lunes, 15 de agosto de 2011
Glynnis Whitwer
Miembro
del Equipo de conferencistas
de Proverbios
31, Ministerios para la mujer
Lectura:
Como una voluntaria del ministerio de niños en mi
iglesia, noté un comportamiento similar en los hijos de los pastores y los
empleados, caminaban con autoridad y confianza por todos lugares en la iglesia.
Tenían bien claro en sus mentes que, si su papá era el dueño del lugar en donde
estaban, entonces ellos podían ir de un lugar a otro sin que nadie se los
impidiera.
Yo entendía bien esta mentalidad ya que cuando era adolescente, mi mamá trabajaba como directora de la oficina en nuestra iglesia pequeña. Recuerdo, aunque era una jovencita, que me sentía orgullosa del papel que desempeñaba mi mamá como directora. Me daba un sentido de confianza y autoridad. Un niño pequeño adquiere confianza cuando se identifica con sus padres.
Yo entendía bien esta mentalidad ya que cuando era adolescente, mi mamá trabajaba como directora de la oficina en nuestra iglesia pequeña. Recuerdo, aunque era una jovencita, que me sentía orgullosa del papel que desempeñaba mi mamá como directora. Me daba un sentido de confianza y autoridad. Un niño pequeño adquiere confianza cuando se identifica con sus padres.
Hoy, tú y yo, hijas del Dueño y el Rey del universo,
podemos caminar a través de este mundo con confianza, porque nuestra identidad está
en el Padre Celestial.
Como hijas del máximo Rey tenemos el privilegio de acceder al trono de nuestro Padre con nuestras peticiones en oración. Sin embargo, por alguna razón, no utilizamos este recurso maravilloso.
De hecho, actuamos como huérfanas, con miedo de pedir mucho y ser codiciosas. Pero la verdad es que tenemos un padre quien “está dispuesto hacer mucho más allá de lo que te puedas imaginar” (Efesios 3:20 NVI). Jesús nos dice en Mateo 8:11: “Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!” (NVI)
Necesitamos pensar como reinas y enseñarles a nuestros hijos que piensen como reyes, siempre caminando en confianza y pensando con autoridad. En realidad yo agregaría que requerimos pensar como las hijas del Rey. Es necesario estar convencidas de que Dios está dispuesto a hacer cualquier cosa por nosotras.
Precisamos caminar con confianza y pedir sabiendo que nuestra identidad está fundada en ser amadas por un Padre espiritual generoso quien nos escogió para darnos cosas buenas y regalos maravillosos.
Como hijas del máximo Rey tenemos el privilegio de acceder al trono de nuestro Padre con nuestras peticiones en oración. Sin embargo, por alguna razón, no utilizamos este recurso maravilloso.
De hecho, actuamos como huérfanas, con miedo de pedir mucho y ser codiciosas. Pero la verdad es que tenemos un padre quien “está dispuesto hacer mucho más allá de lo que te puedas imaginar” (Efesios 3:20 NVI). Jesús nos dice en Mateo 8:11: “Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!” (NVI)
Necesitamos pensar como reinas y enseñarles a nuestros hijos que piensen como reyes, siempre caminando en confianza y pensando con autoridad. En realidad yo agregaría que requerimos pensar como las hijas del Rey. Es necesario estar convencidas de que Dios está dispuesto a hacer cualquier cosa por nosotras.
Precisamos caminar con confianza y pedir sabiendo que nuestra identidad está fundada en ser amadas por un Padre espiritual generoso quien nos escogió para darnos cosas buenas y regalos maravillosos.
Padre celestial, gracias por escogerme a mí y adoptarme
dentro de tu familia. Tu amor es arrollador. Dame un corazón audaz y confiado,
que viene de conocer mi identidad y ser amada por ti. En el nombre de Jesús,
Amén.
Pasos para la
aplicación:
Reflexiona si tu identidad y confianza están fundadas en tus propias habilidades o en tu relación personal con Dios.
Identifica aquellas esferas de tu vida en las que confías
más en tus propias fuerzas.
Decide entregar por completo esas esferas y necesidades
ante nuestro Padre Celestial.
Recursos relacionados:
Cuando compras algún
recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella en la
eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno
ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios
que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no
podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las
compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Visita Aventuras de fe para examinar cómo podrías levantarte a ser mujer digna,
caminando con confianza y autoridad.
Puntos para
reflexionar:
Recuerda los tiempos en que Dios fue abundante contigo.
¿Qué es lo que más le pides comúnmente a Dios en tus
oraciones?
Si pudieras hacer una pregunta a Dios sobre cualquier cosa, ¿cuál sería?
Si pudieras hacer una pregunta a Dios sobre cualquier cosa, ¿cuál sería?
¿Crees que Dios responde todas las oraciones con un “sí”?
¿Crees que hay alguna cosa que esté estorbando tus oraciones?
Versículos que te
darán fuerza:
Salmo 89:1, "Oh Señor, por siempre cantaré la grandeza de tu amor; por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad." (NVI).
Mateo 7:7-8, "Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!” (NVI)
2 Corintios 8:9, "Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegarán a ser ricos." (NVI)
© 2011 de Glynnis Whitwer. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su
ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Natasha Curtis
Veronica Young
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