lunes, 31 de enero de 2011
Wendy Blight
Miembro del Equipo de conferencistas de Proverbios 31, Ministerios para la mujer
“Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.”
Salmos 119:105 (NVI)
Salmos 119:105 (NVI)
Lectura:
¿Te has preguntado si Dios escucha tus oraciones?
Amiga, no estás sola. A menudo yo voy delante de Dios, derramo mi corazón en oración en buscad de su voluntad para diferentes aspectos de mi vida. Pero no escucho nada. Él se queda en silencio. Sin querer esperar, sigo adelante por mi cuenta. Ocupada en mi mundo, no me siento a esperar.
Y me digo: “No hay tiempo porque alguien está esperando por una respuesta. No hay tiempo. Necesito actuar ahora”.
Sin embargo, cuando examino la Escritura, Dios nos enseña constantemente: siéntate, ora y espera. Jesús comenzó su ministerio ayunando por cuarenta días, solo, en el desierto. (Mateo 4:1-11) Se pasó una noche entera solo, en oración, antes de escoger a sus doce discípulos. (Lucas 6:12)
Ester ayunó y oró durante tres días antes de tener la audacia y el coraje de ir delante del rey a interceder por su pueblo, a sabiendas de que podía morir por ello. (Ester 4:8-16)
Elías fue al desierto por cuarenta días para escuchar la “suave voz tranquila”. (1 Reyes 19:11-18)
¿Qué nos enseñan estas grandes personas de la fe? Para conocer la dirección de Dios, para escuchar su voz, debemos escuchar y esperar. Tal vez pensamos que Dios guarda silencio porque nunca tomamos el tiempo de sentarnos a escuchar la palabra de Dios y esperar. Cuando lo hagamos, él promete que esta penetrará en nosotros hasta los huesos, hasta lo más profundo de nuestro corazón. Hebreos 4:12 dice: “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Cuando escogemos estar a solas con Dios, él promete encontrarnos allí, Jeremías 29: 12-14 dice: “Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón. Me dejaré encontrar —afirma el Señor—, y los haré volver del cautiverio.” Toma el reto de conocerlo en su palabra.
¿Quieres dirección? Entonces sigue los siguientes pasos:
1. Lee la palabra de Dios: 1 Timoteo 3:16-17 dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo (la mujer) de Dios esté enteramente capacitado(a) para toda buena obra.” (NVI) Dios estuvo involucrado de manera activa en la escritura de la Biblia. Es la infalible y fidedigna Palabra de Dios escrita para hablarnos verdad a nuestras vidas.
2. Estudia la palabra de Dios: “Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.” (NVI). Cuando estudies su palabra, Dios la siembra en lo profundo de tu corazón. Luego su Espíritu toma la palabra e inclina tu corazón en esa dirección y te permite permitiéndole escuchar la voz de Dios.
3. Ora su palabra: Isaías 55:11 dice, “… así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos.” (NVI). La oración es la palabra viva de Dios que sale de tu boca. Cuando oras en fe, presentas la Palabra de Dios delante de Él en oración. Le recuerdas su Palabra, y su promesa es que esa palabra no regresará vacía. Aún más, debe cumplir aquello que es el propósito de Dios y el agrada.
Amado Dios, necesito tu dirección en mi vida hoy. Pareces distante y silencioso. Sin embargo, yo sé que no lo estás pues prometiste nunca dejarme o desampararme. Hoy me comprometo a escudriñar tu Palabra. Abre mis ojos para que pueda ver las cosas maravillosas de tu ley. Dame los ojos para ver y los oídos para escuchar tu dirección en mis circunstancias. Gracias, Señor, porque cuando te busco, tú me encuentras. Gracias porque al confiar en ti por completo, ¡tú me guiarás por tu camino! En el nombre de Jesús, Amén.
Pasos para la aplicación:
Entrega un aspecto de tu vida o una situación en la que tengas problemas para escuchar a Dios. Busca en la Escritura versículos que hablen a la situación que estás pasando. Escríbelos en tarjetas, memorízalos y ora a Dios con dichos versículos. Espera y verás a Dios hacer una obra poderosa. Cuéntanos tu historia pues nos encantaría celebrar la fidelidad de Dios contigo. Recursos relacionados:
Puntos para reflexionar:
Versículos que te darán fuerza:
Lee, estudia y ora los versículos de esta lectura.
© 2011 de Wendy Blight. Todos los derechos están reservados.
Gracias por su ayuda en la traducción de este devocional.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(Atom)
Visítanos en Facebook
Archivos del Blog
-
►
2013
(93)
- ► septiembre (9)
-
►
2012
(53)
- ► septiembre (4)
-
▼
2011
(50)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(48)
- ► septiembre (4)
-
►
2009
(50)
- ► septiembre (4)
-
►
2008
(52)
- ► septiembre (5)
-
►
2007
(49)
- ► septiembre (4)
3 comments:
David aprendió que la sabiduría de la Palabra de Dios lo mantendría en camiño correcto. En Hebreus la palabra nos ensina: “Ciertamente, la Palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.”
Nosotros enfrentamos tiempos en nuestras vidas donde necesitamos ayuda para salir del abismo profundo. Y quienes nos dan una mano para salir de la oscuridad necesitan tener herramientas para poder ver la situación y conocer cómo usar la verdad que nos puede ayudar.
Muchas gracias por la palabra, Wendy!
Dios te bendiga!
Michele
Estamos viviendo una época en la que el pueblo de Dios muchas veces "perece por falta de conocimiento". Gracias por esta meditación que nos recuerda la importancia inigualable de la palabra de Dios.
A veces siento desfallecer, mi Dios te necesito tanto en mi vifa y mi corazon, guiame en tu palabra oro y oro a ti mi Dios, dame direccion padre mio, socorreme