lunes, 12 de abril de 2010
de Lysa TerKeurst
Presidente de Proverbios 31,
Ministerios para la mujer
Versículo clave:
Isaías 6:8, “Entonces oí la voz del Señor que decía: ‘¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?’ Y respondí: ‘Aquí estoy. ¡Envíame a mí! ’ " (NIV)
Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo
martes, el 13 de abril
Lectura:
Tuvimos el privilegio de arropar cinco bendiciones de Dios dentro de sus camas anoche. Cuando Dios nos dio la iniciativa a mi esposo y a mí para adoptar a nuestros dos hijos de Liberia, muchas preguntas de antemano se aglomeraron en nuestras cabezas. Lloramos ante Dios desesperados por su guía y sabiduría. Hablamos con nuestros padres (quienes pensaron que nos estábamos volviendo un poco locos), y amigos. Consideramos cada aspecto y luchamos con cada dirección profunda en nuestro espíritu. Sin embargo, a mí todo este asunto me resultaba más interesante que como lo veía mi esposo. Las preguntas de Art se centraban en el “¿cómo?”. Mis preguntas se relacionaban más con “¿por qué?”.
Art pensaba en cómo podríamos acrecentar nuestras finanzas a la talla de nuestra nueva familia. ¿Cómo podríamos encontrar tiempo para levantar a dos chicos más? ¿Cómo podríamos educar muchachos hombres (ya que en nuestra casa pensábamos en rosado)?, y ¿cómo podríamos adecuar cuartos para ellos?
A través del proceso mis preguntas más profundas fueron siempre: ¿Por qué a nosotros? A duras penas conocía lo que debía hacer como madre de tres hijos, y no estaba tan segura de conocer ¡qué haría una madre con cinco hijos! Yo pensaba: “Dios, ¿no deberías escoger a alguien que se viera como una mujer madura, con sus zapatos bien puestos y que pudiera sostener a estos chicos siempre con una amable sonrisa?
Un día llamé a mi querida amiga Sheila y le hice esta pregunta: “¿Por qué nosotros?”
Dejé a un lado mi corazón y le dí a conocer todas mis dudas y preguntas. Ella
pacientemente me escuchó, luego quieta y como murmurando una oración
contestó: “Porque Dios sabia que ibas a decir ‘sí’, Lysa.”
Quedé aturdida con su respuesta. Aquel fue el cumplido más maravilloso que jamás he recibido. Mi corazón se llenó de gozo y de repente, mi mente comenzó a llenarse de recuerdos, de los años de entrenamiento espiritual en los que Dios
me tomó y me colocó en el lugar preciso de una mujer quien dijo “sí” a Dios.
Dios nos dio muchas confirmaciones para adoptar a Mark y a Jackson, pero
ahora cuando miro atrás, me veo sentada en el banco de aquella iglesia, el día
que el coro de los chicos de Liberia cantó, cuando la extraordinaria invitación de
Dios cambió mi ordinaria vida. Podría haber sido más fácil, solo salir de la iglesia e ignorar el llamado de Dios.
Nuestros ojos se llenaron de lágrimas cuando Jackson y Mark dijeron sus oraciones antes de ir la cama la primera noche que pasaron en su casa nueva. Ellos le dijeron gracias a Dios por haber escuchado sus ruegos de muchos años y haberlos ayudado encontrar su camino a casa. Hemos tenido muchas experiencias impresionantes abrazados a Dios y cómo él nos llevó a adoptar a estos dos niños; por el camino que Él nos encaminó a hacerlo, es una de ellas.
Parecíamos una pintura de almas huérfanas. Y sabes, esto lo éramos hasta que hace miles de años el llanto de un recién nacido fue proclamado como nuestro Rey, Salvador, Señor de Señores, nuestro Príncipe de Paz, Jesucristo nació. Entonces él vivió, nos amó y se sometió a la muerte en una cruz.
Él dijo “sí” al más grande desafío de todos los tiempos. Él fue obediente y tres días más tarde Dios cumplió su promesa hecha en las Escrituras y lo resucitó de entre los muertos. Y esto pasó a ser el camino para que nuestros corazones pudieran escuchar esas siete simples palabras que cambian vidas: “Tú eres mi hijo, bienvenido a casa.” Esto es lo que Dios les dice a todos quienes confían en Él y aceptan a Cristo como Señor de sus vidas.
