tambor quisiera también dar un regalo a Jesús, pero él es pobre. Su corazón se llena de tristeza al pensar que no tiene nada que ofrecer.

Pero cuando Jesús empieza a llorar, el huérfano desea hacer algo por calmarlo. De pronto, una idea se le viene a la mente. “¿Puedo tocar mi tambor para Jesús?” el niño le pregunta a María. Ella le dice que sí, y él empieza a tocar. Esta dulce ofrenda de amor transforma el llanto del Niño Dios en una sonrisa.

¿Hay veces en las que te sientes como el niño del tambor? ¿Pobre y quebrantada, sin nada bueno que ofrecer? Quizás tú comparas tus talentos con los talentos de otras personas, y sientes que tu aporte jamás será suficiente.

Esta Navidad te animo a dar un paso de fe y a que traigas tu ofrenda al pesebre:

• Tu servicio

• Tu adoración

• Tu corazón

No importa cuan humilde o sencilla sea tu ofrenda, a los ojos de Dios será tan preciosa como oro, incienso y mirra. Y como la del niño del tambor, tu dádiva pondrá una sonrisa en el dulce rostro del Niño Dios.

Amado Señor: Tú conoces el deseo de mi corazón, y sabes que deseo servirte y alabarte. Acepta mi ofrenda de amor, esta Navidad y el resto de mis días. En el nombre de Jesús. Amén.
Pasos para la aplicación:

Haz una lista de los dones que Dios te ha dado. Toma un tiempo en oración para considerar la forma en que puedes rendir estos dones a Dios para servir a otras personas y glorificar Su Nombre.

Recursos relacionados:
¿Qué hago ahora?

Más recursos

Puntos para reflexionar:

Lee Lucas 2:8-20.
¿Cómo reaccionan los pastores al escuchar el mensaje angelical?
¿Cuál fue su respuesta después de haber visto al Niño Dios?

Versículos que te darán fuerza:

Salmos 51:16-17, “Tú no te deleitas en los sacrificios ni te complacen los holocaustos; de lo contrario, te los ofrecería. El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido”. (NVI)

Salmos 69:30-32, “Y a mí, que estoy pobre y adolorido, que me proteja, oh Dios, tu salvación. Con cánticos alabaré el nombre de Dios; con acción de gracias lo exaltaré. Esa ofrenda agradará más al SEÑOR que la de un toro o un novillo con sus cuernos y pezuñas. Los pobres verán esto y se alegrarán; reanímense ustedes, los que buscan a Dios!” (NVI)

Mateo 25:40, "Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí." (NVI)

© 2010 de Ana Stine. Todos los derechos están reservados.
lunes, 13 de diciembre de 2010
por Melanie Chitwood                                                                                         Miembro del Equipo de                                                                                    conferencistas de Proverbios 31,                                                                         Ministerios para la mujer



Versículo clave:                                                                                              

1 Juan 1:5, "Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él”. (RVR)

Lectura:

Donde quiera que mire en esta época del año veo luces, luces llamativas que adornan el centro comercial y las calles, el resplandor constante de la luz de las velas durante nuestro servicio de víspera de Navidad y las luces deslumbrantes de la decoración exterior. Sin embargo, de todas las luces de Navidad, las que más me atraen son las luces blancas centelleantes de nuestro árbol de Navidad.

Una tradición que he disfrutado durante años es sentarme en mi silla favorita en la oscuridad de la sala y tener solo la iluminación de las luces del árbol de Navidad. Dejo que las luces del árbol me recuerden la luz más brillante de todas, Jesucristo.

La Biblia incluye numerosas referencias a la luz. Al leer estos versículos piensa en cómo Cristo ha sido una luz en este año que termina, o piensa en qué tipo de luz necesitas para esta temporada de Navidad. Deja que la luz de Cristo ahuyente cualquier oscuridad mientras te bañas en el esplendor de su luz.

Como el creador de la luz, permita que Dios cree luz en tu vida. (Génesis 1: 3)

Cuando estés temerosa, deja que su luz te haga valiente. (Salmo 27:1)

Si necesitas dirección, su luz te mostrará el camino. (Salmo 119:105)

Cuando estás en una situación difícil, la luz de Dios hace de los lugares escabrosos algo más suave. (Isaías 42:16)

¿Te sientes avergonzada o culpable? Acepta la luz del perdón de Cristo. (Juan 3: 19).

Ahuyenta la oscuridad de la desesperanza, la soledad, la desesperación, la falta de sentido, la confusión, el dolor o la ira mientras sigues a Cristo, la luz de la vida. (Juan 8: 12).

Sé un testigo de la luz de Cristo por la manera en que vives tu vida. (Mateo 5: 16).

Estimado Señor, gracias por tu luz. Renueva mi esperanza, alegría y confianza en ti cuando todas las luces de la Navidad me recuerdan que eres la luz del mundo. En el nombre de Jesús, amén.

Pasos para la aplicación:

Este año inicia una tradición de sentarte con tu Biblia bajo la luz suave de las luces centelleantes de tu árbol de Navidad. Mientras lo haces, piensa acerca del significado de la luz de Cristo para ti y para tu familia en esta temporada de Navidad. Utiliza los versículos de la lectura de hoy en un momento privado o del culto familiar.


Recursos relacionados:

¿Conoces a Jesús?

Más recursos    

Puntos para reflexionar:

¿Estás segura de que eres una hija de Dios? Dios nos promete salvación y una relación eterna con él cuando creemos en su hijo Jesús. Si deseas estar segura de una relación con Cristo como tu amigo, tu Salvador y tu luz, sólo tienes que hacer una oración. Él te ama mucho y anhela que descanses en la seguridad de su amor. Haz clic en ¿Conoces a Jesús? para obtener más información acerca de cómo tener una relación con Jesús.

