lunes, 30 de mayo de 2011
de Proverbios
31, Ministerios para la mujer
“Entonces Jesús afirmó: “Ciertamente
les aseguro que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino
solamente lo que ve que su padre hace, porque cualquier cosa que hace el padre,
la hace también el hijo...” Juan
5:19 (NVI)
Lectura:
Quiero ser una
mujer que escuche a Dios. Pero algunas veces no sé si es Dios hablando o si es
solo mi pensamiento. Y para ser
realmente honesta, cuando siento que Él está
susurrando a mi corazón, no siempre me enloquece lo que siento que Él quiere
que yo haga. Como la vez en que no tuve duda de que Dios estaba llamándome a
compartir mi testimonio públicamente. Le huí a esa tarea por casi una década.
Sin embargo, he
aprendido en los últimos veinte años que cuando escucho a Dios, descubro lo
mejor que Él tiene para mí. Y también
aumenta mi confianza en Él. He visto una
y otra vez que sus caminos nos llevan a su bondad. Y cuando yo le sigo, su
misericordia me sigue.
Al final de mis
diez años de carrera espiritual huyendo de lo que me asustaba más, contar a
otros la historia de mi quebrantamiento, me rendí a lo que Dios quería que yo
hiciera. Comencé a escucharle más de cerca y a confiar en Él completamente,
para poder experimentar el habitar día a día en su presencia y sus promesas. A
partir de ese momento sus planes se revelaron a diario.
Honestamente, pensé
que había estado escuchando a Dios todo ese tiempo. Pero un día, mientras oraba
por la dirección de Dios en cuanto a algunas decisiones, el Espíritu Santo me
mostró que yo tenía el hábito de preguntarle a Dios lo que Él quería que yo
hiciera y en lo que quería que usara mi tiempo. Y luego lo hacía, sin depender
de su dirección paso a paso, hasta el final.
Frecuentemente
yo buscaba a Dios en cuanto a los planes más grandes para mi vida, convencida de
que si sabía lo que Él quería que yo hiciera entonces podía ser la persona para
la cual Él me creó, y así podría cumplir el llamado que tenía para mí.
¿Alguna vez has
pensado: “Si Dios solamente me mostrará qué trabajo escoger, con qué hombre
casarme, a qué iglesia ir, en qué ministerio servir, entonces mi vida estará
completa y podré confiar en Él con todo mi corazón?”
El problema es
que a veces alcanzamos a ver un poquito del lugar hacia donde Él quiere que
vayamos y luego suponemos que sabemos cómo llegar allá. O nos da una miradita de lo que quiere que
hagamos y pensamos que sabemos cómo Él quiere que lo logremos. ¿Cuántas veces
he cometido ese error y luego me pregunto por qué no llegó a ninguna parte?
Con el tiempo Dios me ha enseñado que Él quiere más
mis oídos espirituales que mis esfuerzos espirituales. Él quiere dependencia diaria, interacción e
intimidad conmigo. Y a Él le interesa más
mi carácter que mi calendario.
Mira, Jesús
dependió del Padre para las cosas grandes y pequeñas de su vida. Él escuchaba detenidamente y obedecía enseguida. En el versículo clave de hoy, Juan 5:19,
vemos su absoluta dependencia. “Entonces
Jesús afirmó: —Ciertamente les aseguro
que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve
que su padre hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el
hijo.”
Como Jesús, nosotros descubriremos el propósito de
Dios para nuestras vidas por medio de corazones que busquen depender de Él, día
a día, momento a momento. Dispongamos nuestros corazones, mentes y almas para
escucharle hablarnos hoy.
Amado Dios,
quiero ser una mujer que te escuche.
Vengo a ti hoy con un corazón que te busque, no solo para pedirte
dirección sino también discernimiento, humildad y dependencia a cada paso del
camino. En el nombre de Jesús, Amén.
Pasos
para la aplicación:
Toma tiempo hoy
para alejarte de las cosas que te distraen y apacigua tus pensamientos, aun si es
solo de 10 a 15 minutos. Dile a Dios tu deseo de escucharle hablar a tu corazón
por medio de una canción, un versículo, una persona o un susurro a tu
alma. Háblale de tus planes para el día
y pídele que te muestre los suyos. Dale
permiso para interrumpir tus pensamientos y tu agenda y que te guíe por un
camino distinto si quiere. Alístate para
un día lleno de aventura y compañía mientras
caminas mano a mano de tu Hacedor.
Recursos
relacionados:
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ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios
que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no
podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las
compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!
Puntos para reflexionar:
¿Leo la Biblia
de tal manera que las palabras y pensamientos de Dios son familiares para mí?
¿Escucho la voz
de Dios de manera intencional o supongo que sé lo que Él quiere que yo haga?
Versículos que te darán fuerza:
Salmos 119:16, "En tus decretos hallo mi deleite, y jamás olvidaré tu palabra." (NVI)
Juan 14:31a, "…pero el mundo tiene que saber que amo al Padre, y que hago exactamente lo que Él me ha ordenado que haga. " (NVI)
1 Samuel 3:10,
"Entonces el Señor se le
acercó y lo llamó de nuevo: —¡Samuel! ¡Samuel! —Habla, que tu siervo
escucha —respondió Samuel." (NVI)
© 2010 de Renee
Swope. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su
ayuda en la traducción de este devocional.
Wendy Bello, editora
Natasha
Curtis
Waleska
Nickerson
Veronica Young
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