lunes, 15 de junio de 2009
por Renee Swope Miembro del Equipo de conferencistas de Proverbios 31, Ministerios para la mujer Versículo clave: Isaías 26:3, “Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía." (NIV) Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo martes, el 16 de junio Devocional: Una de mis cosas favoritas es ver una silla mecedora en un portal. El ver la mecedora me hace sentir llena de paz. Yo no tengo una silla de esas, ni tampoco un portal, pero ¡claro que me gustaría tenerlos! Estar preocupada es lo contrario de estar llena de paz. ¡La preocupación me deja sin paz! Hay veces en las que ni me doy cuenta de que estoy preocupada. Mi mente está entrenada a pensar muchísimo. Así que me he acostumbrado a un torbellino constante en mi mente. La preocupación comienza a entrar sigilosamente en la mente y luego, antes de darme cuenta, hay un movimiento en mi corazón. Mi cuello se pone tenso. Antes de darme cuenta de lo que me está pasando, mi corazón se agita, la mente no cambia de velocidad y unas pequeñas situaciones se han convertido en una gran preocupación. La autora Linda Dillow dice: "Preocuparse es como una silla mecedora, te dará algo que hacer pero no te llevara a ningún lugar.” Hasta ahí llegó mi imagen de la paz. Pero ella tiene la razón. Como una silla mecedora, ¡no me lleva a ningún lugar! Y cuando yo dejo de preocuparme, observo que desperdicié tiempo muy valioso y energía mental, pensando en algo que yo no puedo cambiar, cuando debí estar hablando con Dios, pues él es el único que puede cambiar las cosas. En Filipenses 4:6-7 Pablo nos dice cómo podemos encontrar paz para remplazar nuestras preocupaciones. Él nos recuerda que el Señor esta cerca y nos dice: "Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” (NTV)La Biblia, en la Nueva Versión Internacional el versículo 7 dice: “…la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” Me gusta que la promesa de que la paz de Dios transcenderá a mi necesidad de entender. Algunas veces, ese es mi mayor problema; no estaría tan preocupada por lo que Dios está haciendo, si tan solo él me explicara por qué, para que yo pueda entender mejor. Pero en este versículo Dios no dice que nos dará entendimiento, él dice que nos dará paz en medio de lo que no entendemos. Y eso es lo que yo quiero. Yo quiero que la cercanía de Dios sea mi bien y que confiar en su soberanía sea mi meta. Según la Palabra, lo único que tengo que hacer es: 1. Dejar de preocuparme: Colocar el botón de pausa en las preocupaciones que me consumen. 2. Comenzar a orar: Abrir mi boca y decirle a Dios lo que necesito. 3. Comenzar a agradecerle a Dios: Recordarle a mi corazón la fidelidad de Dios al agradecerle por lo que ha hecho. ¡Eso sí es posible! Pero, ¿por qué es tan difícil hacerlo? ¿Por qué por naturaleza hacemos lo contrario? Yo creo que es porque escuchamos el susurro del enemigo: “No estés calmado por nada, al contrario preocúpate por todo. Dile a Dios lo que él debería hacer y toma el control si él no te escucha.” Antes de percatarnos, esas inquietudes nos están consumiendo y nuestras preocupaciones están robándonos de la paz prometida por Dios. Pero no tenemos que vivir de esa forma. Dios prometió darnos todo lo que necesitáramos, guardarnos en perfecta paz si ponemos nuestra confianza en él y no en nuestras preocupaciones. Así que hoy, cuando nuestras inquietudes nos consuman, escojamos dejarlas y vaciar nuestros corazones de preocupaciones. Hablemos a Dios acerca de lo que necesitamos y démosle gracias por su fidelidad y su provisión. Es maravilloso cómo la paz entra a nuestra vida cuando dejamos de preocuparnos y comenzamos a orar, y a darle gracias a Dios por lo que ha hecho y lo que hará. Mi oración para hoy: Señor, gracias por la promesa de tu paz que viene cuando yo pongo mi confianza en ti. Cuando las inquietudes o las preocupaciones traten de consumir mis pensamientos, ayúdame a recordar el dejar de preocuparme, y comenzar a orar y dar gracias para que mi corazón recuerde cuán fiel y capaz eres de cuidar de mí. En el nombre de Jesús, Amén. miércoles, el 17 de junio Aplicación: Haz una lista de tus preocupaciones y háblale a Dios de ellas. Después, haz una lista de cualquiera cosa que se te ocurra que Dios ha hecho para proveer para tus necesidades o las necesidades de otros. Dale gracias a Dios por eso. Pídele a Dios que te dé una paz que trascienda tu necesidad de entender al tiempo que te comprometes a confiar en él en lugar de en tus preocupaciones. Recursos sugeridos: ¿Conoces a Jesús? Màs recursos jueves, el 17 de junio Puntos para reflexionar: ¿Cuánto tiempo gasto preocupándome? ¿Cuánto tiempo paso en oración o leyendo mi Biblia para que Dios me pueda hablar y calmar mis problemas? ¿Será que mi deseo de comprender y corregir las cosas me pone ansiosa? Versículos para recordar: Mateo 6:27, "¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?” (NVI) [Juan 14:1, "Poco después, Jesús les dijo a sus discípulos: --No se preocupen. Confíen en Dios y confíen también en mí.—” (BLS) © 2009 by Renee Swope. All rights reserved. Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional. Laura A. Colón González, editora Judith Hernández: http://www.judithhernandez.blogspot.com Ana Stine Wendy Bello Ángela Vásquez Lupe Coka

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