Versículos que te darán fuerza:

Juan 8: 12, "Otra vez Jesús les hablo, diciendo: ‘Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino tendrá la luz de la vida.’ ”(RVR)

© 2010 de Melanie Chitwood. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández                                                                                                   Ana Stine
Natasha Curtis                                                                                                 Waleska Nickerson













lunes, 6 de diciembre de 2010
por Rachel Olsen                                                                                                Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

1 Pedro 1:3 “¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva.”  (NVI)


Lectura:

Hay un momento que me da pavor cuando voy al médico para un examen físico. No es ponerme ese papel rectangular de seda que erróneamente llaman "vestido". No es que me pinchen el dedo para los exámenes de sangre, aunque eso me impresiona bastante. Es el momento justo después que la enfermera finaliza sus preguntas, agarra su tablilla con sujetapapeles y anuncia que el médico estará conmigo en breve. Cierra la puerta detrás de ella y me deja sola.

Ya sé lo que va a decir sobre mí; lo he leído antes. Va a decir que yo no estoy a la altura de las circunstancias. Que yo no estoy alcanzando mi potencial. Que yo no igualo mi ideal. Como el gráfico de estatura/peso que declara el peso perfecto para mi estatura…y me sobran unas cuantas libras.

No ofrece misericordia. No brinda ninguna gracia. No tiene en cuenta los años que tengo, cuántos bebés he tenido o el hecho de que mi esposo puede comer tres platos de comida cada noche sin ganar una onza. Exige perfección.
Hace unos años escuché un versículo que parecía ser el equivalente bíblico del gráfico de estatura/peso. Un solo versículo para medir mi valor y alimentar mis expectativas de perfección: "Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto"(Mateo 5: 48, NVI).

Pensé que este versículo justificaba que vistiera a mi familia con suéteres iguales a mediados de julio, para tomar la foto de la tarjeta de Navidad, porque yo tenía el corte de cabello perfecto. Pensé que justificaba el costoso tratamiento para blanquear los dientes porque tomo café y té, y se nota. Y pensé que sería mi defensa cuando enloquezco a mi familia con limpiar muy bien de toda la casa porque mi nueva amiga dijo que a lo mejor vendría de visita.

Aunque el versículo me vino bien cuando necesitaba justificar mi búsqueda de dientes perfectos, fotos perfectas o una casa perfectamente limpia, aumentó mi decepción, culpa y la aversión ocasional cuando mi vida, mi cuerpo o mi familia no coincidían con las nociones ideales en mi cabeza. En lugar de fomentar la perfección, alimentó mi autocrítica. ¡Sin dudas esa no era la idea de Jesús!
En los años desde que escuché el versículo he adoptado una convicción que dice así: Si Dios creó la vida, él solo puede definirla. Esta convicción me llevó a averiguar lo que Jesús quiso decir exactamente con "ser perfecto".
Mateo escribió este versículo. Y la palabra que él usó en el idioma griego antiguo significa algo un poco diferente que la definición inglesa del Sr. Webster. Aquí la palabra griega es teleos y que significa "completo, maduro, en desarrollo".

Las dos primeras partes de esa definición indican algo ya logrado, mientras que la tercera indica un proceso continuo. Así que esta perfección que Jesús nos receta ya está completa y aún así sigue en desarrollo. Completa en él; y todavía obrando en nosotros. ¡Se nos permite ser “una obra en construcción”!

Todas las partes de esta definición, sin embargo, se refieren a la madurez del carácter, en vez de a una figura perfecta, hogar inmaculado o la ejecución impecable de una tarea. A Jesús simplemente no le importa si hay polvo en nuestro tapete, una mancha en nuestros dientes, o un rasguño en nuestro coche. Él no está interesado en cómo nuestra colcha combina con nuestras cortinas; él está interesado en nuestra madurez espiritual. Jesús enseña que no podré encontrar mi valor en mi capacidad para llegar a mi peso perfecto o cumplir perfectamente con mi lista de tareas pendientes, sino en el hecho de que estoy aprendiendo a reflejar su carácter. Amablemente dar y recibir amor.

Esa es una buena noticia para una perfeccionista en recuperación. Además, como Juan escribe en 1 Juan 3:18-19 del mensaje: "Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. En esto sabremos que somos de la verdad, y nos sentiremos seguros delante de él."

Amado Señor, ¡gracias por tu gracia! ¡Gracias por la misericordia! Gracias por capacitarme para ser como tú al someterme a tu palabra. Y gracias por no preocuparte por las motas de polvo o las camisas manchadas. Ayúdame a que no me importen tanto esas cosas y que enfoque mi corazón más en ti. En el nombre de Jesús, amén.


Pasos para la aplicación:

Pasa tiempo leyendo a través de los Evangelios, observa lo que era importante para Jesús y lo que no.

Recursos relacionados:

¿Qué hago ahora?

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Puntos para reflexionar:

¿Qué cosas a nivel de la superficie te han preocupado últimamente?

Si no es cuestión de carácter, olvídalo como algo imperfecto y descansa en la gracia de Dios hoy.


Versículos que te darán fuerza:

Filipenses 3: 8 - 9, “Todo eso lo he dejado a un lado, y lo considero basura, con tal de llegar a conocer bien a Cristo, pues no hay mejor conocimiento. Y quiero que Dios me acepte, no por haber obedecido la ley sino por confiar en Cristo, pues así es como Dios quiere aceptarnos.”

© 2010 de Rachel Olson. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.


Wendy Bello, editora

Judith Hernández
Ana Stine                                                                                                              Natasha Curtis
Waleska Nickerson
lunes, 29 de noviembre de 2010
ATRÉVETE A ESPERAR                                                                               Wendy Pope


Miembro del Equipo de                                                                                         conferencistas de Proverbios 31,                                                                          Ministerios para la mujer

Lamentaciones 3:21, "Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza..." (LBLA)

Lectura:

¿Alguna vez has llorado como si ya no tuvieras mas lágrimas y tu corazón se hubiera roto en pedacitos? ¿Alguna vez dicho: “Todo lo que esperaba del Señor está perdido”? Entonces ya somos tres: tú, Jeremías y yo.

No olvidaré esas largas noches en que me dormía llorando. Algunas noches solo caían lágrimas silenciosas, otras noches unos gemidos audibles iban acompañados de preguntas y oraciones. ¿Por qué Señor? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Por qué tú no arreglas este problema? Las oraciones terminaban con un “si es tu voluntad”. Esperanzada en que su voluntad fuera diferente de lo que parecía.

