lunes, 14 de julio de 2008
por Van Walton Directora del Ministerio Hispano de Proverbios 31Ministerios para la Mujer Versículo Clave: Isaías 1:18: “Vengan, pongamos las cosas en claro dice el Señor. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!” (NVI) Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo. martes, julio 15 Devocional para hoy: Nunca olvidaré el día que limpié y restregué mi nueva alfombra, sin ningún éxito. La culpable era una mancha roja azucarada. Me senté a descansar por un rato, totalmente agotada. ¡Tenía que haber alguna forma de quitarle esta mancha a mi alfombra! Pero nunca logré hacerlo. El teléfono sonó. Era mi suegra. Una mujer sabia y con la experiencia de haber criado a cuatro hijos, me aseguró entre risas, que las manchas eran parte de la vida. Ella me dijo que llegó un momento en que ya no notaba las manchas en su casa. Me sorprendió su respuesta. ¡Mi suegra, el ama de casa ideal! Me sorprendió saber que ella aceptó las manchas intencionales y las accidentales que sus hijos dejaron en su hogar. Sin embargo, sus palabras consoladoras no lograron su efecto. Yo todavía deseaba quitarle la mancha a mi alfombra. Años después, mientras estaba en un estudio bíblico, aprendiendo sobre Isaías 1:18, discutimos los temas del pecado, las manchas, y el contraste entre escarlata y nieve, rojo y lana. Una de las señoras en el estudio compartió los pasos necesarios para sacar las manchas. Allí aprendí que el remover las manchas y remover el pecado son procesos bastante similares. Aprendí que cuando algo se mancha, hay que absorber lo que la ocasiona inmediatamente con una toalla de papel. Luego, hay que poner una toalla blanca sobre la mancha y planchar el área con una plancha bien caliente, para extraer el color del material que fue manchado. Dios dice que Él transforma nuestros pecados escarlata en blanca nieve y nuestras transgresiones rojas en blanca lana. ¿Cómo lo logra? Primero, extrae las manchas de la persona, ocasionadas por malos actos, malos pensamientos, malas decisiones, rebeldía. A veces nosotras tratamos de quitarnos las “manchas” por medio de nuestros propios esfuerzos. Pero la mayoría del residuo permanece. Pero igual que la mancha en mi alfombra, yo necesito que todo el residuo del pecado de mi pasado sea removido, hasta que ya no se note, para que yo pueda seguir adelante, glorificando a mi Dios. No deseo simplemente verme limpia. ¡Deseo ser totalmente limpia! El método que Dios utiliza para “remover” nuestras “manchas” conlleva varios pasos: Primero, Él nos convence de pecado. El resultado de mi pecado es obvio. Yo lo sé; Él puede verlo. En Juan 16:8, Jesús dijo, refiriéndose al Espíritu Santo: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio.” (NVI) La convicción de mi pecado es algo bueno. Significa que a Dios le importó lo suficiente como para hacerme conciente de mi pecado. Por otro lado, esto significa que mi corazón no se ha endurecido lo suficiente como para que me sienta bien con mi pecado. I Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.” (NVI) En el segundo paso, se inicia la limpieza. Dios remueve mi pecado. Salmos 103:12 dice: “Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como lejos del oriente está el occidente.” (NVI) Luego, El aplica calor, como la plancha. “Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: ‘Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.’ " (NVI) Dios compara este proceso con el fuego refinador. El platero aumenta la temperatura para poder extraer las impurezas del fino metal con que trabaja. Así hace Dios con nuestro pecado. Isaías 1:25 describe este proceso: “Volveré mi mano contra ti, limpiaré tus escorias con lejía y quitaré todas tus impurezas.” (NVI) En el último paso, Dios asegura a sus hijos que, aún cuando hayamos hecho cosas malas, vivido vidas inmorales, o le hayamos desobedecido, “...Pero (ustedes) ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.” (1 Corintios 6:11, NVI) Recuerda que la plancha no se aplica directamente sobre la prenda. Debe colocarse una toalla blanca sobre la mancha, donde se aplicará el calor. Jesús tomó nuestro lugar al ser lastimado, burlado y crucificado. “Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.” (1 Pedro 2:24, NVI) Me daba vergüenza, cada vez que recibía visitas, que ellos vieran la mancha en mi alfombra. Pero mi suegra me animó a que me olvidara de eso. De igual manera, cuando me avergüenzo de ciertos aspectos de mi vida, anhelo ser limpia y libre de culpa. ¡Qué bueno es saber que Dios se ha olvidado de mi pecado! Necesito aceptar su perdón y enfocarme en el futuro. No debo dejar que mi pasado defina quien soy yo. Después de todo, Dios me llamó a que pusiéramos las cosas en claro. Confiaré en que sus poderosas palabras serán más fuertes que mis inseguridades. Mi oración para hoy: Te adoro, Señor, por tu misericordia. Tú me has mostrado mi pecado. Me doy cuenta de que he sido rebelde, desobediente y descuidada. Por favor perdóname y ayúdame a cambiar. No logro comprender la magnitud de tu amor y de tu bondad al perdonarme y limpiarme. Gracias por remover mis pecados, mis transgresiones, mi dolor. Gracias por olvidarte de ellos. En el Nombre de Jesús, Amén. miércoles, julio 16 Aplicación: Lee el Capítulo 1 de Isaías. ¿Qué pecados en tu pasado te hacen recaer? Pídele al Señor que te limpie de una vez por todas de ese pecado, para que puedas olvidarte de él y poder seguir adelante y dedicarte a buscar la voluntad de Dios para con tu vida. jueves, julio 17 Puntos para reflexionar: ¿Existe un área de pecado que recurra en mi vida? ¿Por qué? ¿Puedo creer que Dios puede cambiarme de una persona pecadora a una mujer de Dios? ¿Estoy dispuesta a compartir mis dificultades y debilidades con otras personas, para recibir su apoyo y lograr alcanzar el éxito sobre esta área de pecado? ¿Tengo la libertad de celebrar el hecho de que Dios me ha perdonado y se ha olvidado completamente de mis pecados? ¿Puedo yo perdonarme a mí misma y olvidarme de mi pecado? viernes, julio 18 Versículos para Recordar: Salmos 86:5, " Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan." (NVI) Isaías 43:25, " Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados.” (NVI) Efesios 1:4, " Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él.” (NVI) Colosenses 2:13, " Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus pecados. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados.” (NVI) Apocalipsis 1:5, “...Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y por cuya sangre nos ha librado de nuestros pecados.” (NVI)

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