lunes, 24 de octubre de 2011
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de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

“Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.” Juan 15:14 (NVI)

Lectura:

Constantemente pienso en cómo será cuando Jesús regrese a la tierra. En mi mente me imagino la corona que lo rodeará. La gente empujará para estar cerca de Él. Llamarán su nombre, esperando que él pare y se voltee por un momento…sus manos sobre las manos de ellos o una palabra de bendición que salga de su boca.

En la misma escena, me imagino a mí misma fuera del círculo. No tan valiente como para empujar entre la multitud. Tímida y segura de que Jesús buscaría, hasta encontrar a alguien más “importante” que yo. ¿Qué me diría si puedo llegar tan cerca de él que pudiera hablarle? ¿Cómo me presentaría ante él?

“Eh, hola Jesús… soy yo… Glynnis.” ¡Vaya! Probablemente me sienta avergonzada por unas palabras tan torpes y forzadas. ¿Y qué diría después? Conociéndome seguramente comenzaría una larga lista de cómo le he servido. Esperando recordarle quién soy. O de pronto trato de impresionarlo un poquito. ¡Increíble!

Mientras leo el versículo de la escritura de hoy, me hago otra imagen de Jesús. En esa imagen yo no tengo que presentarme a Jesús. Él ya sabe quién soy, es más como un amigo, y me llamaría desde el otro lado de la calle, Jesús me llamaría por mi nombre. Yo no tendría que presentarme como lo he hecho toda mi vida. No tendré que decirle mi nombre es “Liz” como lo hago en Starbucks para que puedan pronunciarlo cuando mi café esté listo. Jesús ya me conocerá y me llamará por mi nombre. …Glynnis.
 
¿Cómo estoy segura de esto? Juan 15:14 nos dice que cuando obedecemos las órdenes de Jesús, él nos llama amigos. La escritura también dice que él nos conoce por nuestro nombre (Juan 10:3) y que regresará por nosotros (Juan 14:3).

Esta imagen de encontrarme con Jesús me llena de gozo. Ya sea aquí en la tierra en su venida, o cuando vaya a encontrarme con él en el cielo. Jesús me llamará amiga si yo obedezco sus palabras. Qué gozoso será ese día que yo me encuentre con Jesús. Puedo comenzar a desarrollar esa relación con él ahora leyendo la Biblia y así saber que lo que tengo que obedecer es serio y decisivo. También puedo pasar tiempo hablando con él en oración.

Mí relación de amigos con Jesús necesita de inversión de tiempo al igual que con mis otros amigos, para que pueda desarrollarse y hacerse fuerte. Claro que eso suena mejor para mí que solo quedarme fuera del círculo.

 Amado Dios, te alabo por tu fidelidad hacia mí. Gracias por amarme y por llamarme amiga. Ayúdame para que el obedecerte a ti sea mi prioridad. En el nombre de Jesús, amén.

Pasos para la aplicación:                                                                                                       Nombra cinco características de los buenos amigos. Piensa en cómo Dios ha cumplido con estas características.

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                                                                                                                                                        Puntos para reflexionar:
Cuando una persona recuerda tu nombre, ¿qué te dice eso de ella?

¿Qué diferencia implica para ti que Jesús conozca tu nombre?

¿Qué cambios necesitas hacer en tu vida para que seas mejor amiga de Dios?


Versículos que te darán fuerza:                                                                                          Juan 5:15 “Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.” (NVI)

Juan 10:3, “El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y las saca del redil.” (NVI)

Romanos 8:38-39, “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.” (NVI)

© 2011  de Glynnis Whitwer. Todos los derechos están reservados.  

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora 
Natasha Curtis
Veronica Young

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