En esas noches yo podía encogerme como una bola bajo mis cobijas, voltear hacia la pared y esperar que en esa ocasión hubiera una brecha en mis oraciones. Muchas noches lloraba hasta dormirme. Yo creía que todo lo que había esperado se había perdido y que la situación ya no tenía esperanza.

Jeremías, también conocido como el profeta llorón, se encontró en una situación sin esperanza. Él vio cómo los babilonios reducían el templo del Señor a cenizas. Su corazón estaba destrozado. Los babilonios se robaron artículos del templo, como la fuente de agua y la lámpara, para adorar a sus dioses falsos.

Jeremías profetizó la palabra de Dios a la gente de Judá y Jerusalén. El futuro inmediato del Señor para su gente era la disciplina y la destrucción completa de Jerusalén así como del santo templo del Señor. Jeremías fue escogido por Dios para pronunciar estas palabras a su gente. Él hizo su trabajo y lo hizo bien, pero no sin castigo, burlas, insultos y encarcelamiento.

Jeremías lloró hasta que no salieron más lágrimas (Lamentaciones 2:11, NVI). Su corazón sufría por Jerusalén y por el pueblo de Dios. En su angustia lloró y dijo: “La vida se me acaba, junto con mi esperanza en el Señor.” (Lamentaciones 3:18, NVI)

Entonces, en medio de su desesperación, él se atrevió. Se atrevió a esperar en lo que recordaba

Muchos de nosotros conocemos a alguien que necesita esperanza; tal vez nosotros mismos necesitamos esperanza, por lo que hoy nos serviría mucho saber qué recordó Jeremías. Lo que recordó mientras se lamentaba le dio la fuerza de atreverse a creer otra vez. El recordar cambió su perspectiva en su situación. Jeremías se atrevió a tener esperanza y nosotros también lo podemos hacer, sin importar nuestras circunstancias. Al leer Lamentaciones 3:21-24 puedes escuchar el cambio de expresión en la “voz” de Jeremías. Cambió de lamento a optimismo. En tu mente puedes ver cómo se transforman los rasgos de su rostro. Lo que Jeremías recordó fue la llave que lo sacó del hoyo de la amargura a un lugar de expectación. Esa también es nuestra llave. Jeremías recordó lo siguiente con respecto a su Dios de pactos:

• Su amor incondicional por él

• Sus misericordias eran para él

• Su fidelidad que nunca termina

• Su herencia para él

La palabra de Dios es viva y activa. Está diseñada para transformarnos de adentro hacia afuera. Leer y aplicar sus verdades cambiará la expresión de nuestra voz y nos dará una nueva perspectiva para el futuro. Durante mis noches de desesperación yo anhelaba que mis circunstancias fueran diferentes. Yo lloré hasta que las lágrimas ya no salieron más. Muchas veces me hundí en el hoyo de la desesperación más de lo necesario. Pero cuando recordé la fidelidad de Dios y sus misericordias para mí, mi expresión cambió.

¿Cambiaron las circunstancias relacionadas con mi tristeza porque yo recordé? No. Lo que cambió fue mi forma de ver las cosas. Esperanza significa esperar con expectativa, y eso fue lo que yo decidí hacer durante esas noches difíciles.

¿Necesitas esperanza hoy? ¿Vas a escoger recordar su fidelidad, su amor y su misericordia a pesar de la desolación y destrucción a tu alrededor? ¿Te atreves a tener esperanza?

Amado Padre: Quiero atreverme a esperar en ti, pero mi vida parece incierta y vacilante. ¿Me ayudarías a esperar en ti? ¿Me ayudarías a recordar tu fidelidad, amor, y misericordia? Gracias de antemano por lo que vas a hacer. En el nombre de Jesús, Amén.

Pasos para la aplicación:

Lee Lamentaciones 3:21-24 en voz alta. Recuerda y escribe las expresiones de fidelidad, misericordia y amor hacia ti. Atrévete a esperar.

Envíale esta lectura a otra persona que necesite esperanza.

Recursos relacionados:

Quiénes somos  

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Puntos para reflexionar:

¿Cuál es mi piedra de tropiezo más grande, qué me impide atreverme a esperar?

¿En qué esfera de mi vida debo atreverme a tener esperanza?


Versículos que te darán fuerza:

Salmos 33:18, “Pero el SEÑOR cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor…” (NVI)

© 2010 de Wendy Pope. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández  
Ana Stine  
Natasha Curtis

Waleska Nickerson
lunes, 22 de noviembre de 2010
por Lysa TerKeurst
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

Lucas 16:10 "El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho…"
(LBLA)

Lectura:

¿Hay algo que sueñas lograr? En los primeros años de la segunda década de mi vida, comencé y fallé en cinco trabajos distintos antes de iniciar los Ministerios de Proverbios 31. Últimamente, he estado recibiendo varios correos electrónicos en los que me preguntan cómo ayudé a iniciar este ministerio. Siempre quise poder describir tres pasos bien definidos que me llevaran a este lugar en el que estoy hoy, haciendo lo que sé que nací para hacer. Sin embargo, mi travesía no estuvo bien definida ni tampoco hubo pasos fáciles de dar. Más que nada diría que me topé con este sitio.

Mi amiga, quien me pidió que me asociara a ella y la ayudara a iniciar este ministerio desde sus cimientos, fue quién le dio el nombre. Yo ya había estado participando en el ministerio durante casi cuatro meses antes de que se me ocurriera que quizá debería leer el capítulo 31 de los Proverbios de la Biblia. Nunca lo había hecho.

Después de leer Proverbios 31 tuve una discusión con Dios. Le hice saber todas las razones por las que Él sin duda había elegido a la chica incorrecta para ser parte de un ministerio cuyo nombre describe a una mujer que lo tenía todo claro.

En ese momento de mi vida, tenía un hijo que me hacía llorar todos los días y me hacía sentir completamente abrumada, así como también un problemático matrimonio.

Pero Dios.

Me encantan esas dos palabras cuando van juntas.