Mi oración para hoy:
Dulce Jesús, así como tu dijiste “sí” a la cruz por mí, para darme un hogar donde viviría contigo, permíteme tener un corazón que diga “sí” a ti y las oportunidades que pongas delante de mi. En el nombre de Jesús, Amén.
miércoles, el 14 de abril
Recursos Relacionados:
¿Conoces a Jesús?
Pasos para la aplicación:
Lee Salmo 37:5. ¿Está Dios llamándote a algo grande, realmente grande? ¿Es algo tan grande que no lo puedes llevar a cabo por tu propio esfuerzo? Escribe qué está conmoviendo tu corazón.
Es tiempo de comprometerte con cualquier cosa que Dios está poniendo en tu corazón para Él. Coloca todas tus cargas, ansiedades, dudas y miedos sobre él, y deja que sea él quien se encargue de los detalles. Él es tu Padre y puede ayudarte en todo. Escribe una oración en la que dejas todas tus cargas en sus manos y pídele ayuda para hacerlo.
Lee Jeremías 6:16 y Marcos 10:21-22.
Cuando Dios nos llama, no todos decimos “sí.” Estos dos pasajes nos darán una idea de quiénes fueron los que decidieron no lanzarse en esta gran aventura con Dios.
jueves, el 15 de abril
Puntos para reflexionar:
Déjame animarte y decirte que tu viaje espiritual no terminará en el minuto cuando te haces cristiana, ¡este es solo el comienzo! Ser un seguidor de Cristo es un proceso continuo de aprender, crecer, estirar y confiar. Cada día podemos mirar y escuchar la invitación de Dios para disfrutarlo a él y su maravilloso trabajo. ¡Debes estar preparada para decir “sí” en cualquier momento!
viernes, el 16 de abril
Versículos que te darán fuerza: Lucas 22:42, Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya." (NVI)
2 Corintios 1:20, " Todas las promesas que ha hecho Dios son "sí" en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos ‘amén’ para la gloria de Dios." (NVI)
© 2010 de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Judith Hernández
Ana Stine
Natasha Curtis
Presidente de Proverbios 31,
Ministerios para la mujer
Versículo clave:
Isaías 6:8, “Entonces oí la voz del Señor que decía: ‘¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?’ Y respondí: ‘Aquí estoy. ¡Envíame a mí! ’ " (NIV)
Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo
martes, el 13 de abril
Lectura:
Tuvimos el privilegio de arropar cinco bendiciones de Dios dentro de sus camas anoche. Cuando Dios nos dio la iniciativa a mi esposo y a mí para adoptar a nuestros dos hijos de Liberia, muchas preguntas de antemano se aglomeraron en nuestras cabezas. Lloramos ante Dios desesperados por su guía y sabiduría. Hablamos con nuestros padres (quienes pensaron que nos estábamos volviendo un poco locos), y amigos. Consideramos cada aspecto y luchamos con cada dirección profunda en nuestro espíritu. Sin embargo, a mí todo este asunto me resultaba más interesante que como lo veía mi esposo. Las preguntas de Art se centraban en el “¿cómo?”. Mis preguntas se relacionaban más con “¿por qué?”.
Art pensaba en cómo podríamos acrecentar nuestras finanzas a la talla de nuestra nueva familia. ¿Cómo podríamos encontrar tiempo para levantar a dos chicos más? ¿Cómo podríamos educar muchachos hombres (ya que en nuestra casa pensábamos en rosado)?, y ¿cómo podríamos adecuar cuartos para ellos?
A través del proceso mis preguntas más profundas fueron siempre: ¿Por qué a nosotros? A duras penas conocía lo que debía hacer como madre de tres hijos, y no estaba tan segura de conocer ¡qué haría una madre con cinco hijos! Yo pensaba: “Dios, ¿no deberías escoger a alguien que se viera como una mujer madura, con sus zapatos bien puestos y que pudiera sostener a estos chicos siempre con una amable sonrisa?
Un día llamé a mi querida amiga Sheila y le hice esta pregunta: “¿Por qué nosotros?”
