lunes, 2 de julio de 2012
Samantha Reed
“La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.” Hebreos 11:1 (NTV)
Lectura:
Fue un año difícil. Tan difícil como para romperme el corazón.
Un sueño que había abrigado por diez años se desvaneció. Esta esperanza no era un capricho pasajero. Era una promesa que fervientemente había creído provenía del Señor.
Mantenerme en el camino y continuar creyendo por tanto tiempo fue extenuante. Y emocionante. Aún así, en un momento mi sueño murió. Mi corazón se quemó y las cenizas parecían un lugar apropiado en el cual dejarme caer.
Triste y sin responder al apoyo ofrecido, me quedé ahí un largo, largo tiempo. Mis manos, vacías de esperanza, se llenaron de puñados de cenizas.
Yo sabía que me tenía que levantar, sólo que no podía reunir las fuerzas elusivas para hacerlo. El dolor era la única emoción que sentía naturalmente, el pesar era cómodo.
Aún así sabía que la autocompasión significaría la muerte para mí también. Y esto es lo bueno: Dios también lo sabía. Él se arrodilló a mi lado, extendiendo una mano amiga. Él me prometió: Esto no es el fin. Dame las cenizas; Yo haré algo con ellas. Algo hermoso.
Él me dio este mensaje en cientos de formas. Pero no fue hasta que se quedó en silencio que yo lo escuché, en un concierto.
Apenas se notaba. Grabado permanentemente en el pie de la chica enfrente de mí, la curveada letra femenina contrastaba con la oscura tinta masculina: Belleza en lugar de cenizas.
Y ahí estaba Él. Nuestro Dios redentor y resucitado, diciendo su mensaje eterno una vez más.
Para mí. Para ti. Dame las cenizas; Yo haré algo con ellas. Algo hermoso.
Eso fue hace varios años. Me gustaría atarle a mi historia un lindo moño. Decir que abrí mis puños, que le di a Dios el hollín, que he sido una persona despreocupada desde entonces. Pero no lo haré. Porque no puedo.
Quiero ser realista. Y es real el hecho de que me ha tomado cada día entre aquel entonces y ahora poder ver cualidades redentoras de aquel momento en que se me rompió el corazón. Para ser honesta, aún no veo mucha belleza de tal devastación.
Pero como dije, quiero ser realista. Y es también real mi confianza, mi fe, en un Dios que hace posible una vida que vale la pena vivir. Cuando no puedo manejar mis emociones o cuando mi mente se llena de preguntas, yo permanezco comprometida a…
Confiar en su Palabra, a pesar de las circunstancias. Creer que él es un Creador creativo. Tener esperanza en lo que no puedo ver.
Yo continuaré buscando su bondad, nuestro firme cimiento, aún si viene de un montón de cenizas. Porque sinceramente lo más maravilloso que he visto en estos años, y en medio de este dolor, es un Dios fiel. Uno que apoya. Uno que redime todas las cosas. Uno que crea obras de arte a partir de la mugre. Un Dios que tomó la situación más desesperada y la muerte final, y resucitó la esperanza.
Resucitó nuestra esperanza: Jesús.
Y esa es la chispa que necesitamos para crear un nuevo fuego en nosotras. Dame las cenizas; Yo haré algo con ellas. Algo hermoso.
Amado Dios, no puedo ver cómo algo bueno puede salir de mi dolor. Pero tú eres mi Creador creativo y yo sé que tú puedes crear obras maestras a partir de la mugre. Hoy vuelvo a comprometer mi esperanza y mi fe en ti, y alzo mi vista hacia ti. Gracias por arrodillarte a mi lado tan fielmente. En el nombre de Jesús, amén.
Recursos relacionados:
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Nuestros recursos
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Reflexionar y responder:
¿Has elegido quedarte mirando a las cenizas, en lugar de mirar a Dios? Este podría ser el día en que le das las cenizas para que él haga algo con ellas. Algo hermoso.
Lo más bello que podemos ver en tantos años pesados y llenos de dolor es un Dios fiel. Uno que apoya, uno que redime todas las cosas. Uno que crea obras maestras a partir de la mugre.
