miércoles, 11 de mayo de 2011

Miembro del Equipo de conferencistas

"Al día siguiente Jesús se propuso salir para Galilea, y encontró a Felipe, y le dijo: ‘Sígueme’." Juan 1:43 (NIV)

Lectura:

Iluminando un pequeño círculo delante de nuestros pies, la linterna nos brindaba seguridad y dirección únicamente con el suficiente espacio iluminado como para dar nuestro próximo paso mientras Rose y yo caminábamos antes del amanecer. Con el tiempo, la ansiedad se transformó en comodidad mientras hablábamos del día que estaba por empezar. Sabíamos que la luz nos llevaría en la dirección correcta. Lo único que teníamos que hacer era dar el próximo paso...

Dar el próximo paso es algo que Jesús recomendó hace mucho tiempo. "Ven y verás". "Sígueme". Éstas son las palabras que Jesús dirigió a los discípulos cuando los llamó. No los sentó y les reveló lo que sucedería en los siguientes tres años. Él sabía que eso los iba a abrumar; incluso hacerles cambiar de parecer. Él optó por hacérselos simple. "Síganme" fue lo único que les dijo.  Debes dar el próximo paso...

Cuando era adolescente, yo quería saber mi futuro. ¿Se me harán realidad todos mis sueños? ¿A qué universidad voy a ir? ¿Voy a trabajar en una iglesia; me casaré con un pastor? ¿Viviré en Iowa cerca de mi familia? Jesús sabía la respuesta a todas esas preguntas desde el principio. No fui a la universidad. No trabajo en una iglesia ni me casé con un pastor. Él lo sabía. En su sabiduría, Él optó por revelarme solo la suficiente luz como para dar el próximo paso.

A veces, me doy cuenta de que vuelvo a caer en mi deseo de ver el futuro. Me ahogo en mis miedos y preocupaciones. Preocupaciones con respecto a mi carrera: ¿Seguiré teniendo este trabajo en diez años? Preocupaciones de mamá: ¿Se casarán mis hijos con cónyuges que tengan una pasión por Jesús? Preocupaciones matrimoniales: ¿Mi esposo y yo disfrutaremos de una jubilación larga juntos? Con mi próximo paso, puedo dar vueltas alrededor de temas que ni siquiera tienen nada que ver con este día.

Jesús sabe. Él sabe qué respuestas serán un "sí" y cuáles serán un "no". Él sabe cuándo y dónde revelarme cuál será mi próximo paso. Mi rol consta simplemente en obedecerle y dar ese próximo paso.

Cuando era más joven, no entendía que las veces en las que Él me decía "no" en realidad eran las gradas que me alzaban a Su maravilloso "sí". Aprendí en la oscuridad que toda vez que doy un paso adelante en obediencia, le siguen las bendiciones. También tuve que aprender que incluso aquellos caminos que causaban dolor eran parte del proceso. Eran peldaños del camino en el que elegí la obediencia por sobre la preocupación, el temor y el control.
Ahora, cada vez que el temor y la duda salen a la superficie durante la oscuridad trato de acallar a las conjeturas. Recuerdo las palabras que me dijo Jesús: "Sígueme", y vuelvo al camino que titila en la tenue luz a la corta distancia y simplemente doy el próximo paso... un paso de confianza. Le pregunto a Él que es lo que debo hacer simplemente hoy. Abandono la preocupación expresándole mis inquietudes a Jesús y confiando en Su capacidad de guiar cada uno de mis siguientes pasos. 

Amado Señor, la oscuridad puede causar temor. Jesús, a veces mi habilidad de confiar parece ser muchísimo más pequeña que el paso que debo dar. Ayúdame a crear un historial contigo. Un historial de verte siempre presente me ayudará a confiar en Ti una y otra vez. Eso es lo que deseo. Confío en Ti. En nombre de Jesús, Amén.

Recursos relacionados:

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Pasos para la aplicación:                                                                                                                                                                     
                                                                                                                                                    Cómprate un cuaderno y escribe en la tapa lo siguiente: "Mi historia con Dios". Apunta las áreas de tu vida en las que hay inquietudes. Deja un espacio debajo de cada una de ellas para apuntar cómo Dios se ha ocupado de cada una de estas áreas. ¡Algún día, este será tu testimonio para compartir con otros! 

Para las adolescentes la vida puede ser confusa. A ellas se les presentan muchas elecciones, sin embargo con frecuencia no hay suficiente luz en sus vidas como para guiarlas en la decisión correcta. ¿Puedes tener en cuenta la posibilidad de invertir en la vida de una adolescente y ser su mentora? Hoy Lynn está compartiendo con las adolescentes las ventajas de tener una mentora. Fíjate en esta dirección www.RadRevolution.org. ¡Únete a la conversación!
                                                                                                                                                          Puntos para reflexionar:

¿Qué áreas de mi vida parecen estar fuera de control, como si estuviera caminando en la oscuridad? ¿Me siento sola o estoy consciente de la presencia de Dios conmigo?
¿En el pasado he podido contar con gente de confianza? ¿De qué modo afectaron estas relaciones a mi capacidad de confiar en Dios?

Versículos que te darán fuerza:                              
                                                                                                                                                                   2 Samuel 7:28, “Pues tú eres Dios, oh Soberano SEÑOR; tus palabras son verdad, y le has prometido estas cosas buenas a tu siervo.” (NTV)

Salmo  9:10, “En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.” (NVI)

Salmo 13:5, “Yo confío en tu amor; mi corazón se alegra porque tú me salvas.” (DHH)
© 2010  de Lynn Cowell. Todos los derechos están reservados.

Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Natasha Curtis
Waleska Nickerson
Veronica Young


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