lunes, 19 de octubre de 2009
por Tracie Miles
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer
Versículo clave:
“¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.” Gálatas 1:10 (NVI)
Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo
Devoción:
No hay nada en este mundo que nos haga sentir tan solas como el dolor del rechazo. Ya sea que nos sintamos rechazadas por nuestros esposos, por medio de los chismes de una compañera de trabajo, por la traición de una amiga, o por parte de un hijo adolescente que pareciera no querer tener nada que ver con nosotras, el rechazo duele.
Hace unos años, una persona con quien yo creía tener una relación muy cercana me rechazó. El dolor de su rechazo me afectó tanto que no podía ni siquiera pensar con claridad. Constantemente me preguntaba, “¿Qué fue lo que hice para que ella me tratara así? ¿Cómo pudo tratarme así cuando yo pensaba que ella era mi amiga?”
Poco a poco, estas preguntas empezaron a convertirse en pensamientos vengativos. Mi naturaleza humana deseaba lastimar a la persona que me había lastimado a mí. Pero Dios tenía un plan distinto en mente: Él deseaba que yo demostrara compasión y que incluso orara por ella. Él deseaba que yo la perdonara.
Tristemente, no quise escuchar la voz de Dios. En lugar, decidí albergar odio y resentimiento en mi corazón. Forcé a mis amigas y familia a escuchar como “esa mujer” me había lastimado. Lloré y lloré y lloré, hasta que al fin me di cuenta de que mis lágrimas no ahogarían mi dolor.
A pesar de mi desobediencia, el Señor continuó hablando a mi corazón, recordándome que Él me amaba y que deseaba sanarme, que yo no estaba sola, y que a Sus ojos yo era alguien especial.
Durante las siguientes semanas, el tema del rechazo empezó a aparecerme por todos lados – cuando leía mi Biblia, durante mi estudio bíblico en la iglesia, en los devocionales semanales que recibo por correo electrónico, y ¡hasta en el sermón que mi pastor predicó en la iglesia!
Finalmente me di cuenta de que nada de esto era pura coincidencia y decidí rendirme a un Dios que cuida tanto de mí, que se aseguró de que yo escuchara Su mensaje.
Con Su ayuda, rendí mi orgullo y permití que Su amor y Su gracia llenaran mi alma. Él me recordó cuanto me amaba, a pesar de mis errores e inseguridades. Como resultado, pude quitar mi enfoque de la persona que me había ofendido y ponerlo en la persona que siempre me acepta: Jesús.
¡Qué alivio es saber que no tenemos que hacer nada para ganar la aprobación de nuestro Dios! Y aunque no siempre apruebe de nuestras decisiones, Él siempre nos recibe con los brazos abiertos.
Mi oración para hoy:
Amado Señor: Te ruego que me des fuerzas y sabiduría para enfrentar situaciones en las cuales me siento rechazada. Lléname con tu amor para poder amar a otros, aún cuando yo sienta como que estas personas no me aman de vuelta. Ayúdame a recordar que Tú eres la única persona de la cual necesito recibir aprobación. Gracias por amarme sin condiciones. En el Nombre de Jesús. Amén.
martes, el 20 de octubre
Aplicación:
Pídele al Señor que te ayude con Su gracia divina para perdonar a la persona(s) que te ofendió.
Recuerda que lo único que importa es quien eres tú a los ojos de Dios.
miércoles, el 21 de octubre
Recursos sugeridos:
Quienes somos
Más recursos
jueves, el 23 de octubre
Puntos para Reflexionar:
¿Permites que la opinión de una persona en particular afecte tu imagen de ti misma?
¿Por qué?
viernes, el 23 de octubre
Versículos para recordar:
1 Reyes 8:50, “Perdona a tu pueblo, que ha pecado contra ti; perdona todas las ofensas que te haya infligido...” (NVI)
Lucas 11:4, “Perdona nuestros pecados, como también nosotros perdonamos a todos los que nos hacen mal.” (BLS)
1 Tesalonicenses 2:4, “Al contrario, hablamos como hombres a quienes Dios aprobó y les confió el evangelio: no tratamos de agradar a la gente sino a Dios, que examina nuestro corazón.” (NVI)
© 2009 by Tracie Miles. All rights reserved.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional:
Wendy Bello, editora
Laura A. Colón González
Judith Hernandez:judithhernandez.blogspot.com
Ana Stine
Lupe Coka
Ángela Vásquez
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer
Versículo clave:
“¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.” Gálatas 1:10 (NVI)
Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo
Devoción:
No hay nada en este mundo que nos haga sentir tan solas como el dolor del rechazo. Ya sea que nos sintamos rechazadas por nuestros esposos, por medio de los chismes de una compañera de trabajo, por la traición de una amiga, o por parte de un hijo adolescente que pareciera no querer tener nada que ver con nosotras, el rechazo duele.