Él hace que haya una forma cuando no la hay. Le encanta usar a gente de escasos atributos de modo que Él se lleve todo el mérito de todo buen resultado que provenga de los frágiles y defectuosos esfuerzos de las mismas. Estoy convencida de que Él no buscaba a la persona mejor calificada, simplemente buscaba una mujer que esté dispuesta a decirle sí.

Entonces, ¿cómo fue que Dios hizo crecer a este ministerio desde la más pequeña semilla con la que se inició hasta lo que es hoy?

No me cabe duda de que en ningún momento mi trabajo consistió en descubrir la forma de hacer crecer el ministerio ni cómo manejar un ministerio con éxito. En todo momento mi trabajo consistió únicamente en serle obediente a Dios. Mi trabajo fue la obediencia, el trabajo de Dios fue demostrar los resultados. Esto es cierto independientemente de qué estemos tratando de conseguir, ya sea un trabajo, un cónyuge, un llamado o un sueño.

Tuve que serle obediente a Dios en lo poco y en lo mucho. Algunos días, como mujer en un ministerio mi trabajo consistía en cambiar pañales con buena actitud y pedirle disculpas a mi esposo por ser testaruda. Otros días, consistía en sentarme a tomar un café con otra mujer y escucharla. Aún otros días, mi trabajo consistía en escribir un artículo que solo leerían 35 personas que recibían nuestro boletín en aquél entonces.

Te das cuenta, Dios nunca permitió que este ministerio creciera más allá de mi capacidad de obedecerle.

A medida que convocaba a un equipo de trabajo, busqué gente que tuviera la misma pasión por la obediencia a Dios. A medida que Él nos halló obedientes en lo poco a mi equipo y a mí, fueron apareciendo mayores oportunidades. No ha sido fácil, y sin duda, no se nos halló obedientes todos los días, pero contábamos con la determinación necesaria para nunca darnos por vencidas.

Los Ministerios de Proverbios 31 se fueron desarrollando muy, pero muy lentamente. Este ministerio consistió en 17 años de levantarnos en la mañana con el deseo de ser obedientes a Dios durante ese día, y simplemente seguirle dondequiera que nos llevara con un corazón dispuesto.

Si sientes un tirón en el corazón para conseguir el mismo tipo de sueño, permítele que se desarrolle lentamente. Y entiende que puedes empezar hoy. Simplemente pídele a Dios que te ponga en el camino una tarea de obediencia y dile que sí. Quién sabe lo que pueda llegar a comenzar a partir de allí...

Amado Señor, independientemente de los sueños que hayas puesto en nuestros corazones, te rogamos que ante todo nos halles obedientes en lo poco. Y ayúdanos a recordar que nuestro trabajo consiste en serte obediente y Tú te ocuparás de los resultados. En nombre de Jesús, Amén.

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Pasos para la aplicación:

Si estás persiguiendo un sueño, mantén un registro de las cosas que Dios te va enseñando a lo largo del camino ya sea por medio de un diario íntimo o cualquier otro método que te ayude a conservar los recuerdos.

Puntos para reflexionar:

¿Qué esperas lograr si alcanzas tu sueño? Si a la larga tu objetivo es tener una relación más fructífera con Dios, nunca te verás decepcionada.

Versículos que te darán fuerza:

Proverbios 3:1-3, “Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te añadirán. La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.” (LBLS)

© 2010 de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández
Ana Stine
Natasha Curtis

Waleska Nickerson
lunes, 15 de noviembre de 2010
por Van Walton

Directora del ministerio latino
Proverbios 31, ministerios para la mujer

Salmo 131:1, “SEÑOR, mi corazón no es orgulloso, ni son altivos mis ojos; no busco grandezas desmedidas, ni proezas que excedan a mis fuerzas."   (NVI)

Lectura:

La joven madre trabajaba en la cocina con destreza admirable. ¡Cuántas cosas lograba hacer con sólo una mano! En una sostenía a su bebé y con la otra abría gavetas, sacaba platos, tazas y cubiertos, y preparaba café.

Y mientras el aroma de café recién preparado llenaba la cocina, ella tatareaba una dulce canción de cuna. Finalmente nos sentamos a degustar de una taza de café y de la mutua compañía. Entonces me di cuenta que a pesar del ajetreo, su niño había estado dormido todo el tiempo.

¡Si tan sólo yo pudiera dormir con tal paz a pesar del caos que me rodea! ¿Qué secreto se halla escondido dentro del corazón de este pequeñito?
El Salmo 131:2 ofrece la respuesta, “He calmado y aquietado mis ansias. Soy como un niño recién amamantado en el regazo de su madre”.

¡Cómo quisiera escapar los retos de la vida! A veces siento como que la fuerza y la frecuencia de las pruebas que me atormentan son demasiadas, hasta el punto en que temo perecer. Y en mi angustia he clamado: “¡No puedo más, Señor! ¡Ten misericordia! ¿Cómo lograré enfrentar todo esto?”

Y el Señor susurra a mi oído: “Aquieta tu alma, como un niño recién amamantado descansa en el regazo de su madre”.

Amada hermana, si las tormentas de la vida te amenazan hasta el punto en que sientes como que no puedes más, y – como yo – te sientes tentada a darte a por vencida, ¡hazlo!

¡Date por vencida!

Ríndete a los pies del Señor. Y como el niño que descansa en los brazos de su madre, descansa en los brazos de tu Padre – ríndele tus problemas, confía y descansa.

Amado Señor: Tu Palabra me dice que Tú eres refugio fuerte y que no me darás más de lo que puedo tolerar. Creo en obediencia y confío en tu cuidado. ¡Aquieta mi alma! En el Nombre de Jesús. Amén.


Pasos para la aplicación:

Ponte una meta de 30 minutos al día en los cuales puedas sentarte a solas para aquietar tu alma. Empieza este tiempo diciéndole a tu Padre: “Como un niño descansa en los brazos de su madre, confío en que Tú tomarás mis problemas y los someterás a Tu autoridad”.
Repite esta oración hasta que tu alma se aquiete.

Recursos relacionados:

¿Qué hago ahora?

