sábado, 24 de agosto de 2013
T Suzanne Eller

A la luz la llamó «día», y a las tinieblas, «noche». Y vino la noche, y llegó la mañana:
ése fue el primer día.
Génesis 1:5 (NIV)
     
Lectura:

Estaba leyendo la Biblia un día y me di cuenta de un gran error en la Escritura.  Todo el mundo sabe que primero llega la mañana y luego viene todo lo demás. ¿Verdad?  Pero allí estaba, bien claro. Génesis 1:5 dice “Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el primer día”.

Claro que no era un error. De alguna manera Dios comenzó con el anochecer, el tiempo de descanso, y después de eso viene un día de productividad.

Nosotros vivimos en una cultura donde el descanso frecuentemente se ve desde una perspectiva negativa.  Cuando trabajamos, trabajamos duro. Cuando jugamos, jugamos duro. Realmente sabemos cómo llenar nuestro tiempo con una cantidad de actividades: mensajes e información electrónica, limpieza, la alimentación; comprar y preparar la comida, transportación; llevar y traer la familia de una actividad a otra en nuestro carro, los aeróbicos para mantener una vida sana, y mucho más en nuestra lista de cosas para hacer. Nos enfocamos en hacer todo ese trabajo y luego finalmente descansamos.

Hace 17 años, a la edad madura de 32, descubrí que tenía cáncer. Yo le dije al doctor que no tenía tiempo para cáncer, pero la enfermedad no consultó con mi horario. Mi vida cambió mientras yo puse a un lado muchas cosas que eran, o yo creía que eran absolutamente vitales. Mientras tanto pasaba por la quimioterapia, cirugías y radiaciones.

No era divertido, pero una nueva cosa que salió de todo esto fue una nueva lista de prioridades. ¿Lo primero? Equilibrar mi vida. Aprendí a meterme en la cama y dejar a un lado todas las preocupaciones, descansando así mi cuerpo y mi mente. Tranquilizarme un poco cuando la vida se vuelve medio loca, y pensar en lo que es importante y aquello que no llegó a ser mi meta. Comencé a ver la noche como la primera parte de mi día y ver la mañana partiendo desde el descanso.

Esta nueva manera de vivir fue un concepto que cambió mi vida. No solo físicamente, sino también espiritualmente.

Hace poco yo tenía dos invitaciones para unas conferencias muy cercanas una a la otra. Mientras se acercaba ese día, mi tiempo con mi Padre celestial se volvió “noche.”  Claro que yo me preparé, pero el tiempo espiritual se convirtió en la prioridad por unas semanas.  Cuando llegué a la ciudad donde tenía que dar la conferencia, cerré la puerta de la habitación y escuché el corazón de mi Padre en lugar de repasar mis notas. Y del descanso salió un ministerio fructífero. Yo estaba refrescada y llena de la presencia de Dios, en lugar de estar llena de mi propio esfuerzo.

¿Cuántas veces nos sobresaltamos porque carecemos de equilibrio? Quisiera poder decir que yo siempre estoy equilibrada, pero no es así. Hay ocasiones en que tengo que apaciguarme y reconsiderar mis prioridades una y otra vez.  Y si el descanso físico o descanso espiritual han sido dejados para último lugar, tengo que poner todo sobre la mesa y dejar que Dios me ayude a escoger para que yo pueda dejar “la noche” y regresarla al lugar que le pertenece.

Amado Jesús, cuando te dejo en último lugar, extraño tu voz y continúo haciendo cosas hasta que me acabo. Y como resultado me enredo en mis quehaceres. Yo sé que la vida es ocupada, pero ayúdame a discernir entre lo que es importante y lo que no. Reorganiza mi vida, dándome  el verdadero descanso que solo viene de ti. En el nombre de Jesús, amén.

Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!


Reflexionar y responder:
Escribe todos los quehaceres que consumen tu tiempo. ¿Hay algunos que no son absolutamente necesarios?

Ora por dirección. ¿Necesitas decir que ‘no’ a una o dos cosas para que puedas decir que ‘si’ para que tú y tu familia estén más descansados? 

Como mujeres, siempre nos ocupamos de las necesidades de nuestros hijos, la comunidad, nuestra iglesia, el trabajo, nuestros esposos y nuestras casas, y nos dejamos a nosotras mismas fuera de este proceso de cuidado. ¿Qué puedes hacer hoy para cuidarte a ti misma a nivel físico o espiritual?

Versículo poderosos:
Marcos 6:30-31, "Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron lo que habían hecho y enseñado. Y como no tenían tiempo ni para comer, pues era tanta la gente que iba y venía, Jesús les dijo: —Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco.” (NVI) 

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