martes, 25 de enero de 2011
Micca Monda Campbell
Miemmbro del Equipo de conferencistas Proverbios 31, Ministerios para la mujer
"Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas." Mateo 6:33, (NVI)
Lectura:
Con cada año que comienza tenemos la oportunidad de un nuevo inicio. Muchas personas se trazan “propósito para el nuevo año”. A través de esta tradición nos proponemos adoptar un estilo de vida más sano, dejar atrás los malos hábitos, hacer borrón y cuenta nueva, y reorganizar nuestras vidas. Cualquiera que sea la necesidad, puede lograrse al dejar atrás el viejo año y comenzar de nuevo. O al menos eso pensamos.
Usualmente comenzamos con una gran visión, impresionantes metas, y gran determinación. Pero muy pronto nos damos cuenta de cuán difícil es llevar a cabo esas metas tan amplias cuando todas las demás obligaciones de la vida acallan nuestra motivación.
Con cada día, semana, o mes que pasa nos sentimos menos culpables, menos motivados, y menos entusiasmados con lo que debíamos y anhelábamos ser.
Tener una buena salud y una vida equilibrada es importante, pero temporal. Cómo crezcamos y mejoremos en nuestra vida espiritual durará por la eternidad y debiera ser nuestra mayor prioridad. Sin embargo, aunque algunas personas pasan horas planeando sus vacaciones o pasan años estudiando para prepararse para una profesión, la mayoría no pasa ni cinco minutos haciendo planes para la eternidad.
¿Cómo el mirar a nuestro futuro nos ayuda a lograr las metas que tenemos hoy? El secreto del éxito en todas las cosas yace en la profundidad de nuestra relación con Dios. En nuestras vidas ocurren fracasos temporales porque no estamos equipados espiritualmente.
Una vez escuché la historia de una mujer que le pidió a su pastor que orara por ella, para que tuviera suficiente poder y renunciara a un mal hábito. El pastor le respondió: “No, no voy a orar por ti”. La mujer le contestó asombrada: “¿Por qué no?”
”No serviría de nada. Solamente dejarás ese mal hábito cuando ames más a Dios y tu relación con él que a ese hábito”, le contestó el pastor.
¿Dónde encontramos el poder para dejar los malos hábitos? Quedamos en libertad cuando amamos más a Dios que a nuestro pecado.
Ya sea que nuestra meta para este nuevo año sea bajar de peso, dejar de fumar, o ser más organizadas, solo tendremos éxito si primero somos fuertes espiritualmente. Esto es porque a la larga cada problema que tenemos es un problema espiritual. Una vez que lo resolvamos con el la gracia y el poder de Dios, la victoria será nuestra. ¿Necesitas un nuevo comienzo? Lo encontrarás al hacer de Dios y tu relación con él tu meta primordial.
Amado Dios, ayúdame a morir a todas las cosas que he puesto en tu lugar. Crea en mí un amor y pasión solo por ti que me ayuden a dejar los placeres temporales. Yo creo que tú puedes llenar con tu presencia cada vacío que haya en mí. Estoy lista para que me llenes ahora. Creo que tú eres suficiente para mí. Haz que esta verdad sea realidad en mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
Usualmente comenzamos con una gran visión, impresionantes metas, y gran determinación. Pero muy pronto nos damos cuenta de cuán difícil es llevar a cabo esas metas tan amplias cuando todas las demás obligaciones de la vida acallan nuestra motivación.
Con cada día, semana, o mes que pasa nos sentimos menos culpables, menos motivados, y menos entusiasmados con lo que debíamos y anhelábamos ser.
Tener una buena salud y una vida equilibrada es importante, pero temporal. Cómo crezcamos y mejoremos en nuestra vida espiritual durará por la eternidad y debiera ser nuestra mayor prioridad. Sin embargo, aunque algunas personas pasan horas planeando sus vacaciones o pasan años estudiando para prepararse para una profesión, la mayoría no pasa ni cinco minutos haciendo planes para la eternidad.
¿Cómo el mirar a nuestro futuro nos ayuda a lograr las metas que tenemos hoy? El secreto del éxito en todas las cosas yace en la profundidad de nuestra relación con Dios. En nuestras vidas ocurren fracasos temporales porque no estamos equipados espiritualmente.
Una vez escuché la historia de una mujer que le pidió a su pastor que orara por ella, para que tuviera suficiente poder y renunciara a un mal hábito. El pastor le respondió: “No, no voy a orar por ti”. La mujer le contestó asombrada: “¿Por qué no?”
”No serviría de nada. Solamente dejarás ese mal hábito cuando ames más a Dios y tu relación con él que a ese hábito”, le contestó el pastor.
¿Dónde encontramos el poder para dejar los malos hábitos? Quedamos en libertad cuando amamos más a Dios que a nuestro pecado.
Ya sea que nuestra meta para este nuevo año sea bajar de peso, dejar de fumar, o ser más organizadas, solo tendremos éxito si primero somos fuertes espiritualmente. Esto es porque a la larga cada problema que tenemos es un problema espiritual. Una vez que lo resolvamos con el la gracia y el poder de Dios, la victoria será nuestra. ¿Necesitas un nuevo comienzo? Lo encontrarás al hacer de Dios y tu relación con él tu meta primordial.
Amado Dios, ayúdame a morir a todas las cosas que he puesto en tu lugar. Crea en mí un amor y pasión solo por ti que me ayuden a dejar los placeres temporales. Yo creo que tú puedes llenar con tu presencia cada vacío que haya en mí. Estoy lista para que me llenes ahora. Creo que tú eres suficiente para mí. Haz que esta verdad sea realidad en mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
Pasos para la aplicación:
Amo a mi familia y no haría nada que dañara nuestra relación. Lo mismo sucede en mi relación con Dios. Cuando lucho por deshacerme de un mal hábito me recuerdo cómo este no solo daña mi vida sino mi relación con Dios y con otros. Entonces yo decido: ¿a quién amo más…a mí misma y este hábito, o a Dios y mi familia? El amor es una herramienta poderosa. Pruébala. Pídele a Dios que te ayude.
Recursos relacionados:
Puntos para reflexionar:
¿Dices que amas a Dios pero dejas que tus acciones muestren lo contrario?
¿Cómo has intentado y fracasado en conquistar algún mal hábito?
¿Estas lista para entregárselo completamente a Dios?
¿Se te hace difícil amar a Dios de manera genuina? Entonces pídele que te dé pasión por él.
¿Cómo has intentado y fracasado en conquistar algún mal hábito?
¿Estas lista para entregárselo completamente a Dios?
¿Se te hace difícil amar a Dios de manera genuina? Entonces pídele que te dé pasión por él.
Versículos que te darán fuerza:
Éxodo 20:3, " No tengas otros dioses además de mí." (NVI)
Deuteronomio 10:12, " Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma…” (NVI)
Deuteronomio 4:39, " Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro…" (NVI)
Isaías 45:22, " Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro." (NVI)
© 2010 de Micca Monda Campbell. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Ana Stine Natasha Curtis Waleska Nickerson
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2 comments:
Amen!
Muchas gracias Micca!
La lectura de hoy me ayudará muchísimo a desenvolver una vida con mejores habitos.
Dios te bendiga,
Michele Caséca
Esta lectura nos recuerda que tenemos que poner la mira en las cosas de arrriba y ayuda a que reenfoquemos nuestra prioridades, día a día.