lunes, 18 de julio de 2011
Miembro
del Equipo de conferencistas
“El sol se
detuvo y la luna se paró, hasta que Israel se vengó de sus adversarios. Josué
10:13a (NVI)
Lectura:
¿Ha
habido tiempos en los que has anhelado solo un poco más de luz en tu día para
completar alguna tarea? Cuando necesitas más tiempo, ¿se lo pides a Dios? Después
de todo, el tiempo está en sus manos.
Al leer el
versículo clave de hoy entendemos que Dios sabía que Josué necesitaba un poco
más de tiempo en su día, así que se lo dio.
Josué y
el ejército de los israelitas estaban en batalla contra cinco ejércitos
combinados de los amorreos para conquistar la tierra que les fue dada a ellos
después de cruzar el Jordán. Josué y sus hombres estaban cansados. La lucha por
la tierra había sido intensa. Como líder, Josué había decidido viajar toda la
noche para atacarlos por sorpresa. Y luego le pidió a Dios que detuviera el sol
y la luna para que pudieran pelear.
Hace como
una década Dios me llamó a creerle radicalmente con mi tiempo y a levantarme
cada mañana antes de que saliera el sol a pasar tiempo con él en oración, y en
su Palabra.
¿Cómo
puedo hacer eso? Recuerdo haberle preguntado a Dios.
Yo
argumentaba: Soy una madre y esposa ocupada. El bebé solo tiene pocos meses.
Necesito dormir.
Nunca se
me ocurrió pedirle ayuda a Dios para ajustar mi tiempo y así poder caminar en
obediencia a Él mientras cuidaba de mis otras responsabilidades.
Con el
tiempo accedí, pero no con todo mi corazón. Mi problema no era que yo no quería
conocer a Dios por medio de la oración y su Palabra. Mi problema era que yo
creía que podía manejar mi tiempo y mi día mejor que lo que Él lo haría. Creí
la mentira que me decía que yo tenía el control, ajustaba mi día, y lograba
mucho. La mentira me decía que yo no necesitaba a Dios para los pequeños
detalles de mi vida diaria. La mentira me decía que no necesitaba darle los
primeros frutos de mi día a Dios. La mentira, mintió.
Así como
el ejército de los amorreos perdió, también perdió mi mentira.
En la
última década he aprendido, como Josué, a llamar a Dios y pedirle que “pare el
sol y pare la luna” para poder completar lo que Él me ha ordenado hacer. Es mi deseo estar en paz con su tiempo
en lugar de completar mi lista de quehaceres.
¿Qué si creo
que Él ha parado el tiempo por mi? Sí lo creo. ¿Cómo es posible? Él es Dios, el
gran YO SOY, y el Creador del tiempo. Yo solo soy una pequeña “yo no soy”
disfrutando la historia de Dios un día a la vez.
Cuando
necesites más tiempo, ¿se lo pedirás a Dios? ¿Le entregarás tu tiempo a las
manos cicatrizadas por los clavos?
Amado Dios, ayúdame a saber que tú eres bueno y que puedo
creerte. Recuérdame hoy que mi tiempo está en tus manos. En el nombre de Jesús,
Amén.
Pasos para la aplicación:
Escoge un
lugar para pasar tu tiempo con Dios.
Arregla
tu reloj para que te despierte diez minutos más temprano para pasar tiempo con Él.
Pídele
que te ayude a hacer tu agenda diaria y te ayude a realizar lo que El quiere
que tú realices.
Escribe
en un diario lo que Dios te enseña acerca de tu tiempo.
Recursos relacionados:
Cuando compras algún
recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una marca en la
eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno
ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios
que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no
podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las
compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Puntos
para reflexionar:
¿Qué o
quién determina mi horario?
¿Qué
puedo hacer para tranquilizar mi paso?
¿Le creo
a Dios para encargarle mi rutina diaria? Si no, ¿por qué no?
Versículos que te darán fuerza:
Génesis
1:3-5, “Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir. Dios
consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz la llamó
«día», y a las tinieblas, «noche». (NVI)
Eclesiastés
3:1, “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace
bajo el cielo” (NVI)
Eclesiastés
3:11a, “Dios hizo todo hermoso en su momento” (NVI)
© 2010
de Wendy Pope. Todos
los derechos están reservados.
Gracias por su
ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Natasha
Curtis
Veronica Young
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