lunes, 13 de abril de 2009
por Ana Stine
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer
Versículo clave:
Colosenses 3:9 “…ni se mientan unos a otros, porque ustedes ya han dejado la vida de pecado.” Colosenses 3:9 (NVI)
Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo
martes, el 14 de abril
Devocional:
“Hey, Nicky,” le pregunto a mi hijo, “¿Qué quieres ser cuando seas grande?” Su rostro se ilumina con emoción al declarar: “¡Un científico!” Como siempre, su respuesta me llena de deleite.
Esta no es la primera ocasión en que yo le pregunto algo así. De vez en cuando, si la conversación vira por ese rumbo, yo le digo, como si se me acabara de ocurrir, “Pues si, Nicky ¿qué piensas ser cuando seas grande?” Por lo general, la futura vocación tiene que ver con el interés del día: Bombero, ingeniero, chef, hombre de negocios, cantante, técnico en computación… la lista nunca cesa de divertirme.
Esta es una de esas preguntas en la cual no estoy tan interesada en la respuesta como lo estoy en la manera en que él me responde: lleno de libertad, sin siquiera un trazo de vergüenza, temor o titubeo. ¡Qué bonito es ver que mi hijo no tiene temor a soñar!
Sin embargo, el otro día Nicky respondió a mi pregunta usual en forma inusual. Es más, él me presentó su propia pregunta: “Y, Mami, ¿qué quieres ser tú?”
¡Pero que clase de pregunta es esa! le respondí dentro de mí, ¡Como que ser tu madre no contara!
“Yo ya tengo un trabajo, mi amor.”
“Sí, sí,” me respondió agitando sus manitas con impaciencia, “pero ¿qué es lo que quieres ser?”
Esta vez, Nicky capturó mi atención. Lo pensé por un rato y de pronto recibí una revelación, así que le contesté: “Yo quiero ser como Cristo.”
En su carta a los Colosenses, el Apóstol Pablo anima a los creyentes a deshacerse de su anterior manera de vida y a procurar ser transformados a la imagen de Cristo. Podemos identificar dos pasos en esta exhortación:
El primero es eliminar aquellas prácticas que no nos edifiquen como personas o que no traigan gloria a Dios. Pablo llama este paso “despojarse del viejo hombre”. Para poder lograr esto, debemos primero identificar en nosotros patrones incorrectos de conducta o pensamiento y luego debemos comprometernos a dejar de actuar de tal forma. La Biblia llama este paso “arrepentimiento”.
El segundo paso consiste en un estilo de vida que constante y genuinamente procura una transformación profunda del corazón y la mente. A esto, el Apóstol se refiere como “vestirse del nuevo ser”.
Dicha tarea sería abrumadora—si no imposible—si la tratáramos de cumplir por nuestras propias fuerzas. Pero no debemos desanimarnos, pues Dios está de nuestro lado. Su Palabra dice que, con el mandamiento, Él también provee lo necesario para hacer que estos cambios se lleven a cabo y produzcan una hermosa realidad en nuestras vidas, por medio del poder de Su Espíritu Santo.
Mi hijito se ríe de mi respuesta. “Mami, ¡qué graciosa eres!”
Esta vez, siento la libertada de actuar como él y no siento vergüenza de anunciar mi decisión una vez más: “Sí, ¡cuando crezca quiero ser como Cristo!”
Mi oración para hoy:
Gracias Señor por animarme a procurar ser como tu Hijo. Derrama tu Santo Espíritu sobre mí para que lleve a cabo los cambios que Tú deseas hacer en mi mente y en mi corazón. Para tu honra y tu gloria te lo pido, Señor. Amén.
miércoles, el 15 de abril
Aplicación:
1. Pídele a Dios que te muestre las áreas en las cuales Él desea que cambies (quizás sea una tendencia a mentir, amargura o falta de perdón...)
2. Haz una lista y pídele a Dios que te perdone por esto y luego pídele que te ayude a cambiar en estas áreas.
3. Dale gracias a Dios por los milagros que Él hará en tu vida.
4. Mantén tu corazón y tus oídos abiertos a escuchar la voz de Dios, cuando Él te señale otras áreas en las cuales debas cambiar.
Recursos sugeridos:
¿Qué hago ahora?
Màs recursos
jueves, el 16 de abril
Puntos para reflexionar:
En Colosenses 3:9-10, Pablo nos anima a “despojarnos del viejo hombre” (o de la vieja manera de ser). ¿Sabías tú que muchas personas escogen volver a actuar como “el viejo hombre” (o, en nuestro caso, “la vieja mujer”)? Piensa en situaciones en las cuales tú te sientes tentada a comportarte como la persona que eras antes de conocer a Cristo. Pídele a Dios que te ayude a no comportarte así o decide si sea necesario no ponerte en esa situación o quizás si incluso sea necesario alejarte de ciertas personas que no son buena influencia para tu vida espiritual. Piénsalo.
viernes, el 17 de abril
Versículos para recordar:
Salmo 51:10, “Dios mío, no me dejes tener malos pensamientos; cambia todo mi ser.” (BLS)
Romanos 12:2, “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (NVI)
2 Corintios 4:16, Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. (NVI)
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