miércoles, 9 de noviembre de 2011

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 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable." 1 Pedro 2:9 (NVI)
Lectura:

Estaba parada en frente del espejo del baño alistándome para un gran evento, mientras le rogaba a Dios que me diera confianza o que enviara a Jesús otra vez a la tierra antes de que fuera mi momento de hablar. Había estado luchando con dudas de mí misma esa semana, al punto de paralizarme, y me hacía cuestionarlo todo.
Aunque me sentí honrada un par de meses atrás cuando la líder del evento me llamó, ahora me cuestionaba: “¿Por qué acepté esta invitación?” Y mi diálogo interno era implacable… “¿Qué tal si se me olvida lo que voy a decir? ¿Qué tal  si mis puntos no son tan poderosos? ¿Y si ellas no entienden mis relatos o mi humor no les da risa? ¿Qué tal  si…?”
Cuando me viré para colocar algo en la maleta que estaba detrás de mí, vi una gran sombra de cinco pies y dos pulgadas de altura.
De pronto me di cuenta de que mis incertidumbres habían creado también una sombra gigante, una sombra de dudas. Estaban distorsionando mis pensamientos y dándole mayor poder a mis emociones.
Estando allí parada, ante esa sombra inmensa, sentí a Dios susurrar a mi corazón: “Renee tú solo puedes ver esa sombra porque te has alejado de la luz. Regresa hacia la luz”.
Lentamente regresé a la luz sobre el espejo, y me di cuenta de que ya no estaba en la sombra. Y también me di cuenta de que yo había creado la sombra  interponiéndome entre la luz.
Las sombras se crean alrededor de nosotros cuando algo bloquea la luz. De la misma manera pasa con la sombra de dudas. Cuando nos enfocamos en nosotras mismas y en cuán inadecuados nos sentimos, o en lo que otros piensan de nosotras, proyectamos una sombra de duda en nuestras mentes y nos interponemos a la luz de la verdad de la palabra de Dios en nuestros corazones
Pero, no hemos sido diseñadas para bloquear la luz ni para ser la luz.
Fuimos creadas para vivir en la luz, enfocándonos en lo que Dios piensa de nosotras. Me gusta cómo nos describe Juan el Bautista: “…como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran. Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz  (Juan 1: 7-8, NVI). Cuando seguimos a Cristo de cerca en nuestros pensamientos, tenemos nuestra confianza en Él.
Al pasar el enfoque de nuestros sentimientos de insuficiencia a su promesa de  suficiencia total, podemos intercambiar nuestra falta de confianza en nosotras mismas por una confianza en Dios eterna. Y cuando hacemos eso, nuestras vidas, se convierten en testigos que testifican del que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9, NVI).
¿Estás lista para hacerte más dependiente de Jesús, una mujer confiada en Dios, cuya seguridad se encuentra solamente en Él? Si es así, cuando te encuentres parada en la sombra de tu propia duda, en lugar de desear más confianza en ti misma, ¡ora por la eterna confianza de Dios! Luego regresa hacia la Luz para que tu corazón se pueda enfocar y pueda vivir en la seguridad de sus promesas.
• Cuando te sientas insuficiente, recuerda, Dios dice: Tú eres ESCOGIDA.
Ustedes son mis testigos —afirma el Señor—, son mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mí, y entiendan que yo soy.”  (Isaías 43:10a, NVI).
• Cuando te sientas incapaz o inestable, Dios dice: Tú si PUEDES.
"El Señor omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas." (Habacuc 3:19, NVI)
• Cuando te sientas que no vales, recuerda que Dios dice: Eres AMADA.
"Porque te amo y eres ante mis ojos precios[a] y dign[a] de honra.” (Isaías 43:4b, NVI)
Señor tu palabra dice que soy mujer escogida, real sacerdocio, una hija santa, una mujer que te pertenece. Ayúdame a recordar que Tú me has llamado a salir de mi sombra de dudas para decirles a otros acerca de la luz y la esperanza que he encontrado en Ti. En el nombre de Jesús. Amén.
Pasos para la aplicación:
¿Cuáles son tus pensamientos más comunes de duda de ti misma y cómo te hacen sentir? (Insuficiente, indecisa, incierta, inconstante…)

Recursos relacionados:
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Puntos para reflexionar:
"Cuando ponemos nuestra atención en nosotras, quitamos nuestra atención de Dios. No dejamos espacio en nuestros pensamientos para escuchar lo que Dios dice de nosotras, porque hemos dado ese lugar para que lo ocupe la opinión de otras personas”, del libro “A Confident Heart” [Un corazón Confiado] 

Versículos que te darán fuerza:
Lucas 24:38, " —¿Por qué se asustan tanto? —les preguntó—. ¿Por qué les vienen dudas?” (NVI)
Romanos 8:6, "La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz." (NVI)

© 2011  de Renee Swope. Todos los derechos están reservados.  
Proverbios 31 Ministerios para la mujer                                                                                616-G, Matthews-Mint Hill Road                                                                                       Matthews, NC 28105                                                                                                 www.proverbs31.org

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora 
Natasha Curtis
Veronica Young

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