lunes, 27 de julio de 2009
por Karen Ehman Miembro del Equipo de conferencistas de Proverbios 31, Ministerios para la mujer Versículo clave: Génesis 5:23-24, “En total, Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años, y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó.” (NVI) Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo martes, el 28 de julio Devocion: ¿Tienes un personaje favorito de la Biblia? ¿Uno que te inspire, te rete, o uno cuya historia simplemente te guste mucho? Tal vez es Moisés y sus amplias habilidades de liderazgo. ¿Qué dices de Ester, la poderosa reina, quien siendo las dos cosas, hermosa e inteligente, usó su reacción rápida para ayudar a Dios a salvar a toda una nación? Quizá has escogido a José al contemplar cómo alguien que fuera tan maltratado pudo siempre tomar el camino más fácil, el camino que no solo lo llevó a un gran poder político sino también a perdonar a su familia. Todas estas son elecciones maravillosas, pero ninguna de ellas es la mía. A mí me gusta Enoc. Desde que escuché de Enoc cuando era una jovencita, ese hombre me fascinó. No hay mucho escrito acerca de él en las páginas de la escritura, pero lo que aparece sin dudas despierta mi interés. “Caminó Enoc con Dios y desapareció por que Dios se lo llevó”. Vaya. Mi mente joven reflexionaba sobre esa descripción extraña. Al crecer como creyente aprendí un poco más acerca de este misterioso hombre de la Biblia. En Hebreos 11:5-6 podemos captar más de la historia. “Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”. (NVI) ¡Ajá! Enoc fue tomado, sin pasar por el dolor de la muerte, y transportado inmediatamente al lado de Dios, todo por una cosa bien sencilla: él agradaba a Dios. Y digo sencilla, pero no fácil. Es muy sencillo agradar a Dios, basta con hacer lo que dice su palabra. ¿Bastante claro, no? Sin embargo, mis años como seguidora de Cristo me han enseñado que sencillo no siempre es fácil. Las oportunidades se presentan solas. El mundo grita. Nuestra carne se interpone. Queremos venganza o nuestra propia gloria. Nos falta fe y en cambio tratamos de controlar nuestro destino. Y dañamos la parte de “agradar a Dios” con nuestras propias manos. Enoc “caminó con Dios.” ¿No nos gustaría que se dijera eso de nosotros? Tengo que admitir que yo no siempre camino con Dios. Yo defiendo a Dios, creo en cosas correctas y lo doy a conocer. Puedo caminar después de Dios. Y tristemente, algunas veces corro delante de Dios. Hago mis propios planes y después digo: “Ah sí, por cierto, Dios, ¿podrías por favor bendecir estos planes? Los hice en tu nombre. Tal vez olvidé consultarte, pero como sea, son para ti”. ¡Qué vergüenza y qué farsa! Esto no tiene otra alternativa. Caminar con Dios significa que cada día cedemos el derecho de controlar nuestras propias vidas. Colocamos nuestra fe en él, reconocemos que él sabe lo que es mejor para nosotros y entendemos que Dios no siempre nos revelará el cómo ni los porqués hasta el último momento. Recuerda, Dios pocas veces llega temprano, pero nunca llega tarde. Solo el andar por fe día a día agrada a Dios. Ah, querida, ¿anhelas ser alguien que agrade a Dios así? ¿Alguien que le hace sonreír al colocar su plena confianza en él y en su infinita sabiduría cada día? Tal vez entonces podamos ser como mi héroe de la Biblia, el que caminaba tan cerca de nuestro creador que un día, en una de esas largas caminatas, Dios lo miró y dijo: “Sabes, hemos estado caminando juntos por tanto tiempo, que realmente estamos más cerca de mi casa que de la tuya. ¿Por qué no vienes conmigo ahora mismo?” ¡Gloria a Dios! Mi oración para hoy: Amado Dios, estoy lista para aprender a caminar contigo en fe; no delante de ti ni detrás de ti, sino a tu lado. Muéstrame cómo hacerlo, paso a paso. En el nombre de Jesús, Amén. miércoles, el 29 de julio Aplicación: ¿Corro delante de Dios o camino con él? ¿Qué actividades (o inactividades) tengo que cambiar para caminar diariamente con Dios? ¿Qué me impide tener plena fe en Dios y en su voluntad para mi vida? ¿El temor? ¿La desconfianza? ¿Un deseo de tener el control? Recursos sugeridos: ¿Conoces a Jesús? Más recursos jueves, el 29 de julio Puntos para reflexionar: Para más inspiración, haga una búsqueda en Internet para leer acerca de algunos héroes de la fe que aprendieron a vivir al andar diariamente con Dios. Pruebe buscar a George Muller, Dwigth L. Moody, Amy Carmichael or Jim Cymbala. viernes, el 30 de julio Versículos para recordar: Salmo 84:11: “El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha.” (NVI) 2 Corintios 5:7: “Vivimos por fe, no por vista.” (NVI) © 2009 by Karen Ehman. All rights reserved. Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional. Laura A. Colón González, editora Judith Hernández: http://www.judithhernandez.blogspot.com Ana Stine Wendy Bello Ángela Vásquez Lupe Coka

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