lunes, 5 de marzo de 2012
Wendy
Pope
Miembro del Equipo
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer
“Después de orar al Dios del cielo…” Nehemías 2:4b (NTV)
Lectura:
Yo he sobrevivido muchísimos retos en la vida. ¡A veces siento como que me persiguen! Y me pregunto si tendré la energía suficiente para enfrentar el próximo desafío. Cada reto me deja exhausta, pues consume mis fuerzas, la alegría de vivir, la fe y la esperanza.
Durante tiempos de dificultad, mis amigas me animan a que busque aliento y dirección en las Escrituras. Ellas también oran por mí y me recuerdan que la oración tiene poder. Pero muchas veces, agobiada por el peso de mis circunstancias, siento que no me quedan fuerzas para orar.
Es entonces que me acuerdo de un hombre en la Biblia que enfrentó retos muy difíciles, retos que hubieran podido robarle todas las fuerzas. Este hombre se encontró con obstáculo tras obstáculo. Sin embargo, nunca estuvo lo suficientemente cansado como para dejar de orar.
Nehemías lloró por la condición en que los cautivos encontraron a Jerusalén cuando regresaron de Babilonia. Él se propuso ayudar a su pueblo a reconstruir los muros de la ciudad, y contaba con el favor del rey y con la presencia de Dios. ¡Quién hubiera imaginado los retos que este santo varón tuvo que enfrentar! Los funcionarios públicos se burlaban de él y trataban de desanimarlo y de bloquear el progreso de la reconstrucción.
Pero él respondió a cada insulto, a cada obstáculo, de la misma manera: con oración.
Tanto para Nehemías como para el resto del pueblo israelita, la oración fue la receta perfecta que los revivió, restauró sus fuerzas y los animó a continuar reedificando. Por medio del poder de la oración, ellos vencieron a sus enemigos y lograron terminar de reconstruir los muros de Jerusalén.
¡Qué lección tan importante para todo aquel que, agobiado por sus problemas, se siente demasiado cansado para orar!
¿Y qué de ti, amada hermana? ¿Has enfrentado situaciones en las que el cansancio te desmoraliza y sientes como que ya no tienes fuerzas para elevar tu plegaria al Señor? Te animo a que sigas el ejemplo de Nehemías y que no dejes de orar. Permite que el poder de la oración renueve tu espíritu y restaure tu mente y tus fuerzas. La oración te infundirá la energía que necesitas para vencer al enemigo y para alcanzar la victoria en tiempos de dificultad.
Amado Dios: Te ruego que me des fuerzas para orar. Creo y confieso que la oración puede ayudarme a enfrentar los retos de hoy y a alcanzar la victoria en el futuro. Ayúdame a imitar el ejemplo de tu siervo Nehemías. Gracias por el poder que recibo cuando busco tu rostro. En el nombre de Jesús, Amén.
Recursos sugeridos:
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Nuestra página principal
Quiénes somos
Refleja y responde:
Copia Nehemías 2:4b en una tarjeta de cartulina y colócala en un lugar visible, que te recuerde que, aún cuando te sientas cansada o agobiada por los retos de la vida, la oración renovará tus fuerzas.
Recuerda que Nehemías consideró la oración como la primera y no la última opción. ¡Imita su ejemplo!
¿Cómo calificarías tu vida de oración? ¿Te sientes satisfecha con el tiempo que le dedicas?
¿Estás pasando por alguna dificultad? ¿Crees realmente que la oración puede cambiar tu situación? Pregúntate por qué lo crees o por qué no.
Versículos que te darán fuerza:
Daniel 9:19: “¡Señor, escúchanos! ¡Señor, perdónanos! ¡Señor, atiéndenos y actúa! Dios mío, haz honor a tu nombre y no tardes más; ¡tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo!” (NVI)
Habacuc 1:5: “¡Miren a las naciones! ¡Contémplenlas y quédense asombrados! Estoy por hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creerán aunque alguien se las explique.” (NVI)
Efesios 3:20: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros.” (NVI)
Romanos 8:26-27, “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.” (NVI)
© 2012 de Wendy Pope. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda editando este devocional.