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Puntos para reflexionar:

¿Qué áreas de mi vida son demasiado pesadas para mí?

¿Qué pasos puedo dar para deshacerme del peso de mis cargas?

¿Hay alguien quién puedo hablar para que me ayude a entregarle mis cargas a Dios?


Versículos que te darán fuerza:

Salmo 32:7, "Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación". (NVI)

Salmo 131, "SEÑOR, mi corazón no es orgulloso, ni son altivos mis ojos; no busco grandezas desmedidas, ni proezas que excedan a mis fuerzas. Todo lo contrario: he calmado y aquietado mis ansias. Soy como un niño recién amamantado en el regazo de su madre. ¡Mi alma es como un niño recién amamantado! Israel, pon tu esperanza en el SEÑOR desde ahora y para siempre”. (NVI)
1 Corintios 10:13, “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir". (NVI)

© 2010 de Van Walton. Todos los derechos están reservados.


Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández 
Ana Stine 
Natasha Curtis
Waleska Nickerson
lunes, 8 de noviembre de 2010
por Maybeth Whalen                                                                                     Miembro del Equipo de                                                                           conferencistas de
Proverbios 31, Ministerios
para la mujer


Salmos 68; 28, “Despliega tu poder, Oh Dios; haz gala, Oh Dios, de tu poder, que has manifestado en favor nuestro”. (NVI)

Lectura:

Era el primer día del estudio bíblico que yo enseñaba y no conocía a las mujeres muy bien. Cuando les pregunte cómo ellas experimentaban la presencia de Dios, recibí las respuestas que esperaba: orando, leyendo su palabra, escuchando música. Entonces una mujer levanto su mano y dijo: “Mi testimonio”

Sé que mi cara expresó mi confusión. Esa no era una respuesta que hubiera esperado. “¿Tu testimonio?”, le pregunté. Yo sabía que la palabra testimonio significaba la historia de cómo ella llegó a conocer a Jesucristo o historias de como él actuaba en su vida, pero yo no entendía lo que ella quería decir. “¿Cómo experimentas la presencia de Dios a través de tu testimonio?”, le pregunté.

“Cuando yo cuento mi testimonio, recuerdo su fidelidad”, me contestó con sus ojos negros brillantes. “Recuerdo lo que él hizo entonces y siento que él me asegura que será fiel nuevamente. Mi testimonio me recuerda la presencia de Dios a través de mi vida y que puedo contar con él.”

Yo quería que ella dirigiera el estudio ese día pues claramente tenía mucho que enseñarme a mí.

Desde ese momento he pensado en las palabras de esa mujer. He reflexionado en mi testimonio: las muchas oraciones contestadas, la voz de seguridad, experiencias de lo alto en la montaña, y las revelaciones en lo más profundo de mi desesperación. Tengo muchos ejemplos de cuando he sentido la presencia de Dios en mi vida y esas experiencias me han enseñado que puedo contar con él. Él estuvo, está y estará. Nuestros testimonios no son historias con principio y final. Son las historias en desarrollo del romance de toda una vida con el Dios vivo.

Siempre había pensado en mi testimonio como algo que podía usar para inspirar y animar a otros, pero nunca había pensado en este como algo que podía usar para inspirarme y animarme a mí misma. Dios es fiel y él lo ha probado una y otra vez. Puedo mirar atrás en mi vida y ver el rastro de sus manos, sentir su presencia y creer en su propósito.

¿Cuál es tu testimonio? ¿Cómo puede inspirarte hoy? ¿Qué necesitas recordar de tu pasado que hable a tu vida hoy? Deja que tu testimonio te hable hoy.

Amado Dios, gracias por obrar en mi vida, siempre. Cuando me desanimo, déjame ver que tú obraste en mi vida en el pasado y lo estás haciendo ahora. Ayúdame a recordar mi testimonio para que yo pueda sentir tu presencia. En el nombre de Jesús, Amén.

Pasos para la aplicación: Comienza una lista de momentos en los que Dios ha estado contigo en formas grandes y pequeñas. Mantén esa lista en un lugar donde tengas fácil acceso a ella. Agrega cosas a la lista cuando recuerdes alguna otra cosa o cuando Dios haga nuevas cosas. Saca esa lista y experimenta la presencia de Dios.

Recursos relacionados:

¿Conoces a Jesús?

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Puntos para reflexionar:
¿Has pensado en tu testimonio como una forma de ministrarte? ¿Pasas tiempo pensando en la fidelidad de Dios o tienes la tendencia de siempre adelantarte?

Versículos que te darán fuerza:
Salmos 9:10, “En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, SEÑOR, jamás abandonas a los que te buscan”. (NVI)

Salmos 145:18-19, “El SEÑOR está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad. Cumple los deseos de quienes le temen; atiende a su clamor y los salva”. (NVI)

© 2010 de Marybeth Whalen. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.


Wendy Bello, editora

Judith Hernández
Ana Stine 
Natasha Curtis
Waleska Nickerson
martes, 2 de noviembre de 2010
por Wendy Pope                                                                                            Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." Filipenses 4:13(NVI)

Lectura:
Es increíble para mí ver cómo desde una edad temprana los niños se convierten en creyentes de Jesús. Algunos se desbordan en confianza, mientras otros necesitan más aliento. Tengo dos chicos que tienen dichas características de creyentes.

Mi hijo nunca reconoce que ha fallado. No permite que su talla ó edad afecten la confianza que tiene en él mismo. Mi hija por el otro lado tiene la confianza puesta en su mamá. Ella fácilmente renuncia cuando las cosas no van muy bien. Esto comenzó durante sus días preescolares. Si el rompecabezas no se resolvía, ó si su sacapuntas no servia en su lápiz, la primera palabra que salía de su pequeña boca era: “No puedo hacerlo.”

Como yo sabía que también había crecido creyendo a esta mentira, determiné cambiar el rumbo y adoptar nuevos pasos para ayudar a mis hijos.

Comencé el nuevo proceso enseñándole a mi hija que me pidiera ayuda cuando se sintiera frustrada por no poder hacer algo. Recomendé que dijera: “Mamá, tengo problemas con esto. ¿Podrías ayudarme?”

