lunes, 25 de junio de 2012
Wendy Blight
“El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa.” Proverbios 19:11 (NVI)
Lectura:
¿Qué fue lo que quiso decir? ¿Por qué es que ella siempre me ofende? ¿Por qué me trata así?
Nunca me había dado cuenta de la forma en que yo pensaba, hasta que un día mi hija me lo señaló. “Mami, ¿por qué te ofendes tan fácilmente?”
Al principio, el comentario de mi hija me enfadó. Pero después de haber meditado en sus palabras me di cuenta de que tenía razón. Las palabras de otras personas me ofendían con facilidad y Satanás me recordaba esas palabras una y otra vez. Con el tiempo, mi enfado se había convertido en amargura.
En esos días, el Señor me había llamado a dar un estudio bíblico sobre el libro de Proverbios. Al prepararme para dar mi enseñanza, este versículo saltó de la página a mi corazón: Proverbios 19:11, “El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa.” (NVI)
Al leerlo esta vez, entendí que yo podía decidir cómo reaccionar. Hasta ahora, yo había escogido ofenderme por las palabras o comentarios de otras personas. Pero a través de su Palabra, el Señor me mostró que yo podía escoger no ofenderme.
Descubrí que yo debía ESCUCHAR con objetividad y preguntarme: ¿Por qué razón esta persona dijo lo que dijo? ¿Tiene algo válido que decir? ¿Necesita ella algo que yo no le he dado? ¿O es simplemente una persona amargada y negativa cuyas palabras son un reflejo de su corazón?
También descubrí que es mi responsabilidad impedir que estas palabras penetren a mi corazón y echen raíz. Y aunque me ha tomado tiempo, he aprendido que cuando alguien dice algo que me parece ofensivo, primero escucho sus palabras, luego trato de discernir lo que realmente quiso decir y por último hablo la verdad a mi corazón, diciendo: “Es mi gloria no recibir estas palabras como una ofensa.”
Nosotras no podemos controlar lo que otras personas nos digan, pero sí podemos decidir guardar nuestro corazón y responder de acuerdo a la Palabra de Dios.
Amado Padre, te ruego que me enseñes a escuchar como tú lo haces. Ayúdame a no ofenderme o enfadarme con facilidad por lo que otros dicen. Y si lo hago, ayúdame a perdonar la ofensa. Deseo vivir en la libertad que dan tu amor y tu perdón. En el nombre de Jesús, amén.
Pasos para la aplicación:
Lee 1 Juan 1:8-10 y medita cómo estos versos se relacionan con esta lectura.
Pídele al Señor que te libere para no ofenderte y enfadarte por las palabras de otras personas con facilidad.
Recursos relacionados:
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Nuestros recursos:
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Puntos para reflexionar:
Durante las siguientes semanas, escucha lo que dices y si tus palabras reflejan un corazón que se ofende con facilidad.
¿Ha puesto Dios en tu vida a alguien que te dice la verdad? Ora para que Dios te dé gracia para recibir lo que esta persona te señale con sus palabras.
Versículos poderosos:
Efesios 4:26-27, “Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo.” (NVI)
Efesios 4:32, “Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (NVI)
© 2012 de Wendy Blight. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Judith Hernández
Ana Stine
Natasha Curtis
Waleska Nickerson
Veronica Young
Karina Córdova
“El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa.” Proverbios 19:11 (NVI)
Lectura:
¿Qué fue lo que quiso decir? ¿Por qué es que ella siempre me ofende? ¿Por qué me trata así?
Nunca me había dado cuenta de la forma en que yo pensaba, hasta que un día mi hija me lo señaló. “Mami, ¿por qué te ofendes tan fácilmente?”
Al principio, el comentario de mi hija me enfadó. Pero después de haber meditado en sus palabras me di cuenta de que tenía razón. Las palabras de otras personas me ofendían con facilidad y Satanás me recordaba esas palabras una y otra vez. Con el tiempo, mi enfado se había convertido en amargura.
En esos días, el Señor me había llamado a dar un estudio bíblico sobre el libro de Proverbios. Al prepararme para dar mi enseñanza, este versículo saltó de la página a mi corazón: Proverbios 19:11, “El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa.” (NVI)
Al leerlo esta vez, entendí que yo podía decidir cómo reaccionar. Hasta ahora, yo había escogido ofenderme por las palabras o comentarios de otras personas. Pero a través de su Palabra, el Señor me mostró que yo podía escoger no ofenderme.
Descubrí que yo debía ESCUCHAR con objetividad y preguntarme: ¿Por qué razón esta persona dijo lo que dijo? ¿Tiene algo válido que decir? ¿Necesita ella algo que yo no le he dado? ¿O es simplemente una persona amargada y negativa cuyas palabras son un reflejo de su corazón?
También descubrí que es mi responsabilidad impedir que estas palabras penetren a mi corazón y echen raíz. Y aunque me ha tomado tiempo, he aprendido que cuando alguien dice algo que me parece ofensivo, primero escucho sus palabras, luego trato de discernir lo que realmente quiso decir y por último hablo la verdad a mi corazón, diciendo: “Es mi gloria no recibir estas palabras como una ofensa.”
Nosotras no podemos controlar lo que otras personas nos digan, pero sí podemos decidir guardar nuestro corazón y responder de acuerdo a la Palabra de Dios.
Amado Padre, te ruego que me enseñes a escuchar como tú lo haces. Ayúdame a no ofenderme o enfadarme con facilidad por lo que otros dicen. Y si lo hago, ayúdame a perdonar la ofensa. Deseo vivir en la libertad que dan tu amor y tu perdón. En el nombre de Jesús, amén.
Pasos para la aplicación:
Lee 1 Juan 1:8-10 y medita cómo estos versos se relacionan con esta lectura.
Pídele al Señor que te libere para no ofenderte y enfadarte por las palabras de otras personas con facilidad.
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Efesios 4:26-27, “Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo.” (NVI)
Efesios 4:32, “Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (NVI)
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