Versículos poderosos:
2 Corintios 1:3-4a, “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones…” (NVI)
Salmo 3:3-4, “Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza! Clamo al Señor a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde.” (NVI)
© 2012 de Samantha Reed. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Judith Hernández
Ana Stine
Natasha Curtis
Waleska Nickerson
Veronica Young Karina Córdova
“La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.” Hebreos 11:1 (NTV)
Lectura:
Fue un año difícil. Tan difícil como para romperme el corazón.
Un sueño que había abrigado por diez años se desvaneció. Esta esperanza no era un capricho pasajero. Era una promesa que fervientemente había creído provenía del Señor.
Mantenerme en el camino y continuar creyendo por tanto tiempo fue extenuante. Y emocionante. Aún así, en un momento mi sueño murió. Mi corazón se quemó y las cenizas parecían un lugar apropiado en el cual dejarme caer.
Triste y sin responder al apoyo ofrecido, me quedé ahí un largo, largo tiempo. Mis manos, vacías de esperanza, se llenaron de puñados de cenizas.
Yo sabía que me tenía que levantar, sólo que no podía reunir las fuerzas elusivas para hacerlo. El dolor era la única emoción que sentía naturalmente, el pesar era cómodo.
Aún así sabía que la autocompasión significaría la muerte para mí también. Y esto es lo bueno: Dios también lo sabía. Él se arrodilló a mi lado, extendiendo una mano amiga. Él me prometió: Esto no es el fin. Dame las cenizas; Yo haré algo con ellas. Algo hermoso.
Él me dio este mensaje en cientos de formas. Pero no fue hasta que se quedó en silencio que yo lo escuché, en un concierto.
Apenas se notaba. Grabado permanentemente en el pie de la chica enfrente de mí, la curveada letra femenina contrastaba con la oscura tinta masculina: Belleza en lugar de cenizas.
Y ahí estaba Él. Nuestro Dios redentor y resucitado, diciendo su mensaje eterno una vez más.
Para mí. Para ti. Dame las cenizas; Yo haré algo con ellas. Algo hermoso.
Eso fue hace varios años. Me gustaría atarle a mi historia un lindo moño. Decir que abrí mis puños, que le di a Dios el hollín, que he sido una persona despreocupada desde entonces. Pero no lo haré. Porque no puedo.
Quiero ser realista. Y es real el hecho de que me ha tomado cada día entre aquel entonces y ahora poder ver cualidades redentoras de aquel momento en que se me rompió el corazón. Para ser honesta, aún no veo mucha belleza de tal devastación.
Pero como dije, quiero ser realista. Y es también real mi confianza, mi fe, en un Dios que hace posible una vida que vale la pena vivir. Cuando no puedo manejar mis emociones o cuando mi mente se llena de preguntas, yo permanezco comprometida a…
Confiar en su Palabra, a pesar de las circunstancias. Creer que él es un Creador creativo. Tener esperanza en lo que no puedo ver.
Yo continuaré buscando su bondad, nuestro firme cimiento, aún si viene de un montón de cenizas. Porque sinceramente lo más maravilloso que he visto en estos años, y en medio de este dolor, es un Dios fiel. Uno que apoya. Uno que redime todas las cosas. Uno que crea obras de arte a partir de la mugre. Un Dios que tomó la situación más desesperada y la muerte final, y resucitó la esperanza.
Resucitó nuestra esperanza: Jesús.
Y esa es la chispa que necesitamos para crear un nuevo fuego en nosotras. Dame las cenizas; Yo haré algo con ellas. Algo hermoso.
Amado Dios, no puedo ver cómo algo bueno puede salir de mi dolor. Pero tú eres mi Creador creativo y yo sé que tú puedes crear obras maestras a partir de la mugre. Hoy vuelvo a comprometer mi esperanza y mi fe en ti, y alzo mi vista hacia ti. Gracias por arrodillarte a mi lado tan fielmente. En el nombre de Jesús, amén.
Recursos relacionados:
Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
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¿Has elegido quedarte mirando a las cenizas, en lugar de mirar a Dios? Este podría ser el día en que le das las cenizas para que él haga algo con ellas. Algo hermoso.
Lo más bello que podemos ver en tantos años pesados y llenos de dolor es un Dios fiel. Uno que apoya, uno que redime todas las cosas. Uno que crea obras maestras a partir de la mugre.
Versículos poderosos:
2 Corintios 1:3-4a, “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones…” (NVI)
Salmo 3:3-4, “Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza! Clamo al Señor a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde.” (NVI)
© 2012 de Samantha Reed. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
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