Después de muchos meses de entrenamiento se volvió algo natural. Ella podía venir a mí en busca de ayuda. Yo la pude ayudar pero también la dirigí a la palabra de Dios (todos los días repetíamos el versículo clave de este devocional).

Después de muchos años enseñándole este principio, finalmente comenzó a creer que ella podía hacer todo en Cristo.

Cuando el enemigo venga y quiera robarte el potencial que tengas en alguna esfera de tu vida y quiera convencerte de que no puedes hacerlo, no te dejes convencer. Defiende tu propia vida con pasajes de la palabra de Dios y pídele ayuda. Cristo murió por hacernos libres y no volver a la esclavitud de las mentiras del enemigo. Vive libre, disfrútalo y compártelo con quienes todavía viven en la esclavitud.

Señor, ayúdame a creer en tu palabra y a vencer mi desconfianza. Sé que mi confianza y fortaleza vienen de ti. Permíteme vivir de acuerdo a tu voluntad para mí. En el nombre de Jesús, Amén.

Pasos para la aplicación:

Haz una lista de todas las cosas que haces muy bien. Da gracias a Dios por tus habilidades.

Haz una lista de las cosas que no haces muy bien y acude a Dios por su ayuda.


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Quiénes somos  

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Puntos para reflexionar:

¿Hay alguna esfera en tu vida en la cual estés creyendo las mentiras del enemigo cuando te dice que no sirves, que no puedes y que no tienes ningún valor?

¿Cuál es tú reacción cuando te encuentras frente a un problema?

¿A quién llamas cuando vienen los problemas?


Versículos que te darán fuerza:

2 Corintios 3:4, " Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo". (NVI)

2 Corintios 3:5, "No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios”. (NVI)

Efesios 2:10, "Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”. (NVI)


© 2010 de Wendy Pope. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora

Judith Hernández 
Ana Stine 
Natasha Curtis
domingo, 24 de octubre de 2010
por Marybeth Whalen
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

II Reyes 18:4, "Quitó los altares paganos, destrozó las piedras sagradas y quebró las imágenes de la diosa Aserá. Además, destruyó la serpiente de bronce que Moisés había hecho, pues los israelitas todavía le quemaban incienso, y la llamaban Nejustán." (NVI)

Lectura:
La frase me había dejado perpleja: “Aunque nuestros hijos son un regalo, es fácil permitir que se conviertan en ídolos”. ¿Mis hijos, ídolos? ¡Qué absurdo!

Pero entre más medité en esta frase, más cuenta me di que lo que decía era correcto. Cualquier cosa o persona que en nuestro corazón se vuelva más importante que Dios puede convertirse en un ídolo.

En Números 21 leemos que, durante su travesía en el desierto, una plaga de serpientes venenosas afligió al pueblo de Israel. Dios le dijo a Moisés que formara una serpiente de bronce y que la pusiera sobre un asta, y que todos los que fueran mordidos, al mirar la serpiente, vivirán.

Pero 700 años después, esta serpiente se había convertido en un ídolo que los israelitas adoraban. En II Reyes 18:4 vemos que el Rey Ezequías destruyó la serpiente como un esfuerzo por volcar los corazones de su pueblo hacia Dios.
El nombre “Nejustán” significa “tan sólo un pedazo de bronce”. Esta serpiente no era la respuesta para los problemas del pueblo y se había convertido en algo demasiado importante para ellos.
¡Tantas cosas pueden convertirse en ídolos! Seres queridos, la ciencia médica, nuestro trabajo o pasatiempos, los deportes, la televisión, la música, incluso la comida… Y así como la serpiente fue algo bueno que Dios diseñó para ayudar a los israelitas, algo bueno en nuestras vidas – incluso las bendiciones de Dios – pueden convertirse en un ídolo.

El Señor me mostró que había varios ídolos en mi vida que yo debía destruir. Tuve que pasar mucho tiempo pensando y orando al respecto, buscando la manera de reenfocar mis prioridades y mi perspectiva. ¿En quién o en qué tenía yo puesta mi confianza? ¿A qué le dedicaba más tiempo? ¿Qué lugar ocupaba Dios en mi vida – en mi corazón, en mi horario y en mis pensamientos?

Con el tiempo, descubrí que éste es un proceso continuo y intencional que sólo puede lograse con la ayuda divina. Aunque Dios me ha bendecido con una bella familia, lindas amistades, un buen trabajo, deliciosa comida y pasatiempos que me llenan de alegría, debo recordar siempre que la bendición más grande consiste en el amor de Dios. Él será fiel en ayudarme a mantener una perspectiva adecuada en la cual Jesús sea lo más importante para mí.

Amada amiga, Él también puede ayudarte a ti.

Amado Señor: Por favor recuérdame qué es lo más importante en la vida. Ayúdame a mantener una perspectiva sana, en la cual cada cosa y cada persona ocupe el lugar que le corresponde, y en donde Tú seas el primero y el único en quien yo ponga mi confianza. Ayúdame a destruir los ídolos que han usurpado tu lugar. Tú, Señor, eres el único y verdadero Dios. En el Nombre de Jesús. Amén.

Pasos para la aplicación:
Lee Números 21:8-9. Reflexiona en la diferencia entre la razón por la cual la serpiente fue creada y las razones por las cuales los israelitas la adoraban 700 años después.

Recursos relacionados:

¿Conoces a Jesús?
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Puntos para reflexionar:
¿Hay algo que Dios te esté señalando como algo bueno que has permitido que tome demasiada importancia en tu vida?

Versículos que te darán fuerza:

1 Timoteo 6:17, "A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos". (NVI)

Juan 3:14, "Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre”. (NVI)

© 2010 de Marybeth Whalen. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández 
Ana Stine  http://anastinescorner.blogspot.com/

Natasha Curtis
miércoles, 20 de octubre de 2010
por Shari Braendel                                                                                                  Miembro del Equipo                                                                                                  de conferencistas
de Proverbios 31,
Ministerios para la mujer

Versículo clave:

Salmos 147:3, "[El Señor] sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas." (LBLA)

Lectura:

Algunas de mis amigas hace poco me confiaron sus historias de heridas del pasado que aún duelen. Una dulce amiga mía me contó que lleva más de 20 años trabajando para tratar de curar las heridas que le causaron unas duras palabras. "Mi madre siempre pensó que yo era gorda y siempre me llamó su elefante. Constantemente me comparaba con mi hermana que era mucho más delgada que yo. Hasta llegó a acusarme de bulímica, lo que a la temprana edad de 13 años resultó ser como un puñetazo."

