lunes, 22 de noviembre de 2010
por Lysa TerKeurst
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer
Lucas 16:10 "El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho…"
(LBLA)
Lectura:
¿Hay algo que sueñas lograr? En los primeros años de la segunda década de mi vida, comencé y fallé en cinco trabajos distintos antes de iniciar los Ministerios de Proverbios 31. Últimamente, he estado recibiendo varios correos electrónicos en los que me preguntan cómo ayudé a iniciar este ministerio. Siempre quise poder describir tres pasos bien definidos que me llevaran a este lugar en el que estoy hoy, haciendo lo que sé que nací para hacer. Sin embargo, mi travesía no estuvo bien definida ni tampoco hubo pasos fáciles de dar. Más que nada diría que me topé con este sitio.
Mi amiga, quien me pidió que me asociara a ella y la ayudara a iniciar este ministerio desde sus cimientos, fue quién le dio el nombre. Yo ya había estado participando en el ministerio durante casi cuatro meses antes de que se me ocurriera que quizá debería leer el capítulo 31 de los Proverbios de la Biblia. Nunca lo había hecho.
Después de leer Proverbios 31 tuve una discusión con Dios. Le hice saber todas las razones por las que Él sin duda había elegido a la chica incorrecta para ser parte de un ministerio cuyo nombre describe a una mujer que lo tenía todo claro.
En ese momento de mi vida, tenía un hijo que me hacía llorar todos los días y me hacía sentir completamente abrumada, así como también un problemático matrimonio.
Pero Dios.
Me encantan esas dos palabras cuando van juntas.
Él hace que haya una forma cuando no la hay. Le encanta usar a gente de escasos atributos de modo que Él se lleve todo el mérito de todo buen resultado que provenga de los frágiles y defectuosos esfuerzos de las mismas. Estoy convencida de que Él no buscaba a la persona mejor calificada, simplemente buscaba una mujer que esté dispuesta a decirle sí.
Entonces, ¿cómo fue que Dios hizo crecer a este ministerio desde la más pequeña semilla con la que se inició hasta lo que es hoy?
No me cabe duda de que en ningún momento mi trabajo consistió en descubrir la forma de hacer crecer el ministerio ni cómo manejar un ministerio con éxito. En todo momento mi trabajo consistió únicamente en serle obediente a Dios. Mi trabajo fue la obediencia, el trabajo de Dios fue demostrar los resultados. Esto es cierto independientemente de qué estemos tratando de conseguir, ya sea un trabajo, un cónyuge, un llamado o un sueño.
Tuve que serle obediente a Dios en lo poco y en lo mucho. Algunos días, como mujer en un ministerio mi trabajo consistía en cambiar pañales con buena actitud y pedirle disculpas a mi esposo por ser testaruda. Otros días, consistía en sentarme a tomar un café con otra mujer y escucharla. Aún otros días, mi trabajo consistía en escribir un artículo que solo leerían 35 personas que recibían nuestro boletín en aquél entonces.
Te das cuenta, Dios nunca permitió que este ministerio creciera más allá de mi capacidad de obedecerle.
A medida que convocaba a un equipo de trabajo, busqué gente que tuviera la misma pasión por la obediencia a Dios. A medida que Él nos halló obedientes en lo poco a mi equipo y a mí, fueron apareciendo mayores oportunidades. No ha sido fácil, y sin duda, no se nos halló obedientes todos los días, pero contábamos con la determinación necesaria para nunca darnos por vencidas.
Los Ministerios de Proverbios 31 se fueron desarrollando muy, pero muy lentamente. Este ministerio consistió en 17 años de levantarnos en la mañana con el deseo de ser obedientes a Dios durante ese día, y simplemente seguirle dondequiera que nos llevara con un corazón dispuesto.
Si sientes un tirón en el corazón para conseguir el mismo tipo de sueño, permítele que se desarrolle lentamente. Y entiende que puedes empezar hoy. Simplemente pídele a Dios que te ponga en el camino una tarea de obediencia y dile que sí. Quién sabe lo que pueda llegar a comenzar a partir de allí...
Amado Señor, independientemente de los sueños que hayas puesto en nuestros corazones, te rogamos que ante todo nos halles obedientes en lo poco. Y ayúdanos a recordar que nuestro trabajo consiste en serte obediente y Tú te ocuparás de los resultados. En nombre de Jesús, Amén.
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Pasos para la aplicación:
Si estás persiguiendo un sueño, mantén un registro de las cosas que Dios te va enseñando a lo largo del camino ya sea por medio de un diario íntimo o cualquier otro método que te ayude a conservar los recuerdos.
Puntos para reflexionar:
¿Qué esperas lograr si alcanzas tu sueño? Si a la larga tu objetivo es tener una relación más fructífera con Dios, nunca te verás decepcionada.