Hace unos años, una persona con quien yo creía tener una relación muy cercana me rechazó. El dolor de su rechazo me afectó tanto que no podía ni siquiera pensar con claridad. Constantemente me preguntaba, “¿Qué fue lo que hice para que ella me tratara así? ¿Cómo pudo tratarme así cuando yo pensaba que ella era mi amiga?”
Poco a poco, estas preguntas empezaron a convertirse en pensamientos vengativos. Mi naturaleza humana deseaba lastimar a la persona que me había lastimado a mí. Pero Dios tenía un plan distinto en mente: Él deseaba que yo demostrara compasión y que incluso orara por ella. Él deseaba que yo la perdonara.
Tristemente, no quise escuchar la voz de Dios. En lugar, decidí albergar odio y resentimiento en mi corazón. Forcé a mis amigas y familia a escuchar como “esa mujer” me había lastimado. Lloré y lloré y lloré, hasta que al fin me di cuenta de que mis lágrimas no ahogarían mi dolor.
A pesar de mi desobediencia, el Señor continuó hablando a mi corazón, recordándome que Él me amaba y que deseaba sanarme, que yo no estaba sola, y que a Sus ojos yo era alguien especial.
Durante las siguientes semanas, el tema del rechazo empezó a aparecerme por todos lados – cuando leía mi Biblia, durante mi estudio bíblico en la iglesia, en los devocionales semanales que recibo por correo electrónico, y ¡hasta en el sermón que mi pastor predicó en la iglesia!
Finalmente me di cuenta de que nada de esto era pura coincidencia y decidí rendirme a un Dios que cuida tanto de mí, que se aseguró de que yo escuchara Su mensaje.
Con Su ayuda, rendí mi orgullo y permití que Su amor y Su gracia llenaran mi alma. Él me recordó cuanto me amaba, a pesar de mis errores e inseguridades. Como resultado, pude quitar mi enfoque de la persona que me había ofendido y ponerlo en la persona que siempre me acepta: Jesús.
¡Qué alivio es saber que no tenemos que hacer nada para ganar la aprobación de nuestro Dios! Y aunque no siempre apruebe de nuestras decisiones, Él siempre nos recibe con los brazos abiertos.
Mi oración para hoy:
Amado Señor: Te ruego que me des fuerzas y sabiduría para enfrentar situaciones en las cuales me siento rechazada. Lléname con tu amor para poder amar a otros, aún cuando yo sienta como que estas personas no me aman de vuelta. Ayúdame a recordar que Tú eres la única persona de la cual necesito recibir aprobación. Gracias por amarme sin condiciones. En el Nombre de Jesús. Amén.
martes, el 20 de octubre
Aplicación:
Pídele al Señor que te ayude con Su gracia divina para perdonar a la persona(s) que te ofendió.
Recuerda que lo único que importa es quien eres tú a los ojos de Dios.
miércoles, el 21 de octubre
Recursos sugeridos:
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Más recursos
jueves, el 23 de octubre
Puntos para Reflexionar:
¿Permites que la opinión de una persona en particular afecte tu imagen de ti misma?
¿Por qué?
viernes, el 23 de octubre
Versículos para recordar:
1 Reyes 8:50, “Perdona a tu pueblo, que ha pecado contra ti; perdona todas las ofensas que te haya infligido...” (NVI)
Lucas 11:4, “Perdona nuestros pecados, como también nosotros perdonamos a todos los que nos hacen mal.” (BLS)
1 Tesalonicenses 2:4, “Al contrario, hablamos como hombres a quienes Dios aprobó y les confió el evangelio: no tratamos de agradar a la gente sino a Dios, que examina nuestro corazón.” (NVI)
© 2009 by Tracie Miles. All rights reserved.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional:
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