Mi otra amiga contó, "La amiga de mi mamá me preguntó cómo se sentía tener una hermana que era tan bella y luego dijo que debería ser difícil tener que crecer a su lado, tan hermosa y delicada, y yo no siendo así." Yo no era gorda; solo es que tenemos estructuras corporales completamente distintas. Recuerdo haberme quedado sorprendida de que alguien realmente me haya dicho eso y me pregunté POR QUÉ me lo había dicho. Ese único comentario me definió durante muchos años y hasta el día de hoy duele cuando pienso en ello."

Heridas de belleza. Cada una de nosotras las tiene. Algunas causan un dolor increíble y otras son como un desagradable pellizco que nos molesta de vez en cuando; de todas formas, todas ellas duelen.

Hay muchas cosas que deben ocurrir para curar lo profundo del alma y asegurarnos de que no caigamos en el hábito de repetir esta conducta hacia nuestros seres queridos e incluso aquellos a quienes no conocemos bien.

Es importante ofrecer la gracia y el perdón a aquellos que nos han herido. Sé que esto es más fácil de decir que hacer, pero con Cristo es posible. Con frecuencia, el que nos causó dolor no tiene la menor idea de la herida que causaron en nuestro corazón. A menudo me pregunto a quién pude haber herido sin darme cuenta, y espero y rezo que me perdonen por mis desconsiderados actos.

La Biblia nos dice que las palabras son muy poderosas, pero también lo son nuestros pensamientos. Con frecuencia le atribuimos demasiado valor al diálogo que ensayamos en nuestra mente de las heridas del pasado. Le ponemos atención a los pensamientos hirientes que una y otra vez pasan por nuestra mente como un disco rayado. Cada vez que se nos cruza uno de esos pensamientos, debemos detenerlo y apoderarnos de él. Tenemos que reemplazar el pensamiento hiriente de inmediato con algo más poderoso y cariñoso.

Una cosa que me ha ayudado a mí es tener versículos bíblicos listos en la mente para aniquilar a esos dañinos juegos mentales. Por ejemplo, cuando se me cruza un pensamiento crítico acerca de mi apariencia o peso, trato de identificarlo e inmediatamente digo, "Entonces el rey deseará tu hermosura; inclínate ante él, porque él es tu señor" (Salmos 45:11 La Biblia de las Américas).

Quiero animarte a no permitir que en tu corazón moren los pensamientos feos. Dios es grande y Él está loco por ti. Para Él eres un tesoro muy preciado. ¡Él no cometió errores al crearte! Amiga mía, le pido a Dios que creas y te afirmes a esta verdad. Ya que hay algo que sé con toda seguridad, y es que Jesús vino a sanar a los quebrantados de corazón y a vendar cada una de nuestras heridas, incluso las heridas de belleza.

Amado Dios, sé que tú ves lo más profundo de mi corazón y sabes las mentiras y palabras que aún me atormentan y me hieren. ¿Puedes por favor quitar el dolor? Sáname y ayúdame a aceptar y entender que Tú no cometiste errores cuando me creaste, sino que me hiciste perfectamente maravillosa. En el nombre de Jesús, Amén.

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Pasos para la aplicación:

1. Imprime Salmos 139:13-14 y pégalos en tu espejo. Que te sirvan de recuerdo diario de que le perteneces a Dios. Léelo todos los días hasta que sea lo que escuchas dentro de tu mente y tu corazón.

2. Ruégale a Dios que te ayude a perdonar a aquellos que te causaron dolor.
3. Elige hoy comenzar el proceso de saneamiento.

Puntos para reflexionar:

¿Estarías dispuesta a ofrecer el perdón que otra persona pueda necesitar de ti si tú estuvieras en esa misma situación?

¿Hay algún momento en el que recuerdes haber sido perdonada ya sea que lo hayas merecido o no? Hay libertad en el perdón que afecta a todas las partes.

Versículos que te darán fuerza:

Génesis 1:27, "Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (LBLA)

2 Corintios 6:18, " ‘Yo seré un padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas,’ dice el Señor Todopoderoso.” (NIV)

Salmos 139:13-14, "Dios mío, tú fuiste quien me formó en el vientre de mi madre. Tú fuiste quien formó cada parte de mi cuerpo. Soy una creación maravillosa, y por eso te doy gracias. Todo lo que haces es maravilloso, ¡de eso estoy bien seguro!” (TELA)

© 2010 de Shari Braendel. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández
Ana Stine  
Natasha Curtis
lunes, 11 de octubre de 2010
por Melissa Taylor
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer


Mateo 7:7, “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá." (NVI)

Lectura:

Debido a que yo he compartido muchas veces los problemas (¡y triunfos!) que he experimentado en mi matrimonio, muchas mujeres me hacen preguntas como estas:

"¿Cómo sobrevivió tu matrimonio?"

"¿Qué harías si tu esposo no quisiera ir a recibir consejería matrimonial?"
"Yo ya no quiero a mi esposo. ¿Y ahora que hago?"

"¿Qué haces cuando estás cansada y tu esposo quiere tener relaciones contigo?”

“¿Qué haces si tu esposo no es cristiano?”

Desearía saber como responder a todas estas difíciles preguntas. Más no siempre lo sé. Pero sí sé a Quien hacerlas… El Señor tiene la respuesta.

He aprendido a orar y a escuchar lo que Dios desea decirme al respecto. También he aprendido a estar conforme con Sus respuestas. Por años yo oraba pidiéndole a Dios que cambiara a mi esposo, Jeff. Pero un día obtuve un libro titulado The Power of a Praying Wife (El Poder de la Esposa que Ora).