Versículos que te darán fuerza:
Proverbios 3:1-3, “Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te añadirán. La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.” (LBLS)
© 2010 de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Judith Hernández
Ana Stine
Natasha Curtis
Waleska Nickerson
Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer
Lucas 16:10 "El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho…"
(LBLA)
Lectura:
¿Hay algo que sueñas lograr? En los primeros años de la segunda década de mi vida, comencé y fallé en cinco trabajos distintos antes de iniciar los Ministerios de Proverbios 31. Últimamente, he estado recibiendo varios correos electrónicos en los que me preguntan cómo ayudé a iniciar este ministerio. Siempre quise poder describir tres pasos bien definidos que me llevaran a este lugar en el que estoy hoy, haciendo lo que sé que nací para hacer. Sin embargo, mi travesía no estuvo bien definida ni tampoco hubo pasos fáciles de dar. Más que nada diría que me topé con este sitio.
Mi amiga, quien me pidió que me asociara a ella y la ayudara a iniciar este ministerio desde sus cimientos, fue quién le dio el nombre. Yo ya había estado participando en el ministerio durante casi cuatro meses antes de que se me ocurriera que quizá debería leer el capítulo 31 de los Proverbios de la Biblia. Nunca lo había hecho.
Después de leer Proverbios 31 tuve una discusión con Dios. Le hice saber todas las razones por las que Él sin duda había elegido a la chica incorrecta para ser parte de un ministerio cuyo nombre describe a una mujer que lo tenía todo claro.
En ese momento de mi vida, tenía un hijo que me hacía llorar todos los días y me hacía sentir completamente abrumada, así como también un problemático matrimonio.
Pero Dios.
Me encantan esas dos palabras cuando van juntas.
Él hace que haya una forma cuando no la hay. Le encanta usar a gente de escasos atributos de modo que Él se lleve todo el mérito de todo buen resultado que provenga de los frágiles y defectuosos esfuerzos de las mismas. Estoy convencida de que Él no buscaba a la persona mejor calificada, simplemente buscaba una mujer que esté dispuesta a decirle sí.
Entonces, ¿cómo fue que Dios hizo crecer a este ministerio desde la más pequeña semilla con la que se inició hasta lo que es hoy?
No me cabe duda de que en ningún momento mi trabajo consistió en descubrir la forma de hacer crecer el ministerio ni cómo manejar un ministerio con éxito. En todo momento mi trabajo consistió únicamente en serle obediente a Dios. Mi trabajo fue la obediencia, el trabajo de Dios fue demostrar los resultados. Esto es cierto independientemente de qué estemos tratando de conseguir, ya sea un trabajo, un cónyuge, un llamado o un sueño.
Tuve que serle obediente a Dios en lo poco y en lo mucho. Algunos días, como mujer en un ministerio mi trabajo consistía en cambiar pañales con buena actitud y pedirle disculpas a mi esposo por ser testaruda. Otros días, consistía en sentarme a tomar un café con otra mujer y escucharla. Aún otros días, mi trabajo consistía en escribir un artículo que solo leerían 35 personas que recibían nuestro boletín en aquél entonces.
Te das cuenta, Dios nunca permitió que este ministerio creciera más allá de mi capacidad de obedecerle.
A medida que convocaba a un equipo de trabajo, busqué gente que tuviera la misma pasión por la obediencia a Dios. A medida que Él nos halló obedientes en lo poco a mi equipo y a mí, fueron apareciendo mayores oportunidades. No ha sido fácil, y sin duda, no se nos halló obedientes todos los días, pero contábamos con la determinación necesaria para nunca darnos por vencidas.
Los Ministerios de Proverbios 31 se fueron desarrollando muy, pero muy lentamente. Este ministerio consistió en 17 años de levantarnos en la mañana con el deseo de ser obedientes a Dios durante ese día, y simplemente seguirle dondequiera que nos llevara con un corazón dispuesto.
Si sientes un tirón en el corazón para conseguir el mismo tipo de sueño, permítele que se desarrolle lentamente. Y entiende que puedes empezar hoy. Simplemente pídele a Dios que te ponga en el camino una tarea de obediencia y dile que sí. Quién sabe lo que pueda llegar a comenzar a partir de allí...
Amado Señor, independientemente de los sueños que hayas puesto en nuestros corazones, te rogamos que ante todo nos halles obedientes en lo poco. Y ayúdanos a recordar que nuestro trabajo consiste en serte obediente y Tú te ocuparás de los resultados. En nombre de Jesús, Amén.
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¿Qué esperas lograr si alcanzas tu sueño? Si a la larga tu objetivo es tener una relación más fructífera con Dios, nunca te verás decepcionada.
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Proverbios 3:1-3, “Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te añadirán. La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.” (LBLS)
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