lunes, 16 de marzo de 2009
de Marybeth Whalen
Miembro del Equipo de Conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la Mujer
Versículo clave: ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? Mateo 6:27 (NVI)
Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo.
martes, el 17 de marzo
Devocional:
Los recientes aumentos en el precio de la gasolina. Un mercado inmobiliario que se derrumba. Una bolsa de valores que fluctúa de manera dramática. Récord en las ejecuciones hipotecarias. Inflación. Rescate de los bancos y negociaciones de último momento. Es difícil no percatarse de la confusión económica que nuestro país ha estado enfrentando en los últimos meses. También es difícil no sentir ansiedad cuando vemos los últimos reportajes en las noticias. ¿Cuándo saldremos de esto? ¿Hasta dónde llegarán las cosas? Y no obstante, Jesús nos dijo que no nos preocupáramos por nada. Puede que ahora mismo nos estemos preguntando: ¿cómo no hacerlo?
Isaías 32:8 dice: “El noble, por el contrario, concibe nobles planes, y en sus nobles acciones se afirma». Parte de aprender a vivir sin preocuparse, como ordena Jesús, es comenzar a hacer planes sabios para nuestro futuro financiero. Dios no quiere que dejemos las cosas a la casualidad ni que neciamente pensemos que las cosas nunca van a cambiar. Los planes nobles se sostendrán en los tiempos más convulsos. Las acciones nobles se mantendrán aún cuando todo lo demás se esté derrumbando.
Hace unos cinco años mi esposo y yo tomamos la decisión de hacer lo que fuera necesario para eliminar nuestra deuda y vivir libres financieramente. Cuando lo hicimos, comenzamos a vivir una vida que era muy diferente del status quo. No puedo decir que fue fácil, pero pusimos la mirada en nuestro plan y con la ayuda de Dios trabajamos en pro del futuro. Hoy respiramos con alivio al no estar donde estuvimos una vez. No tengo la menor duda de que si no hubiéramos hecho los cambios que hicimos hace cinco años, ahora mismo tendríamos un gran problema financiero. Los pagos mensuales de nuestra deuda serían demasiado encima del aumento significativo en el costo de la vida.
Aunque ahora no tenemos deudas, todavía tenemos que mantener nuestro plan en acción para no caer en los viejos hábitos y reunir una nueva deuda. Cuando vendimos nuestra casa el verano pasado, algunos prestamistas nos dijeron que podíamos sufragar una casa mucho más grande de lo que estábamos esperando. Reconozco que era tentador comprar la gran «casa de nuestros sueños» y echar por la borda toda precaución, con la esperanza de que mi esposo siempre ganara su comisión y que pudiéramos “salir a flote”.
Al orar por nuestra decisión, supimos que Dios no quería que hiciéramos eso. Compramos una casa que era una opción mucho mejor desde el punto de vista financiero. No era la solución "divertida” y la casa que compramos no era lujosa ni impresionante. Y no obstante, a medida que vemos el decadente cuadro financiero de nuestro país, sabemos con certeza que tomamos la decisión correcta. Al seguir las pautas de Dios y buscar su voluntad, hemos experimentado la libertad de ser capaces de pisar un terreno financiero firme. Si lo hubiéramos hecho por nuestra cuenta, ahora estaríamos en un gran lío.
Este momento de nuestra nación puede verse como devastador o como un llamado de alerta necesario. ¿Ya llamó tu atención? ¿Estás buscando soluciones para tus problemas de dinero? Podemos dejar que nos sacuda o podemos dejar que nos sirva de ímpetu para hacer planes nobles, planes que estén alineados con el diseño de Dios para nuestros gastos, nuestros ahorros y nuestros diezmos. Podemos inscribirnos en una clase en la iglesia o comprar recursos que nos ayuden a crear por fin un presupuesto o a evaluar nuestros hábitos en cuanto a gastar. Podemos hablar con nuestros hijos acerca de reducir nuestro estilo de vida. Podemos acercarnos más a nuestro cónyuge y orar juntos para que Dios nos guíe mientras navegamos por estos tiempos de incertidumbre. Más que nada, podemos descubrir una nueva dependencia de Dios como nuestro proveedor, nuestro protector y la fuente de nuestra paz, independientemente de lo que digan los informes financieros.
Mi oración para hoy:
Amado Señor, quiero vivir una vida responsable en cuanto a las finanzas. Quiero honrarte con las decisiones financieras que tome y hacer planes que reflejen tu propósito en mi vida. Ayúdame a buscarte en mis finanzas al igual que hago con el resto de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
miércoles, el 18 de marzo
Aplicación:
Pídale al Señor que te ayude ser responsible en tus finanzas.
Haz una lista de compras antes de salir al mercado. Solamente compre lo que has puesto en tu lista.
Tal vez tienes un don que puedes compartir con una amiga. En vez de gastar dinero trabajen juntas compartiendo sus poderes.
jueves, el 19 de marzo
Puntos para reflexionar:
¿Qué paso puedes dar hoy que te ayudará en tu futuro financiero?
¿Está Dios tocándote para que hagas cambios en tu manera de gastar o en la manera en que ves tu dinero?
¿Tienes un plan noble para tus finanzas que puede servir de consuelo en estos tiempos inciertos?
viernes, el 20 de marzo
Versículos para recordar:
1 Timoteo 6:9: «Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción». (NVI)
Proverbios 20:18a: «Afirma tus planes con buenos consejos». (NVI)
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Laura A. Colón González, editora
Wendy Bello
Judith Hernández: judithhernandez.blogspot.com
Ana Stine
Ángela Vásquez
Lupe Coka
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