Yo pensaba que si oraba diligentemente por mi esposo, todo en mi matrimonio se arreglaría. Yo abrí mi libro, lista para aprender a como cambiar a mi esposo con mis oraciones. ¡Imagínense mi sorpresa cuando leí que yo debía orar que Dios me cambiara a mí primero!

Conforme empecé a orar por mí, también empecé a orar por Jeff, que el Señor hiciera Su obra en nuestros corazones. El cambio no fue rápido, pero poco a poco empecé a notarlo.

También aprendí que antes de esposa, soy hija de Dios. Aunque mi relación matrimonial no dure para siempre, mi relación con el Señor es eterna, y es la relación en la cual debo poner mi principal enfoque. Cuando mi relación con Él está bien, todo trabaja mejor. Y aunque no todo sea perfecto en mi vida, yo estoy bien.

La próxima vez que te preguntes, “¿Cómo va mi matrimonio?” Pregúntate primero, “¿Cómo está mi relación con Cristo?” Pues de esa relación, todo lo demás se desenvuelve.

Amado Señor: Por favor ayúdame a entregarte los deseos de mi corazón. Trabaja en mi matrimonio, empezando conmigo. En el Nombre de Jesús. Amén.

Pasos para la aplicación:

Comprométete a pasar tiempo con el Señor, solos los dos, cada día durante una semana.

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Puntos para reflexionar:

¿Cómo puedo cambiar mi relación matrimonial?

¿Será posible que sea yo quien necesite cambiar?


Versículos que te darán fuerza:

Gálatas 6:9, "No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos." (NVI)

Marcos 11:24-25, "Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán. Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados." (NVI)

© 2010 de Melissa Taylor. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández  

Ana Stine 
Natasha Curtis
lunes, 4 de octubre de 2010
por Lysa TerKeurst                                                                                              Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

1 Timoteo 6:18, “Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir…” (LBLA)

Lectura:

Parece como si no pudieras ver hacia alguna parte sin tener el recordatorio de la difícil situación económica. En el ultimo par de años el porcentaje de desempleo en nuestra nación ha sido el mas alto en los últimos 60 años. Amigos y familiares están sufriendo debido a la perdida de trabajos, inversiones saliendo mal y recortes que parecen estar en todas partes.

Tengo un amigo que ha sido dueño de un exitoso lote de venta de automóviles por más de 30 años. Este hombre y su familia han sido pilares en su comunidad que los conoce por su generosidad y su amable espíritu cristiano. Sin embargo el año pasado, él se declaró en bancarrota y literalmente perdió todo incluyendo sus carros.
Si eso no es irónico, no sé que lo será.

Entonces, yo tuve que tener una pequeña discusión con Dios acerca de lo triste de esta situación. Yo se que Dios es el gran proveedor, entonces ¿por qué no está proveyendo para mi amigo?

Esta es una pregunta razonable considerando lo terrible e injusta que parece esta situación.

Cuando me encuentro con situaciones que son para mi difíciles de entender, tengo que parquear mi mente en lo que yo sé que es vedad. Mantener mi mente saturada con la verdad, mantiene a Satanás alejado de murmurarme presunciones peligrosas, acusaciones falsas y errores de fe por la perspectiva.

Entonces, ¿cuál es la verdad en esta situación? ¿Cuál es la verdad sin importar la situación que estemos pasando?

Dios es un buen proveedor.

Esta es la verdad. Es allí donde debo mantener mi mente. Esta es la realidad que debe saturar mis pensamientos. Esta verdad sobresale entre nuestras circunstancias difíciles para ver la vida desde una perspectiva fuera de nuestra realidad que grita.

Dios provee ricamente para nosotros con todo lo que necesitamos. Por lo que debo creerle a Dios que Él está proveyendo para mi amigo. Lo que está en frente de mi amigo es la provisión de Dios. Dios no ha parado de proveer solo por que mi amigo está en una situación financiera difícil. Esta situación no agarró a Dios fuera de guardia. A Dios no se le han acabado los recursos para ayudar a mi amigo.

Parte de la perfecta provisión de Dios para mi amigo es el pasar por esto. Puede ser que a mi no me guste. Puede ser que yo no lo entienda. Pero por que mi amigo conoce y ama a Dios, tengo paz en que él saldrá de esto.

La Biblia nos dice en Filipenses 4:8-9 que si pensamos en lo verdadero, la paz de Dios estará con nosotros. Y ultimadamente, ¿no es paz lo que queremos? Eso es lo que realmente quiero para mi amigo. Quiero que este precioso hombre y su familia tengan paz más de lo que quiero que su negocio se salve, sus finanzas se restauren y que toda su vida vuelva a ser la de antes y todo quede en su lugar.

Gloria a Dios. Su paz es complemento del camino verdadero. Entonces, querida hermana, parquea tu mente en su verdad hoy. Y mira la provisión perfecta de la paz de Dios llenar cualquier sequedad o dolor que tú estés experimentando en este momento.

Amado Dios, gracias por ser mi proveedor cada día. Ayúdame a no temer en estos tiempos difíciles. Por el contrario ayúdame a creer en ti y tus caminos más cada día. Mi deseo en enfocarme en lo que es verdadero y creerte que tu harás de los lugares rocosos lugares suaves. En el nombre de Jesús.

Pasos para la aplicación:

Cada vez que pensamientos de desaliento vengan a tu vida hoy, remplázalos:

- con un verso de la palabra de Dios.
-con la verdad de que Dios es un buen proveedor y que su amor inquebrantable por ti no está temblando.
- buscándole a Él y clamando a Él, pues Él siempre está cerca.

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Puntos para reflexionar:

¿Como puede la paz de Dios restaurarte hoy?

¿Puede ser que este devocional de hoy está aquí para recordarte que Dios te ve y se preocupa por tu situación?
Versículos que te darán fuerza:

Salmo 84:1-2, “¡Cuán preciosas son tus moradas, O SEÑOR de los ejércitos! Anhelaba mi alma, y aun deseaba con ansias los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.” (LBLA)

Isaías 26:3, “Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.” (LBLA)

© 2010 de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

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