lunes, 8 de marzo de 2010
por Glynnis Whitwer


Miembro del Equipo de conferencistas

de Proverbios 31 Ministerios para la mujer

Versículo clave:

1 Corintios 1:25, “Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres.” (LBLA)

Hoy lee el capítulo entero. Escribe el versículo. Memorízalo

martes, el 9 de marzo

Devoción:

Mi hijo que está en primer año pertenece al equipo de lucha libre de la escuela. Después de una temporada maravillosa, Dylan enfrentó una decepcionante derrota, y no estaba muy contento. De hecho, estaba convencido de que el árbitro había cometido algunos errores cruciales.

Si bien me perdí el enfrentamiento, a la mañana siguiente durante el desayuno escuché el resumen del relato. Dylan describió sus maniobras y elaboró aquellas que, según él, le deberían haber garantizado la victoria.
"¡Tenía al cuerpo de este chico atrapado e inmovilizado en tijeras con la espalda sobre el piso, pero el árbitro no me dio puntos por haber puesto a ese chico sobre las espaldas! Me explicó Dylan.
Su hermano mayor, que también había practicado lucha libre, le sugirió: "Es que probablemente no lo tenías controlado".

"Pero lo tenía acostado sobre la espalda," discutió Dylan.

"Pero el árbitro se dio cuenta de que realmente no lo tenías bajo control. Por eso no te dio puntos por esa maniobra," insistió Josh. Dylan aceptó esa posibilidad y la conversación cambió de tema.

A medida que pasó el día, la imagen de ese enfrentamiento me visitó varias veces. Y comencé a desarrollar un paralelo con mi propia vida. Me imaginé luchando contra una de mis dificultades, pensando que la tengo bajo control, y de repente descubrir que en realidad no es así. Me imaginé a Dios observando mi lucha, viéndome cantar la victoria, pero sabiendo bien que solo se trata de una ilusión de control. También me imaginé a Dios ahí parado viéndome con paciencia, esperando que reconozca mi lucha y le pida ayuda.

Hay muchos aspectos de mi vida en los que yo creo que triunfaría si tan solo lo intentara con más intensidad. O si tan solo pudiera descubrir el sistema perfecto para la administración del tiempo, podría lograr todo lo que me propongo. O si tan solo me mordiera la lengua, podría ser más paciente.

Lo cierto es que la única forma en la que triunfaré sobre mis dificultades es aceptando día a día que no tengo el control completo sobre las mismas, y pidiéndole a Dios que me ayude.

Hubiera deseado que mi hijo triunfara en esa pelea, pero Dios la utilizó para enseñarme a mi una lección. Se puede lograr el triunfo sobre las dificultades... pero voy a requerir ayuda divina.

Mi oración para hoy:

Amado Dios, gracias por tenerme paciencia cuando ves que tengo dificultades con lo mismo una y otra vez. Ayúdame a ver la realidad de mi necesidad de Ti cada momento de mi vida. Te pido que me ayudes a triunfar en mis persistentes luchas. En el nombre de Jesús, Amén.

miércoles, el 10 de marzo

Recursos relacionados:

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Pasos para la aplicación:

Escribe en una tarjeta una de tus dificultades contra la que luchas Comprométete a orar todos los días por esta lucha durante 7 días. Admite que no tienes el control completo sobre la situación y pídele a Dios que te ayude.

jueves, el 11 de marzo

Puntos para reflexionar:

Lee 1 Juan 5:1-5 ¿Qué significa vencer al mundo?

¿Cuál es la fuente de fortaleza a la que hacen referencia estos versículos?

¿Qué relación hay entre la fe, la obediencia a Dios, y la experiencia del triunfo sobre tus luchas?

viernes, el 12 de marzo

Versículos que te darán fuerza:

1 Juan 5:5 "¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?" (LBLA)
Salmo 46:1, “Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” (LBLA)
Salmo 121:1-2, "Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra." ((LBLA)
© 2010 de Glynnis Whitwer. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández

Ana Stine

Natasha Curtis

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