Dejé a un lado mi corazón y le dí a conocer todas mis dudas y preguntas. Ella
pacientemente me escuchó, luego quieta y como murmurando una oración
contestó: “Porque Dios sabia que ibas a decir ‘sí’, Lysa.”
Quedé aturdida con su respuesta. Aquel fue el cumplido más maravilloso que jamás he recibido. Mi corazón se llenó de gozo y de repente, mi mente comenzó a llenarse de recuerdos, de los años de entrenamiento espiritual en los que Dios
me tomó y me colocó en el lugar preciso de una mujer quien dijo “sí” a Dios.
Dios nos dio muchas confirmaciones para adoptar a Mark y a Jackson, pero
ahora cuando miro atrás, me veo sentada en el banco de aquella iglesia, el día
que el coro de los chicos de Liberia cantó, cuando la extraordinaria invitación de
Dios cambió mi ordinaria vida. Podría haber sido más fácil, solo salir de la iglesia e ignorar el llamado de Dios.
Nuestros ojos se llenaron de lágrimas cuando Jackson y Mark dijeron sus oraciones antes de ir la cama la primera noche que pasaron en su casa nueva. Ellos le dijeron gracias a Dios por haber escuchado sus ruegos de muchos años y haberlos ayudado encontrar su camino a casa. Hemos tenido muchas experiencias impresionantes abrazados a Dios y cómo él nos llevó a adoptar a estos dos niños; por el camino que Él nos encaminó a hacerlo, es una de ellas.
Parecíamos una pintura de almas huérfanas. Y sabes, esto lo éramos hasta que hace miles de años el llanto de un recién nacido fue proclamado como nuestro Rey, Salvador, Señor de Señores, nuestro Príncipe de Paz, Jesucristo nació. Entonces él vivió, nos amó y se sometió a la muerte en una cruz.
Él dijo “sí” al más grande desafío de todos los tiempos. Él fue obediente y tres días más tarde Dios cumplió su promesa hecha en las Escrituras y lo resucitó de entre los muertos. Y esto pasó a ser el camino para que nuestros corazones pudieran escuchar esas siete simples palabras que cambian vidas: “Tú eres mi hijo, bienvenido a casa.” Esto es lo que Dios les dice a todos quienes confían en Él y aceptan a Cristo como Señor de sus vidas.
Mi oración para hoy:
Dulce Jesús, así como tu dijiste “sí” a la cruz por mí, para darme un hogar donde viviría contigo, permíteme tener un corazón que diga “sí” a ti y las oportunidades que pongas delante de mi. En el nombre de Jesús, Amén.
miércoles, el 14 de abril
Recursos Relacionados:
¿Conoces a Jesús?
Pasos para la aplicación:
Lee Salmo 37:5. ¿Está Dios llamándote a algo grande, realmente grande? ¿Es algo tan grande que no lo puedes llevar a cabo por tu propio esfuerzo? Escribe qué está conmoviendo tu corazón.
Es tiempo de comprometerte con cualquier cosa que Dios está poniendo en tu corazón para Él. Coloca todas tus cargas, ansiedades, dudas y miedos sobre él, y deja que sea él quien se encargue de los detalles. Él es tu Padre y puede ayudarte en todo. Escribe una oración en la que dejas todas tus cargas en sus manos y pídele ayuda para hacerlo.
Lee Jeremías 6:16 y Marcos 10:21-22.
Cuando Dios nos llama, no todos decimos “sí.” Estos dos pasajes nos darán una idea de quiénes fueron los que decidieron no lanzarse en esta gran aventura con Dios.
jueves, el 15 de abril
Puntos para reflexionar:
Déjame animarte y decirte que tu viaje espiritual no terminará en el minuto cuando te haces cristiana, ¡este es solo el comienzo! Ser un seguidor de Cristo es un proceso continuo de aprender, crecer, estirar y confiar. Cada día podemos mirar y escuchar la invitación de Dios para disfrutarlo a él y su maravilloso trabajo. ¡Debes estar preparada para decir “sí” en cualquier momento!
viernes, el 16 de abril
Versículos que te darán fuerza: Lucas 22:42, Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya." (NVI)
2 Corintios 1:20, " Todas las promesas que ha hecho Dios son "sí" en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos ‘amén’ para la gloria de Dios." (NVI)
© 2010 de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
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