lunes, 27 de septiembre de 2010
por Wendy Pope                                                                                                 Miembro del Equipo de conferencistas
de Proverbios 31, Ministerios para la mujer

Versículo clave   

¿Y qué puedo hacer por ti?” le preguntó Eliseo. “Dime, ¿qué tienes en casa?” —“Su servidora no tiene nada en casa,” le respondió—, “excepto un poco de aceite”. 2 Reyes 4:2 (NVI)

Lectura:

Ha pasado casi un año desde que mi esposo empezó a tener problemas serios de salud. Primero él fue a consultar a nuestro médico de cabecera. Luego a un especialista. Y luego a otro, y a otro. Y así empezó nuestro “nuevo sendero, lleno de incertidumbre y dolor. Mi fe titubeó. Yo deseaba confiar en que Dios podía sanar a mi esposo, pero la duda me impedía creer más en los milagros.

¿Por qué, si habían creyentes alrededor del mundo orando por mi esposo, el Gran Médico no escuchaba nuestro clamor? Con el deseo de hallar una respuesta – un milagro – mi esposo decidió consultar a otro especialista en otra ciudad. Esta vez, yo no pude acompañarlo.

Jamás me imaginé que al quedarme en casa, Dios tenía reservado un milagro para mí.

Esa semana, yo leí en mi Biblia la historia de una mujer que tenía muchos problemas y muy poca fe. Ella se sentía desesperada. Su esposo había muerto, dejándola con una deuda imposible de pagar. Para saldar esta deuda, las autoridades se llevarían a sus hijos para venderlos como esclavos.

Con la poca fe que le quedaba, la viuda buscó la ayuda del profeta Eliseo. Él le preguntó qué le quedaba en su casa. “Tan sólo un poco de aceite”, ella le respondió. El profeta le dijo que mandara a sus hijos a casa de sus vecinos para pedirles prestadas todas las vasijas que hallaran, y que luego las llenaran con el aceite que le quedaba a ella en su vasija.

La viuda, por fe, lo obedeció. ¡Y Dios hizo un milagro! Ella y sus hijos lograron llenar todas las vasijas. Luego Eliseo le dijo: “Ahora ve a vender el aceite, y paga tus deudas. Con el dinero que te sobre, podrán vivir tú y tus hijos.” (2 Reyes 4:7)

Reflexionando en el clamor de la viuda, el Señor me animó a que siguiera su ejemplo. “Lleva tus ‘vasijas’ vacías a la iglesia el próximo domingo.” Yo no entendí Su mandato, ni quise obedecerlo. Como la viuda, tenía demasiados problemas y muy poca fe.

Durante toda la semana, sentí la presencia del Señor, animándome a obedecerlo. Pero tenía mucho temor. ¿Qué pasaría si yo volviera a creer en Él, únicamente para ser decepcionada?

”Abran sus Biblias en 2 Reyes 4:38-44”, dijo mi pastor el domingo por la mañana. Yo estaba totalmente sorprendida. La enseñanza hablaba sobre los milagros de Dios. Al final del sermón, caminé hacia el altar. Con manos temblorosas presenté ante el Señor mis vasijas vacías. Fue un momento maravilloso entre mi dulce Dios y yo.

El milagro que Él tenía reservado para mí no era la sanidad física de mi esposo, sino la restauración de mi fe. Dios llenó mi vacío con suficiente fe para poder apoyar a mi esposo el resto del sendero que nos espera – no importa cuan incierto.

Querida amiga: Como la viuda, ¿tienes demasiados problemas y muy poca fe? Te animo a que presentes tus vasijas vacías ante nuestro Señor. Él será fiel en llenarlas con lo que necesitas para enfrentar tu futuro. Sólo Dios puede llenarte de fe.

Dulce y Amado Señor: Yo quiero creer en Ti. ¡Ayúdame, por favor! Presento ante Ti mis vasijas vacías y te ruego que las llenes de fe. Yo sé que Tú eres el único que puede socorrerme, y sé que eres bueno. En esto yo confiaré. En el Nombre de Jesús. Amén.

Pasos para la aplicación:

Presenta tus vasijas vacías ante el “altar” del Señor – tu cocina, tu escritorio, en la iglesia o en el parque, donde quiera que puedas tener un lugar a solas con Él. Entrégale la incertidumbre de tu futuro, la desesperación de tu presente, y el dolor de tu pasado. Y no te olvides: Dios te ama y Él es bueno. Confía en Su misericordia.

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Puntos para reflexionar:

¿Con qué temor o temores batallas hoy?

¿Qué te impide o dificulta presentar tu necesidad ante Dios?

¿Crees que Dios puede llenarte de fe?


Versículos que te darán fuerza:

Génesis 15:6, "Abram creyó al SEÑOR, y el SEÑOR lo reconoció a él como justo”. (NVI)

Hebreos 11:6, "En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”. (NVI)

Santiago 2:14, "Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? (NVI)


© 2010 de Wendy Pope. Todos los derechos están reservados.


Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.

Wendy Bello, editora

Judith Hernández  
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