Wendy Bello, editora
Judith Hernandez
Ana Stine
Natash Curtis
Waleska Nickerson
Veronica Young
Miembro del Equipo
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer
“Después de orar al Dios del cielo…” Nehemías 2:4b (NTV)
Lectura:
Yo he sobrevivido muchísimos retos en la vida. ¡A veces siento como que me persiguen! Y me pregunto si tendré la energía suficiente para enfrentar el próximo desafío. Cada reto me deja exhausta, pues consume mis fuerzas, la alegría de vivir, la fe y la esperanza.
Durante tiempos de dificultad, mis amigas me animan a que busque aliento y dirección en las Escrituras. Ellas también oran por mí y me recuerdan que la oración tiene poder. Pero muchas veces, agobiada por el peso de mis circunstancias, siento que no me quedan fuerzas para orar.
Es entonces que me acuerdo de un hombre en la Biblia que enfrentó retos muy difíciles, retos que hubieran podido robarle todas las fuerzas. Este hombre se encontró con obstáculo tras obstáculo. Sin embargo, nunca estuvo lo suficientemente cansado como para dejar de orar.
Nehemías lloró por la condición en que los cautivos encontraron a Jerusalén cuando regresaron de Babilonia. Él se propuso ayudar a su pueblo a reconstruir los muros de la ciudad, y contaba con el favor del rey y con la presencia de Dios. ¡Quién hubiera imaginado los retos que este santo varón tuvo que enfrentar! Los funcionarios públicos se burlaban de él y trataban de desanimarlo y de bloquear el progreso de la reconstrucción.
Pero él respondió a cada insulto, a cada obstáculo, de la misma manera: con oración.
Tanto para Nehemías como para el resto del pueblo israelita, la oración fue la receta perfecta que los revivió, restauró sus fuerzas y los animó a continuar reedificando. Por medio del poder de la oración, ellos vencieron a sus enemigos y lograron terminar de reconstruir los muros de Jerusalén.
¡Qué lección tan importante para todo aquel que, agobiado por sus problemas, se siente demasiado cansado para orar!
¿Y qué de ti, amada hermana? ¿Has enfrentado situaciones en las que el cansancio te desmoraliza y sientes como que ya no tienes fuerzas para elevar tu plegaria al Señor? Te animo a que sigas el ejemplo de Nehemías y que no dejes de orar. Permite que el poder de la oración renueve tu espíritu y restaure tu mente y tus fuerzas. La oración te infundirá la energía que necesitas para vencer al enemigo y para alcanzar la victoria en tiempos de dificultad.
Amado Dios: Te ruego que me des fuerzas para orar. Creo y confieso que la oración puede ayudarme a enfrentar los retos de hoy y a alcanzar la victoria en el futuro. Ayúdame a imitar el ejemplo de tu siervo Nehemías. Gracias por el poder que recibo cuando busco tu rostro. En el nombre de Jesús, Amén.
Recursos sugeridos:
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
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Copia Nehemías 2:4b en una tarjeta de cartulina y colócala en un lugar visible, que te recuerde que, aún cuando te sientas cansada o agobiada por los retos de la vida, la oración renovará tus fuerzas.
Recuerda que Nehemías consideró la oración como la primera y no la última opción. ¡Imita su ejemplo!
¿Cómo calificarías tu vida de oración? ¿Te sientes satisfecha con el tiempo que le dedicas?
¿Estás pasando por alguna dificultad? ¿Crees realmente que la oración puede cambiar tu situación? Pregúntate por qué lo crees o por qué no.
Versículos que te darán fuerza:
Daniel 9:19: “¡Señor, escúchanos! ¡Señor, perdónanos! ¡Señor, atiéndenos y actúa! Dios mío, haz honor a tu nombre y no tardes más; ¡tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo!” (NVI)
Habacuc 1:5: “¡Miren a las naciones! ¡Contémplenlas y quédense asombrados! Estoy por hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creerán aunque alguien se las explique.” (NVI)
Efesios 3:20: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros.” (NVI)
Romanos 8:26-27, “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.” (NVI)
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